El Reinado de Alfonso XIII: Crisis de la Restauración y Dictadura

El Reinado de Alfonso XIII: Crisis de la Restauración y Dictadura (1902-1931)

El reinado de Alfonso XIII (1902-1931) se caracterizó por los intentos de mantener el sistema canovista de la etapa anterior, en un momento de profundos cambios políticos, económicos, sociales y culturales. La imposibilidad de adaptar el sistema a dichos cambios desembocó en su descomposición, en la caída de la propia monarquía y en la proclamación de la Segunda República. El reinado de Alfonso XIII coincidió con un intento de política revisionista. Sus impulsores pretendían transformar y «regenerar» España por completo. Los principales representantes de este reformismo fueron Antonio Maura, líder del Partido Conservador, y José Canalejas, del Partido Liberal.

El Fracaso del Regeneracionismo

Desde el comienzo de su reinado, Alfonso XIII dio muestras de su interés regeneracionista, e intervino en política y en el ejército hasta los límites que la propia Constitución le permitía. Desde 1902, hubo una gran inestabilidad interna como consecuencia de la muerte de sus líderes históricos y de la existencia de diversas facciones internas.

Antonio Maura sustituyó al asesinado Cánovas (1897) como líder del Partido Conservador, mientras que José Canalejas asumió el liderazgo del Partido Liberal tras la muerte de Sagasta en 1903. Los planteamientos de ambos se basaban en una «revolución desde arriba» que significase una identificación de la «España oficial» con la «España vital». Las medidas adoptadas buscaban:

  • Limitar el caciquismo y hacer más difícil el fraude electoral. Para ello se aprobó la Ley Electoral de 1907 y se reformó la Ley de Reclutamiento, por la que el servicio militar pasaba a ser obligatorio para todos en momentos de guerra.
  • Desarrollar una política social para atraerse a las organizaciones obreras. Se desarrollaron medidas como la Ley del Descanso Dominical. Se aprobaron leyes para mejorar las condiciones laborales de mujeres y niños.

El gobierno de Canalejas procuraba aumentar la separación de la Iglesia y del Estado. La Ley del Candado limitaba las órdenes religiosas.

Las posibilidades de reforma acabaron con el asesinato de Canalejas en 1912 y el ostracismo de Maura tras la Semana Trágica de Barcelona.

Crisis Social y Ascenso de la Conflictividad

Durante el reinado de Alfonso XIII, había graves problemas sociales: los niveles de industrialización eran muy bajos y el consumo de la población muy limitado. El caciquismo adquirió dimensiones aún más acentuadas que en el resto del país. Andalucía aparecía como una región escasamente desarrollada. El movimiento obrero creció en las primeras décadas del siglo XX, y aumentaron el número de huelgas y afiliaciones sindicales tanto a la UGT como a la CNT.

El año 1917 fue especialmente importante: se unieron la influencia de la Revolución Rusa y el encarecimiento de los productos a consecuencia de la Primera Guerra Mundial. Todo ello generó un periodo conocido como el Trienio Bolchevique (1918-1921). Se impulsaron revueltas campesinas para mejorar las condiciones de trabajo y el nivel de vida de los trabajadores. La represión por parte de la autoridad y la detención de los principales líderes puso fin a este clima de rebelión.

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

Los graves acontecimientos de 1917 pusieron de manifiesto la profunda crisis en la que se hallaba el régimen de la Restauración. La única solución que encontraron sus dirigentes fue la formación de gobiernos de concentración, pero no fueron capaces de dar respuestas a los múltiples problemas del país.

Los partidos dinásticos se fragmentaron en multitud de facciones, debido a la ausencia de un líder político claro. Maura intentó formar un gobierno de concentración con políticos de los partidos dinásticos como Romanones y Dato. El catalanismo, a través de la figura de Cambó, también participó. Sin embargo, este gobierno se deshizo en 1918 ante la falta de entendimiento.

Algunos de los grupos más extremistas vinculados a la CNT practicaron un sindicalismo violento, atentando contra patronos, autoridades y fuerzas del orden. Ejemplo de este clima de violencia fue el asesinato del presidente del gobierno Eduardo Dato en 1921.

El asesinato de Eduardo Dato y el Desastre de Annual (1921), llevaron al general Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, a pronunciarse contra la legitimidad constitucional y a declarar el estado de guerra el 13 de septiembre de 1923. Primo de Rivera asumió el papel de «cirujano de hierro» que el regeneracionista Joaquín Costa creía necesario para acabar con los males de España. Hoy en día no cabe duda que Alfonso XIII vio con buenos ojos los beneficios de esta solución militar. Así, Primo de Rivera juró el 15 de septiembre de 1923 como presidente del gobierno, asistido por un Directorio militar.

El Directorio Militar (1923-1925)

La dictadura de Primo de Rivera puede dividirse en dos etapas: El Directorio militar (1923-1925) compuesto exclusivamente por militares, y el Directorio civil (1925-1929) que incluyó en su gobierno a civiles como José Calvo Sotelo, aunque el peso de los militares continuó siendo muy importante. Durante la dictadura se produjeron cambios como:

  • Prohibición de las actividades de los partidos políticos y sindicatos, y represión del movimiento obrero.
  • Se elaboró un Estatuto Municipal y otro Provincial para eliminar el caciquismo.
  • Primo de Rivera creó la Unión Patriótica, que era un partido de gobierno, sin ideología definida salvo el catolicismo y el conservadurismo.
  • Se revitalizó la institución del Somatén para mantener el orden público.
  • Hubo éxitos militares y económicos.

El problema de Marruecos fue el hecho más importante durante la primera etapa de la dictadura. Tras la derrota española en Annual, el líder rifeño Abd el-Krim atacó territorios del protectorado francés. España y Francia llevaron a cabo de forma conjunta el desembarco de Alhucemas (1925) que finalizó con la derrota del jefe rifeño. La victoria de Alhucemas supuso el cénit de la popularidad de Miguel Primo de Rivera.

El Directorio Civil (1925-1930) y la Caída de la Dictadura

La dictadura se benefició de la positiva coyuntura económica de los años veinte: ampliando las infraestructuras y nacionalizando empresas (CAMPSA) y el servicio telefónico. Estas iniciativas mejoraron las comunicaciones y redujeron el paro, pero la dictadura acabó beneficiando a las clases más acomodadas. Sin embargo, esta tuvo los siguientes opositores:

  • La Alianza Republicana.
  • En Cataluña, la prohibición del catalán provocó rechazo incluso en la Lliga Regionalista.
  • La CNT, que se activó en la clandestinidad ante la dictadura. Hubo una mayor radicalización del anarquismo con la FAI.
  • Intelectuales como Unamuno u Ortega y Gasset.

En conclusión, de 1923 a 1930 fueron siete años de ausencia de libertades y la imagen de Alfonso XIII se vio muy perjudicada.

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