El Nacionalismo y la Unificación Italiana

EL NACIONALISMO

DEFINICIÓN

Entendemos que nación, pueblo y nacionalidad son sinónimos como una comunidad de individuos cuya conciencia de pertenencia a la misma se basa en la creencia de la existencia de una patria, un idioma, tradiciones, historia, cultura… El nacionalismo europeo es el deseo de afirmar su unidad y dependencia frente a otras naciones. Las conquistas napoleónicas reforzaron los sentimientos nacionalistas en España, Alemania, Bélgica, Rusia, Italia… , que comenzaron la convivencia al dominio extranjero. Se fomentan las costumbres, instituciones, culturas y lenguas locales. Es el momento del romanticismo, la mitificación del pasado y sus personajes principales (por ejemplo, en España, el Cid Campeador)

Varios tipos de nacionalismo:

  • El nacionalismo cívico o liberal: Se basa en que la nación es la suma de ciudadanos libres, con derechos y es de inspiración francesa.
  • El nacionalismo identitario: tiende a la mitificación del pasado (querían el modelo del pasado, porque el pasado era mejor)
  • El nacionalismo disgregador: cuando existen naciones/pueblos/nacionalidades que se quieren separar de otras.
  • El nacionalismo unificador: cuando hay territorios que están separados políticamente pero que tienen una cultura común y querían formar un único estado-nación.

LA UNIFICACIÓN ITALIANA

La invasión francesa redujo el número de Estados en Italia y empezó a cuajar la idea de crear un único estado italiano. El Congreso de Viena restableció la fragmentación política: el Reino de Piamonte-Cerdeña, gobernado por la dinastía Saboya; el Reino de las Dos Sicilias, gobernado por los Borbones; los Estados Pontificios, bajo control del Papa; Milán y Venecia que se integraron en Austria; y Parma, Módena y Toscana que estaban bajo control de Habsburgo. Librarse de Austria se convirtió en algo fundamental para lograr la unificación, pero ante la debilidad de los Estados Italianos, se necesitaba del apoyo de alguna gran potencia.

FASES DE LA UNIFICACIÓN: 1859/1860

Víctor Manuel II, rey de Piamonte-Cerdeña y su primer ministro, el conde de Cavour, lideran el proceso unificador. Se llega a un acuerdo secreto con Francia (Napoleón III) para atacar Milán y expulsar a los austriacos, a cambio, Francia recibiría Saboya y Niza. En las batallas de Magenta y Solferino, Austria es derrotada y Lombardía y Milán se integran en Piamonte-Cerdeña.

(1860/1865) En 1860 se realizan plebiscitos de Parma, Módena, Toscana y Romaña que deciden integrarse en Piamonte-Cerdeña. De 1860 a 1861, el líder revolucionario radical, Giuseppe Garibaldi, al frente de los camisas rojas, parte desde Génova, desembarca en Sicilia, y llega hasta Nápoles donde expulsa a los Borbones del poder y establece una dictadura. Garibaldi pretende avanzar hacia Roma y expulsar al Papa. Para evitar un conflicto diplomático con Francia, Cavour envía un ejército y consigue evitar la guerra y que las Dos Sicilias se unan a Piamonte. En 1861 se reúnen en Turín el primer parlamento italiano con representantes de todos los territorios unidos menos Venecia y Roma. El parlamento reconoce a Víctor Manuel II de Saboya como primer rey de Italia (1866-1870). En la batalla de Sadowa, Austria pierde ante Prusia, viéndose obligada a abandonar Venecia que se incorpora a Italia. En 1870, Prusia vence a Francia en la batalla de Sedán. En el ejército francés que había en Roma desde 1849 entra el ejército italiano. Roma se convierte en la capital del nuevo reino constitucional italiano. Con la ocupación italiana de Roma, se inicia un conflicto diplomático entre el Papado y el estado italiano. Pío IX (Pío Nono) no reconoce la existencia de Italia e Italia no reconoce el dominio del Papa sobre la ciudad del Vaticano. El conflicto no se resolverá hasta 1929.

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