Desde 1939 a 1975, España vivió políticamente en el franquismo, es decir, bajo la dictadura del general Francisco Franco, un dirigente con poderes absolutos, ya que concentraba el poder legislativo y ejecutivo, además del mando supremo del ejército y del partido único. Ejerció su poder de manera directa y personal, sin rendir cuentas a nadie, sólo ante Dios y ante la historia.
El estado franquista fue creado gracias a la guerra civil, la cual dejó unas consecuencias muy duras: En la guerra civil se habla de que hubo casi un millón de muertos entre batallas y enfrentamientos, sin contar con los que fallecieron por enfermedades o malnutrición y exilios. Aproximadamente se perdieron casi 1,5 millones de personas, en una población que rondaba los 24,5 millones.
Con respecto a la economía, España vio descender todos los niveles de los distintos sectores económicos de forma drástica. En las sociales, se dio un descenso importante del bienestar social, la población se vio sometida a una carencia de alimentos. También hubo depuraciones y expulsiones de empleo. Culturalmente, la guerra civil y la posterior implantación del régimen franquista supuso el fin de la libertad de expresión. Finalmente, en las consecuencias políticas supuso la instauración de un estado autoritario.
El franquismo hay que entenderlo como un modo de ejercer el poder político y mantenerlo para Franco en sus manos sin limitaciones. A pesar de que el franquismo no tenía una ideología clara, había una serie de principios que fueron defendidos por Franco y por los grupos vencedores de la guerra: Se desechó la idea de república y de restauración monárquica y fijándose en lo que sucedía en Italia con Mussolini, Franco se inclina por una fascinación de su sistema político en los primeros años. Franco decretó la unificación de las distintas fuerzas políticas de la derecha en lo que se llamó Falange Tradicionalista de la JONS. Sin embargo, pese al intento de la fascinación del régimen de Franco, este fracasó porque ni España ni Franco se parecían a los modelos que este intentaba imitar y por la importancia del ejército que tendrá en España por encima del partido único.
El ejército de manera autoritaria del poder político, recae sobre Franco que desembocaría en una exaltación continua de su figura y se presentaba como el CAUDILLO, el salvador de la guerra civil y el que guía con mano firme. También el franquismo se puso en contra del liberalismo político y de la democracia parlamentaria, que se identificarán por el régimen como la Masonería. Declaran al sistema liberal como el causante de la decadencia de España. Fruto de este antiliberalismo será: la negación de la división de poderes (todos los poderes sobre Franco); la negación de la participación libre y directa de los ciudadanos en los asuntos de estado a través del sufragio; la negación de los derechos y libertades individuales de los ciudadanos y la negación de un sistema político multipartidista, los partidos políticos fueron prohibidos y se estableció un régimen de partido único, la Falange, identificada luego como el Movimiento Nacional. El partido se convirtió en el trampolín para la promoción social y para ejercer un control total sobre los medios de comunicación en los que se difundían principios del régimen y se exaltaba la figura de Franco. También se controlaba la vida familiar a través de organizaciones como el Frente de Juventudes, Auxilio Social y el Sindicato Único.
El anticomunismo estará presente durante toda la vida del régimen, según Franco fue el causante de la guerra civil. Este anticomunismo militante permitirá al franquismo romper su aislamiento internacional a partir de los años 50 con el desarrollo de la guerra fría. El régimen también tuvo otro eje ideológico, que fue el catolicismo. La convivencia entre Franco y la iglesia era muy buena. Franco se apoyó mucho en la iglesia y a cambio esta recibió el control de la enseñanza, el restablecimiento de las retribuciones económicas y una fortísima presencia en todos los ámbitos de la sociedad española. Se impuso una estricta moral católica, pública y privada, hasta el punto que su incumplimiento llegó a castigarse con el código penal. A los monárquicos, por haber ayudado (tanto constitucionales como tradicionalistas), convirtió España en un reino en 1947, lo que dividió a los monárquicos en partidarios de D. Juan y partidarios de Javier, ambos de la familia de los Borbones. Por otra parte, Franco pretendía restaurar la monarquía basada en las ideas del Movimiento Nacional y dejar el poder para D. Juan Carlos de Borbón.
Finalmente, los tecnócratas tenían la idea de legalizar el régimen con reformas aperturistas para obtener el reconocimiento internacional. Fue un grupo dominante a partir de los 60. Franco nunca se inclinó por un grupo en concreto, solo daba o quitaba poder a estos sectores, dejando siempre claro de que el que mandaba era él.
El régimen de Franco se caracterizó porque fue una dictadura personal, un pluralismo político limitado y controlado, donde solo acaparaban el poder los que pertenecían al Movimiento Nacional. Franco odiaba al sistema liberal y al aprobar las Cortes Orgánicas pasa a convertirse en el árbitro y juez de su sistema.
Las ideas en las que se basaba el Movimiento Nacional eran el patriotismo nacional, que consistía en la unión de España, una visión imperial y rechazo a los nacionalismos; el sindicalismo nacional (modelo fascista con rasgos como adoración de líder, dirección de la sociedad, sindicatos verticales y adoctrinar a la juventud) y el catolicismo, que defendía a la religión católica. Durante el régimen se aprobaron las que se llamaron leyes fundamentales. El Fuero del Trabajo de 1938 que regulaba la vida laboral y económica con una política intervencionista por parte del estado. Ley Constitutiva de Cortes de 1942 tenía la función de elaborar las leyes de estado, revisadas siempre por Franco. Estas Cortes estaban formadas por representantes de municipios, organización sindical, tercio familiar y esos procuradores eran elegidos por Franco. El Fuero de los Españoles de 1945 regulaba los derechos y deberes, aunque se puede interpretar como una carta otorgada y no como constitución.
La Ley de Referéndum de 1945 regulaba la consulta a los ciudadanos. La Ley de Sucesión de 1947 establecía a España como un reino, Franco como jefe de estado mientras viviese y se creó un consejo del reino y un consejo de regencia. La Ley del Movimiento Nacional de 1958 establece los principios políticos y jurídicos en los que se basaba el régimen. Finalmente, la Ley Orgánica del Estado de 1966 separa el poder del estado en jefe de estado y presidente del gobierno.
El franquismo se divide en cuatro etapas de diferentes características. La primera etapa se extiende desde 1939-1950. Esta es la etapa más mala de todas. La sociedad se divide en vencedores y vencidos de la guerra civil, unido a la ley de responsabilidades políticas de 1939, ejercen una fuerte represión hacia los vencidos. Además, había mucha hambre y miseria, una sociedad conservadora y un control absoluto por parte del estado. Referente a la política exterior, hay neutralidad en el conflicto mundial (reunión de Franco-Hitler en Hendaya), en ella se acuerda la neutralidad de España en la 2º Guerra Mundial, aunque por intentar quedar bien con el régimen nazi, Franco envía a la División Azul al frente ruso. A partir de 1950 a Franco no le gusta cómo transcurre la guerra y retira a la División Azul, desaparecieron las formas fascistas y elabora 4 leyes fundamentales, aunque esto no le sirvió para acercarse a las potencias aliadas y al acabar la guerra España queda aislada.
La economía en esos momentos estaba acabada. España solo consumirá lo que podía producir, siendo ayudada por Argentina (Perón) y Portugal (Salazar), se reparten el cereal a través de los servicios del trigo, y se crea el INI y las cartillas de racionamiento. En esta etapa, los opositores dentro del país fueron llamados «maquis» y fuera en el gobierno exiliado en México. A partir de 1950 se empieza a notar un aperturismo en el régimen, esto hace que empiece la segunda etapa. En la política exterior, el régimen empieza a avanzar y también empieza la guerra fría entre EE.UU. y Rusia, quedando España como un sitio estratégico. Esto hace que España firme el pacto de Madrid en 1953, en el cual España concede bases en Zaragoza, Rota, Morón y Torrejón, a cambio de que EE.UU. ayudase económicamente y España entra en la ONU en 1955. Además, se firma un concordato con el Vaticano en 1953 en el que España le concede privilegios de la legislación española a la iglesia, y a la Santa Sede de reconocimiento internacional al régimen y Franco así podía nombrar a los obispos. Con respecto a la política interior, también se da un aperturismo en los militares y en los miembros de la falange porque pierden poder, que lo ocupan los tecnócratas. Esto provoca las primeras huelgas y protestas en Barcelona en 1951 y en Madrid en 1956; junto con esto también se forma la ETA en 1959. En la economía, hubo una liberalización desarrollando el plan de estabilización en 1959. Se basaba en devolver la peseta, bajar los salarios y disminuir los gastos públicos, lo cual supuso un aumento del consumo interno, lo que provocó un déficit de la balanza comercial. En lo social, un fuerte éxodo rural hacia las ciudades como Madrid, Barcelona, Vizcaya y Valencia, creándose poblados en las periferias. Después, tiene lugar la tercera etapa, conocida como el desarrollismo (1960-1976) que tenía las siguientes características: en la política interior, el inmovilismo ideológico empieza a desarrollar cierto aperturismo (el Opus Dei va ganando poder), la iglesia se alejó del régimen (curas rojos) incluso críticos como el cardenal Vicente. Vuelve el nacionalismo (el País Vasco liderado por la ETA), aumenta el conflicto con los obreros creándose así CCOO, que liderará el movimiento obrero en España. La ONU presionaba a Franco y lo obligó a ofrecer aperturismo y aprueba la ley de prensa, la ley orgánica del estado, la ley de libertades religiosas y también se crea el tribunal de orden público en 1963, aprobándose también la ley de bases de la seguridad social. Continúa la represión y tiene lugar el último represalio por la ley de responsabilidades políticas con Julián Grimau, líder comunista. Económicamente se produce el «milagro económico español», basado en la mecanización de la agricultura, planes de expansión de la economía y el boom del turismo. Esto hizo que aumentase el capital gracias al turismo, los emigrantes españoles que enviaban dinero y las inversiones extranjeras. Los cambios en la sociedad fueron notables con un fuerte crecimiento demográfico, fuerte éxodo rural, fuerte emigración y mejora en las condiciones de vida junto con una juventud más emprendedora. En la política exterior, España reconoce la independencia de Guinea Ecuatorial y de Ifni. El estado pretendía dar una imagen de monarquía tradicional pero la solicitud para entrar en la CEE es rechazada, surgiendo una oposición en el exterior y en el interior en forma clandestina (CCOO y sindicato democrático de estudiantes). La última etapa del franquismo comienza en los 70 cuando el régimen entra en crisis. Con la crisis petrolífera de 1973 se para el crecimiento económico español. Surge una crisis interna en el propio régimen. También, Franco debido a sus enfermedades separa la jefatura de estado y la presidencia del gobierno y junto con esto aparecen conflictos entre movilistas y aperturistas. Se fue desarrollando una oposición a la dictadura provocada por las huelgas, incrementa el terrorismo de ETA y FRAP, enfrentamiento con un sector crítico de la iglesia. También hay mayor coordinación de la oposición política en el exilio. A partir de 1973 aumenta con casos como el proceso 1001, la ejecución de Salvador Puig Antich y 5 miembros de ETA y FRAP. En el ámbito nacional, finaliza la dictadura de Salazar y la de Grecia. España sufre un rechazo internacional hacia las últimas ejecuciones y la situación con Marruecos por el Sahara empeora. Al final, el 20 de noviembre, Franco acaba muriéndose dando fin al franquismo, abriéndose un periodo de paso o de evolución hacia un régimen parlamentario y democrático, la transición.