El Franquismo y la Transición Democrática en España

1. Fundamentos Ideológicos y Evolución Política del Franquismo

El Primer Franquismo

El franquismo, régimen dictatorial instaurado en España tras la Guerra Civil (1936-1939), tuvo como figura central al general Francisco Franco, quien concentraba los poderes del Estado, el gobierno, el Movimiento Nacional (Falange Española Tradicionalista y de las JONS) y el ejército. El periodo franquista se divide en dos etapas:

  1. Primer franquismo o posguerra (1939-1959)
  2. Segundo franquismo (1959-1975)

La década de 1940, marcada por las secuelas de la guerra, se caracterizó por la devastación material, la disminución demográfica, el exilio y la hambruna. La represión, amparada en la Ley de Responsabilidades Políticas (1939) y la Ley para la Represión de la Masonería y el Comunismo (1940), fue especialmente feroz en estos años.

Los principales pilares del régimen, conocidos como las «familias del franquismo», fueron:

  • Ejército: Impulsó el nacionalpatriotismo, una visión autoritaria, unitaria, centralista y conservadora de España.
  • Falange: Aportó el antiliberalismo, el anticomunismo y el nacionalsindicalismo, un corporativismo inspirado en el fascismo italiano.
  • Iglesia: Promovió el nacionalcatolicismo, convirtiéndose en un pilar esencial del régimen a cambio de su apoyo a Franco.
  • Monárquicos y carlistas: Representaron el tradicionalismo y la defensa de la monarquía.

Socialmente, el régimen se apoyó en las oligarquías terratenientes y financieras, así como en parte de las clases medias. La década de 1940, conocida como la «etapa azul», estuvo marcada por el predominio falangista, con figuras destacadas como Serrano Suñer y Girón de Velasco.

Durante el primer franquismo, el régimen se estructuró en torno a seis «leyes fundamentales»:

  1. Fuero del Trabajo (1938): Estableció el Estado Nacional Sindicalista, basado en sindicatos verticales controlados por falangistas.
  2. Ley de Cortes (1942): Concedió el poder legislativo exclusivamente a Franco, relegando a las Cortes franquistas a un papel de aprobación dócil de las leyes.
  3. Fuero de los Españoles (1945): Enumeró los derechos de los españoles, aunque de forma mínima y restringida.
  4. Ley de Referéndum Nacional (1945): Estableció la posibilidad de consultar las leyes más importantes a la nación, aunque sin garantías democráticas.
  5. Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado (1947): Abrió la puerta a la restauración de la monarquía tras la muerte de Franco.
  6. Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958): Reafirmó los valores ideológicos del régimen: monárquico, católico y tradicional.

En la década de 1950, los tecnócratas, provenientes de asociaciones católicas como el Opus Dei, ganaron influencia en los gobiernos de Franco. Figuras como Ullastres, López Bravo y Laureano López Rodó promovieron el Plan de Estabilización de 1959.

El contexto internacional influyó en la evolución política interna. El aislamiento internacional de la década de 1940, consecuencia del papel de España en la Segunda Guerra Mundial, dio paso a una apertura en la década de 1950 gracias a los acuerdos con Estados Unidos en 1953. Estos acuerdos consolidaron el régimen franquista y mejoraron su imagen internacional.

El Segundo Franquismo

La principal preocupación durante esta etapa fue asegurar la continuidad del sistema tras la muerte de Franco. En este contexto se aprobaron:

  • Ley Orgánica del Estado (1967): Aprobada por referéndum, se concibió como una suerte de Constitución del régimen, complementando las seis leyes fundamentales anteriores. Definió el régimen como una «democracia orgánica», con elecciones a Cortes a través de la familia, los municipios y los sindicatos verticales. Aunque contemplaba la separación de la Jefatura del Estado y la presidencia del gobierno, mantenía el sistema autoritario.
  • Designación de Juan Carlos de Borbón como sucesor de Franco (1969): Se le otorgó el título de Príncipe de España.
  • Nombramiento del almirante Carrero Blanco como presidente del gobierno (1969): Representante del continuismo del régimen.

Durante estos años, coexistían dos corrientes dentro del franquismo: los aperturistas, partidarios de reformas políticas, y los inmovilistas («el búnker»), opuestos a cualquier cambio político. Entre los primeros destacaba Manuel Fraga Iribarne, impulsor de una nueva ley de prensa (1966) que eliminó la censura previa. Entre los segundos, destacaba Carrero Blanco, cuyo asesinato por ETA en 1973 marcó un punto de inflexión.

El gobierno de Arias Navarro, sucesor de Carrero Blanco, inicialmente pareció inclinarse por la apertura política («espíritu del 12 de febrero»). Sin embargo, el limitado Estatuto de Asociaciones Políticas que propuso fue rechazado por aperturistas y oposición. En este contexto de crisis final de la dictadura, se produjo la pérdida del Sáhara Español en 1975.

2. El Terrorismo de ETA durante el Franquismo y la Transición

El terrorismo de ETA, surgido en 1959, se enmarca en el contexto del nacionalismo vasco y la oposición al régimen franquista. Su primera acción violenta tuvo lugar en 1961. Tras la muerte de Franco, a pesar de la apertura democrática, ETA continuó su actividad terrorista, especialmente durante la década de 1970. La amnistía de 1977, que benefició a presos etarras encarcelados durante la dictadura, no detuvo la violencia. En las décadas siguientes, ETA intensificó su ofensiva, con atentados indiscriminados que causaron gran conmoción social. La lucha contra el terrorismo, las conversaciones de Argel en 1989 y la política de dispersión de presos marcaron las últimas décadas del siglo XX.

3. La Represión Franquista: Un Legado de Silencio y Dolor

La represión franquista, ejercida con especial dureza durante la posguerra, dejó una profunda huella en la sociedad española. Las leyes represivas, los tribunales de excepción, la depuración de funcionarios e intelectuales, y la violencia sistemática crearon un clima de miedo y silencio. La humillación pública, como el rapado de pelo a mujeres acusadas de colaborar con el bando republicano, ejemplifica la crueldad del régimen. La Iglesia, en muchos casos, guardó silencio o justificó los excesos del régimen. La oposición al franquismo se manifestó a través de la guerrilla antifranquista (maquis) y la resistencia en la universidad. El legado de la represión franquista sigue siendo objeto de debate y memoria histórica en la España democrática.

4. Los Inicios del Reinado de Juan Carlos I y la Transición Democrática

La muerte de Franco en 1975 marcó el inicio de la Transición, un complejo proceso político que culminó con la instauración de la democracia en España. Juan Carlos I, designado sucesor por Franco, asumió la Jefatura del Estado en un contexto de incertidumbre. Tres opciones se perfilaban: el continuismo franquista, la ruptura radical o la reforma desde la legalidad. El rey, junto a figuras como Adolfo Suárez y Torcuato Fernández Miranda, optó por la tercera vía.

El Gobierno de Arias Navarro y la Ley de Reforma Política

El gobierno de Arias Navarro (1975-1976), marcado por las tensiones entre inmovilistas y aperturistas, dio paso al nombramiento de Adolfo Suárez como presidente del gobierno en julio de 1976. Suárez, antiguo miembro del Movimiento Nacional, formó un gobierno de políticos jóvenes y emprendió un proceso de reformas. La Ley para la Reforma Política, elaborada por Torcuato Fernández Miranda y aprobada en referéndum en diciembre de 1976, supuso el desmantelamiento del régimen franquista desde la legalidad. Estableció un sistema parlamentario bicameral basado en el sufragio universal.

Las Elecciones de 1977 y el Gobierno de la UCD

Las elecciones generales de junio de 1977, las primeras de la democracia, dieron la victoria a la Unión de Centro Democrático (UCD), liderada por Adolfo Suárez. El PSOE, liderado por Felipe González, se consolidó como la principal fuerza de la oposición. El PCE, legalizado poco antes de las elecciones, obtuvo una representación significativa. El gobierno de Suárez, surgido de las elecciones, tuvo que afrontar una difícil situación económica y la amenaza terrorista. Los Pactos de la Moncloa (1977), un acuerdo entre partidos políticos, patronal y sindicatos, sentaron las bases para la recuperación económica. La elaboración de la Constitución Española de 1978, aprobada en referéndum, culminó el proceso de transición a la democracia.

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