El Imperio Carolingio: Auge, Caída y Legado Cultural

Crisis del Imperio Carolingio

El Imperio Carolingio, a pesar de su aparente grandeza, carecía de unidad lingüística, legal y económica. Además, existían fuertes instintos nacionalistas. Se manifestaban dos tendencias: una fragmentaria, impulsada por los nobles, y otra unitarista, defendida por la Iglesia.

Ludovico Pío cedió Italia a Bernardo, hijo de Pipino, quien se convirtió en su vasallo. Luis fue reconocido como emperador augusto por la gracia de Dios y se involucró activamente con la Iglesia. Juntos, emprendieron la evangelización de Dinamarca y Suecia, crearon el obispado de Hamburgo y convocaron los concilios de Aquisgrán en 816 para regularizar la vida monástica. Ese mismo año, se reconoció la independencia de San Pedro, y Esteban IV volvió a coronar a Luis como emperador.

Estas acciones provocaron el descontento de los nobles. Para conciliar sus intereses, Ludovico Pío promulgó la Ordinatio Imperii en 817, dividiendo el imperio de la siguiente manera:

  • Italia: Bernardo
  • Baviera: Luis
  • Aquitania: Pipino
  • Resto del Imperio: Lotario

Bernardo impugnó esta división y fue ejecutado. Como consecuencia, el Papa impuso una penitencia al emperador en Attigny en 822. El nacimiento de Carlos en 823, hijo de Ludovico y su esposa Judith, intensificó las tensiones. Judith presionó a Ludovico para que otorgara territorios a Carlos a expensas de Lotario, lo que generó un enfrentamiento entre Lotario y Ludovico, y posteriormente entre los hijos de este último. Ludovico fue encarcelado, pero debido a discordias posteriores, fue restablecido en el poder. Sin embargo, su autoridad fue constantemente cuestionada hasta su muerte en 840.

División del Imperio: Tratado de Verdún y Tratado de Mersen

Tras la muerte de Ludovico Pío, sus hijos se enfrentaron en una guerra civil. Luis y Carlos derrotaron a Lotario y, en 841, firmaron los Juramentos de Estrasburgo para protegerse mutuamente. Finalmente, los tres hermanos acordaron la paz mediante el Tratado de Verdún en 843, que dividió el imperio de la siguiente forma:

  • Luis el Germánico: Baviera, Sajonia y Alemania
  • Carlos el Calvo: Neustria, Aquitania, Gascoña y Septimania
  • Lotario: Territorios centrales del Imperio. Conservó el título de emperador hasta su muerte.

Lotario dividió su reino entre sus hijos:

  • Luis II: Italia y el título imperial
  • Carlos: Provenza (a su muerte, su territorio fue repartido entre Luis II y Lotario II)
  • Lotario II: Lorena

Tras la muerte de Lotario II, Carlos el Calvo y Luis el Germánico se repartieron Lorena mediante el Tratado de Mersen en 870.

Decadencia y Fragmentación Definitiva

Tras la muerte de Luis II, Carlos el Calvo le sucedió como emperador. Posteriormente, Carlos el Gordo se enfrentó a los normandos y a diversas revueltas internas. En Borgoña, Bosón se hizo con el poder. A la muerte de Carlos el Gordo, el imperio quedó fragmentado en:

  • Germania (únicos monarcas carolingios)
  • Francia
  • Provenza
  • Borgoña
  • Lorena
  • Italia

Guido de Spoleto fue nombrado emperador, y también nombró a su hijo Lamberto, quien tuvo malas relaciones con el Papa Formoso. Tras la muerte de Formoso, Lamberto arrojó su cadáver al Tíber. El cargo de emperador cayó en desprestigio. El último emperador carolingio fue Berenguer de Friuli, quien fue asesinado. El Papa volvió a adjudicarse el poder temporal.

Organización Político-Administrativa del Imperio Carolingio

La organización del Imperio Carolingio era simple, y existía una notable confusión entre lo público y lo privado. No existía una verdadera unidad. El rey mantenía un vínculo de fidelidad con sus vasallos, que debía renovarse periódicamente y que se juraba inicialmente a los doce años. El imperio se componía de:

  • Núcleo franco (Austrasia y Neustria) y territorios conquistados, que conservaban sus peculiaridades.
  • Aquitania: Nunca se produjo una asimilación completa, aunque se les concedió el título de reino.
  • Baviera: Organizada como ducado.
  • Italia: Los lombardos tenían su propio rey y funcionarios carolingios, pero mantenían su ley y su identidad étnica.
  • Ducados del sur de Italia: Solo pagaban tributo.
  • República de San Pedro: Aunque el emperador intervenía a su conveniencia, en principio no estaba claro si eran vasallos del imperio.

El emperador era el jefe supremo, gobernador, propietario y guía espiritual del imperio. También regulaba la disciplina y el dogma clerical. Los obispos ejercían como funcionarios en la administración central, en un contexto de escasos impuestos y pocas obras públicas, ya que cada reino se autogestionaba.

Estructura Administrativa

En el palatium (casa del rey) se encontraba el tesoro. En la capilla (oratorio privado del rey) se encontraba un capellán, que solía ser un obispo con funciones administrativas. La cancillería, compuesta por funcionarios-obispos, se encargaba de redactar los documentos reales. El conde de palacio era el jefe del Tribunal del Rey en ausencia de este y consejero real.

La administración territorial estaba a cargo de obispos y condes. Existían unos 300 condados, cada uno dividido en pagus (gobernados por vicarios) y estos en gaus (gobernados por centenarios). Cada conde contaba con unos 10 o 12 funcionarios. Los missi dominici, instituidos en 779, realizaban visitas a condados alejados de su missaticum.

Las marcas fronterizas eran:

  • Hispania
  • Bretaña
  • Dinamarca
  • Vendos
  • Ávaros

La Asamblea General, reunida en la capilla, aprobaba las propuestas del rey, que luego debían ser ratificadas por el ejército y los obispos. Las conclusiones, denominadas capitula, formaban el capitular u ordenanza. Los ejércitos eran locales y debían autogestionarse. Había entre 2000 y 3000 caballeros, además de la infantería. Utilizaban la espada y la lanza. Al ser un ejército relativamente pequeño, eran frecuentes las masacres y el uso del terror como estrategia.

Los jueces eran: vicarios < conde y escabinos < Tribunal del Rey. Este último solía imponer multas, de las cuales una parte iba a los jueces y la freda al rey. La base económica del imperio era la agricultura. Inicialmente, se otorgaban tierras en usufructo a clientes, y posteriormente se les concedían en propiedad.

Renacimiento Carolingio

En la Iglesia se conservaban pocos códices (Cicerón, Catulo y Tácito). Carlomagno promovió activamente la vida cultural. En 789, se aprobó la Admonitio generalis, que establecía que cada catedral y monasterio debía tener una escuela donde se enseñaran los salmos, el canto, las fiestas, la gramática, etc., con el objetivo de formar sacerdotes. Se implementó la liturgia romana, se introdujo la polifonía y el contrapunto, y se adoptó la escritura con letra romana.

Carlomagno se rodeó de intelectuales como Alcuino de York (principal impulsor del Renacimiento Carolingio), Paulo Diácono (autor de la Historia de los Lombardos) y Teodulfo de Orleans.

El periodo de mayor esplendor cultural se alcanzó durante los reinados de Carlos el Calvo y Ludovico Pío. Se diversificaron los temas más allá de lo religioso, aumentó la participación de germanos y galos en la cultura, se incrementó el grado de madurez intelectual y se intensificó el uso del griego.

En arquitectura, destaca la cripta, donde se guardaban reliquias, y se estableció la tipología clásica de monasterio. La Capilla del Palacio de Aquisgrán, inspirada en las de San Juan de Letrán y Rávena, es un ejemplo notable de la arquitectura carolingia. También destacan los mosaicos dorados, los frescos y la decoración de los manuscritos.

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