El reinado de Alfonso XIII transcurre entre 1902 y 1931, año en que cae la monarquía y se proclama la IIª República. El desastre de 1898 no alteró el sistema político de la Restauración, diseñado por Cánovas del Castillo, basado en el turnismo de conservadores y liberales y la Constitución de 1876. Pero sí había extendido entre la sociedad un amplio deseo de cambios y reformas, a lo que se denominó regeneracionismo, que llegó también a los partidos políticos. Antonio Maura (conservador) y José Canalejas (liberal) intentaron diversas formas de regeneracionismo de la política desde dentro:
– Maura y el regeneracionismo conservador:
Presidió el gobierno en varias ocasiones, en su gobierno largo (1907-1909), intentó diversas reformas que permitiesen una revolución desde arriba, que evitase otra desde abajo:
+ Reformas del sistema político y administrativo:
- Se aprobó una nueva Ley Electoral (1907) que establecía la obligatoriedad del voto, para movilizar a los votantes y dificultar el caciquismo.
- Promovió un proyecto de Ley de Administración Local, que permitía la creación de Mancomunidades o asociaciones de Diputaciones en cada región, lo que permitía un cierto autogobierno regional, buscando satisfacer las reivindicaciones nacionalistas moderadas. Pero el proyecto fue rechazado por la mayoría de partidos, incluyendo una parte de los conservadores.
+ Reforma de las condiciones económicas y sociales de las clases populares:
- Se crea el Instituto Nacional de Previsión, antecedente de la Seguridad Social; descanso obligatorio de los domingos; regulación de la jornada laboral de mujeres y niños…
– Canalejas y el regeneracionismo liberal:
Entre 1910-1912 Canalejas intentó también nuevas formas de regeneración del sistema político, intentando ampliar su base social. Sus principales medidas fueron:
+ Separación Iglesia-Estado:
- Para introducir la libertad de enseñanza se negoció con el Vaticano una Ley de Asociaciones Religiosas.
- Se aprobó la Ley del candado (1910), que prohibía la instalación de nuevas comunidades religiosas durante 2 años. Esto provocó tal oposición de los sectores católicos y el Vaticano que no pudo aprobarse la Ley de Asociaciones Religiosas.
+ Reformas sociales:
- Reducción de la jornada laboral; seguridad social obligatoria; eliminación del impuesto de consumos; servicio militar obligatorio (1912), en tiempo de paz se permitía el pago de dinero para reducirlo a 5 meses.
+ Ley de Mancomunidades (1912):
- Recuperó la idea de Maura y consiguió que en esta ocasión fuera aprobada.
Pero también hubo problemas:
– La debilidad interna de los partidos dinásticos:
Tras la desaparición de sus líderes históricos (Cánovas y Sagasta) se produjeron luchas internas tanto en el partido conservador como en el liberal, estimuladas por el Rey, que así podía cambiar a los gobiernos e imponer su política autoritaria.
– El problema militar:
La derrota de 1898 había puesto de manifiesto la nefasta organización del ejército, muy criticada por la prensa y sectores antimilitaristas. El Ejército atribuyó la responsabilidad a los políticos y reivindicó un papel protagonista en la política para salvar al país. Contribuyó Alfonso XIII, que había recibido una educación muy influida por valores militares y estaba muy vinculado al sector más conservador del Ejército.
– El incremento del nacionalismo:
El desastre de 1898 provocó un aumento del nacionalismo. En Cataluña, la Lliga Regionalista, dirigida por Enric Prat de la Riba y Francesc Cambó, ganó las elecciones municipales de 1905. Era un partido moderado y aun así su triunfo fue visto por el ejército como un riesgo de división de la Patria. En 1905 la revista satírica catalana ¡Cu-Cut! publicó una viñeta antimilitarista. Los militares lo consideraron una ofensa, asaltaron la revista y exigieron del gobierno (con el apoyo del Rey) una Ley de Jurisdicciones (1906), por la que toda ofensa al ejército sería juzgada por tribunales militares como delito contra la Patria. Así, desaparecía la supremacía del poder civil sobre el militar. El Partido Nacionalista Vasco se dividió entre partidarios de la independencia (Sabino Arana, líder) y moderados, que aceptaban participar en la política española y aspiraban a la autonomía y que serán los que se impongan.
– El problema de Marruecos:
Tras la pérdida de las colonias en 1898, España se centró en el norte de África, donde poseía, Ceuta y Melilla. En la Conferencia de Algeciras (1906) España y Francia se reparten el territorio de Marruecos. El interés de España se debe a: Emular, a menor escala, la política colonialista de Francia y Gran Bretaña; El Ejército pretendía recuperar su desprestigiada imagen; La burguesía pretendía explotar las minas de hierro cercanas a Melilla.
El ejército estaba mal organizado y equipado y debía enfrentarse a tribus bereberes muy hostiles. En 1909 el gobierno de Maura envía tropas de refuerzo. En Barcelona, puerto de embarque de las tropas, se inició el 18 de julio una protesta que derivó en huelga general, convocada por republicanos, socialistas y anarquistas. En este ambiente llegó la noticia de la derrota de las tropas españolas en la batalla del Gurugú y en el Barranco del Lobo, donde murieron más de 1.000 soldados. Como reacción, la huelga en Barcelona degeneró en insurrección popular, enfrentamientos con las fuerzas del orden público y la quema de iglesias y conventos se denominó: la Semana Trágica de Barcelona (26 de julio al 1 de agosto de 1909). El gobierno conservador de Maura movilizó al ejército y reprimió la sublevación sin contemplaciones causando 80 muertos, 2.000 detenidos y 17 condenas a muerte, de las que se ejecutaron 5. Entre los ejecutados destacó Francisco Ferrer y Guardia, un pedagogo anarquista y anticlerical, condenado sin pruebas como jefe de la rebelión.
– El aumento de los conflictos sociales:
El movimiento obrero seguía siendo débil, con pocos afiliados, y estaba dividido entre anarquistas y socialistas. Los anarquistas dominaban en las zonas industriales de Cataluña y entre los campesinos de Extremadura y Andalucía, y eran partidarios de la huelga general y la violencia como medio de lucha y los socialistas, partidarios de la vía política, eran más escasos y hasta 1910 no consiguieron que Pablo Iglesias fuera elegido diputado. El movimiento obrero conseguirá la movilización de la población en circunstancias concretas.