Introducción
Se conoce como Restauración al régimen político instaurado en España en 1875, con la restauración de la dinastía de los Borbones en la persona de Alfonso XII, hijo de Isabel II. Este régimen se basó en la Constitución de 1876 y se prolongó hasta el golpe de Estado del general Primo de Rivera en 1923. Abarcó los reinados de Alfonso XII, la regencia de su esposa María Cristina y la mayor parte del reinado de Alfonso XIII.
El creador de este sistema político fue el malagueño Antonio Cánovas del Castillo, cuyas ideas políticas se basaban en:
Fundamentos doctrinales del Sistema Canovista
1. Principios fundamentales
Cánovas creía que en todo régimen político existen principios fundamentales, una constitución interna, que no se pueden cuestionar porque forman parte de la historia de cada país. En España, estas «verdades madres» eran la libertad, la propiedad, la monarquía y la dinastía.
2. Crítica política
Cánovas era partidario de la crítica política, considerándola fuente de progreso.
3. Equilibrio político
El equilibrio político se conseguía mediante:
- Soberanía compartida: La Corona y las Cortes compartían la soberanía. La Corona representaba la historia y la tradición, mientras que las Cortes representaban el progreso y la libertad. Ambas se oponían, pero se necesitaban.
- Alternancia en el poder: Dos fuerzas políticas contrapuestas se alternaban en el poder. Una gobernaba y la otra se oponía al partido gobernante, no al sistema. La oposición era tan necesaria como el propio partido gobernante. Siguiendo esta idea, se crearon dos partidos: el Conservador, liderado por Cánovas, y el Liberal, dirigido por Sagasta.
4. Oposición al sufragio universal y la democracia
Cánovas se oponía al sufragio universal y a la democracia, ya que creía que inevitablemente abrirían las puertas al anarquismo y al socialismo, ideologias que amenazaban la propiedad privada, considerada por él como consustancial al ser humano. Desconfiaba de la capacidad del pueblo español para gobernarse a sí mismo.
Análisis y valoración de la Constitución de 1876
Basándose en las ideas de Cánovas, se elaboró la Constitución de 1876, concebida como punto de equilibrio entre la moderada de 1845 y la progresista de 1869. Esta Constitución estuvo vigente hasta el golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923, lo que la convierte en la de mayor duración de la historia española.
Ideas fundamentales de la Constitución de 1876
1. Derechos y libertades individuales
Amplio reconocimiento de los derechos y libertades individuales, siguiendo el modelo de la Constitución de 1869: expresión, asociación, enseñanza, etc.
2. Soberanía compartida
Establecía el principio de soberanía compartida entre el rey y las Cortes, según la Constitución de 1845.
3. Confesionalidad católica del Estado
Reconocía la confesionalidad católica del Estado, aunque permitía la libertad de cultos.
4. Poder legislativo
El poder legislativo recaía en las Cortes junto con el rey, compuestas por:
- Congreso: Se elegía un diputado por cada 50.000 habitantes. La duración de su mandato era de cinco años.
- Senado: De carácter mixto, formado por tres tipos de senadores: de derecho propio (Grandes de España, hijos del Rey, arzobispos, etc.), vitalicios (designados por el Rey) y elegidos por las corporaciones y mayores contribuyentes. Todos ellos debían ser mayores de 35 años.
El rey intervenía en el poder legislativo convocando o disolviendo las Cortes y sancionando o vetando las leyes.
5. Poder ejecutivo
El poder ejecutivo recaía en el rey, quien lo ejercía nombrando libremente al presidente del Gobierno y a los ministros. El gobierno necesitaba la confianza del rey y de las Cortes para poder gobernar. La persona del rey era inviolable. Los ministros eran responsables de sus actos ante las Cortes.
Ley Electoral de 1877 y el sufragio censitario
Las elecciones se regulaban en principio por la Ley Electoral de 1877, que establecía el sufragio censitario. Para votar era necesario tener cumplidos los 25 años y pagar una contribución territorial mínima de 25 pesetas. Con estos requisitos, solo votaba el 5% de la población. Cánovas era contrario al sufragio universal, que finalmente fue restablecido por Sagasta en 1890, aunque sirvió de poco, puesto que conservadores y liberales lo falsearon recurriendo al caciquismo.
Funcionamiento, bases sociales e instituciones del sistema canovista
El sistema, sin embargo, no funcionó como se esperaba. Funcionaba de «arriba abajo». La Corona, según la Constitución de 1876, nombraba al presidente del Gobierno, quien convocaba elecciones y las manipulaba para conseguir una mayoría en las Cortes y así poder gobernar.
Personajes claves en el fraude electoral
1. Ministro de la Gobernación
Encargado de convocar elecciones y de que saliera el candidato adecuado, llamado el «encasillado».
2. Gobernador civil
En las capitales de provincia, actuaba como enlace entre el gobierno y el cacique.
3. Caciques
Personajes de gran influencia social y política en una ciudad o comarca. El cacique era el encargado de conseguir la mayoría política adecuada, bien presionando a los electores o falseando las actas electorales («pucherazo»).
El caciquismo
El caciquismo se dio con mayor frecuencia en las zonas rurales y era consecuencia de la estructura de la sociedad española del siglo XIX, compuesta por una mayoría de campesinos pobres, oprimidos y analfabetos, y una clase política que gobernaba para mantener los privilegios de los grupos sociales bien situados económicamente: nobleza, terratenientes, burguesía, Iglesia y ejército, que en clara alianza cerraban filas ante las reivindicaciones de las clases obrera y campesina.
Conservadores y liberales
Cánovas, admirador del sistema político inglés, concibió el funcionamiento de la política española sobre la base de dos partidos políticos que se alternasen en el poder: el Conservador, liderado por él mismo, y el Liberal, dirigido por Sagasta.
1. El Partido Conservador
Era heredero de los moderados y de los unionistas de la época de Isabel II y tenía su misma base social: aristocracia, terratenientes, funcionarios de alto nivel, etc. Tenía sus principales apoyos en la mitad sur del país.
Su líder indiscutible era Antonio Cánovas del Castillo, intelectual, abogado, periodista e historiador. Su ideología, comentada con anterioridad, era profundamente conservadora.
2. El Partido Liberal
Sus antecedentes estaban en el Partido Progresista. Sus apoyos los tenía en la burguesía industrial y comercial y en las clases medias urbanas. Tenía un gran poder de atracción en la mitad norte del país.
Estaba liderado por el riojano Práxedes Mateo Sagasta, ingeniero de caminos, antítesis de Cánovas, puesto que era simpático y popular. Hablaba como un hombre radical de izquierdas, pero cuando ocupaba el gobierno, actuaba con gran moderación.