La Guerra Civil y el Franquismo
La G.C. culminó la polarización social y divide a ESP. Tras la muerte de Sanjurjo y Mola, se crea la JDN que gobernará la «zona nacional» y prohibe los partidos políticos excepto FE de las JONS y Comunión Tradicionalista. Franco gana prestigio en el campo de batalla y desde septiembre de 1936 hasta enero de 1938, aumenta todos los cargos del Gobierno y se convierte en Caudillo de ESP (Jefe de Estado, de Gobierno, del Movimiento Nacional y Generalísimo de los Ejércitos). El franquismo era un régimen dictatorial, caudillista y totalitario, defendía un Estado unitario y centralista, no tenía constitución, sino más leyes fundamentales (Fuero de los Trabajadores, Ley Constitutiva de las Cortes, Fuero de los Españoles, Ley de Referéndum, Ley de Principios del Movimiento y Ley de Sucesión); había escasos derechos y libertades, el Movimiento Nacional era el partido único y gestionaba el Sindicato único, el Frente de Juventudes y la Sección Femenina; era de ideología conservadora y antidemocrática, y de moral católica; se basaba en una represión fuerte y sistemática a la oposición (Ley de Responsabilidades Políticas, Represión del comunismo,…) y en un control de los medios de comunicación. Este régimen consta del apoyo social del ejército, la Iglesia Católica, los Falangistas, los carlistas, los monárquicos borbónicos (inicialmente), parte de las clases medias, burguesía, terratenientes y élites financieras y la masa silenciosa (clases populares derrotadas). La única oposición con la que contó el régimen fueron los maquis, los obreros y los estudiantes, y más adelante ETA y GRAPO. Podemos dividir el régimen en 4 etapas:
La posguerra (1939-1949)
Esta época se caracteriza por: El autoritarismo político: predominio de Falange en el gobierno y orientación fascista, durísima política represiva (250000 detenidos, 30000 ejecutados), lo que provocó la escasa actividad de la oposición que se limitó a los maquis, que fueron eliminados en pocos años. La autarquía económica para reconstruir la economía, al igual que en el fascismo italiano, se diseñó una economía intervencionista cuyo objetivo era producir en ESP todos los productos básicos, el Estado fijaba los precios, regulaba la importación y la exportación, pero fue incapaz de reactivar la economía (fueron años de hambre), había escasez de los productos de primera necesidad, lo que llevó al racionamiento, la creación de un mercado negro y un alto precio de las medicinas. En cuanto a la política exterior hasta 1942 se apoyó a ALE e ITA, pero no se cumplió en la guerra, y en 1943 Franco se declara neutral, pero los aliados no dejaron a ESP incorporarse a la ONU.
El comienzo de la apertura (1950-1959)
En política exterior se acabó con el aislamiento internacional del régimen gracias a los tratados en EE.UU. que les permitía construir bases militares a cambio de una compensación económica. En 1955 ESP entra en la ONU y los países europeos comienzan a mantener relaciones diplomáticas y económicas. En el interior, la Falange pierde poder y le ganan los grupos católicos y la Ley de Principios Fundamentales del Movimiento eliminó los aspectos más fascistas del régimen. La situación económica mejoró ligeramente con la llegada de los créditos occidentales tras el aislamiento, aunque persistieron los problemas económicos. Lo que provocó las primeras huelgas mineras en Asturias y en otras grandes ciudades.
La década del desarrollismo (1960-1972)
En economía, el Plan de Renovación acabó con la política autárquica, lo que permitió la inversión extranjera y eliminar algunas de las trabas del comercio exterior. Fue el comienzo del crecimiento económico, aunque no se consiguió evitar la emigración. A partir de 1963 se aplicaron Planes de Desarrollo para impulsar la industria e incentivar las explotaciones, aunque no fueron muy eficaces. Este desarrollo implicó un profundo cambio en la sociedad: la población se desplazaba más a las ciudades, se desarrollaron las clases medias y se introdujeron nuevos inventos, se mejoró la educación primaria y la sociedad adoptó formas de pensar más libres, distanciándose de la moral conservadora. En la política interior se produjo un cierto aperturismo (Ley de Seguridad Social y Ley de ……) y en 1969 Franco eligió a Juan Carlos de Borbón como su sucesor a título de rey. En la exterior, los objetivos fueron acercarse a Europa y mantener una estrecha relación con EE.UU., y recuperar Gibraltar.
Crisis del régimen (1973-1975)
Desde 1970 el régimen entró en una crisis irreversible, coincidiendo con la decadencia de Franco. La crisis política tuvo varias facetas. Los partidarios del franquismo se dividieron en aperturistas y ultras y se eligió a Carrero Blanco como presidente del Gobierno en 1973, pero fue asesinado. Apareció ETA (asesinó a Carrero Blanco el 20 dic) y GRAPO. Aumentó la conflictividad social, nació CCOO y el gobierno reprimió cualquier protesta. La oposición logró reorganizarse: en julio de 1974 en París, se constituyó la Junta Democrática (PCE, CCOO, seguidores de Juan de Borbón y socialismo y Carlismo progresista) un año más tarde se creó la Plataforma de Convergencia Democrática (PSOE, cristianodemócratas y liberales); la Plataforma aceptaba la monarquía, mientras que la Junta proponía que la forma de Estado fuera decidida por consulta popular. Alegó además la «crisis del petróleo» (1973) cuyas consecuencias fueron más graves en ESP ya que el gobierno minusvaloró su importancia y prefirió no tomar medidas económicas adecuadas por la inestabilidad política. Se produjo un fuerte descenso de la tasa de crecimiento económico, una gran subida de la inflación y una mayor competitividad social. Por último, en 1975, hubo una crisis política por la ejecución de cinco acusados de terrorismo y la «marcha verde», que motivó el abandono de las tropas españolas del Sahara.