El reinado de Alfonso XIII
El reinado de Alfonso XIII. El sistema de la Restauración se mantenía, pero el desastre del 98 puso de manifiesto su debilidad. Alfonso XIII se convirtió en rey, finalizando así la regencia de su madre, María Cristina. El reinado de Alfonso XIII se puede dividir en dos etapas: al comienzo, se mantuvo la Constitución de 1876 y se hicieron denodados esfuerzos para renovar y regenerar el sistema. Sin embargo, la crisis era profunda, y resultó muy difícil mantener el sistema de la Restauración. Dando comienzo a la segunda etapa, Primo de Rivera dio un golpe de Estado. Su objetivo inicial era resolver los problemas del sistema, por lo que la dictadura no debería prolongarse mucho. Por un lado, quedó claro la intención de mantener la dictadura y, por otro, no fue capaz de resolver los problemas de España, y la crisis los agudizó. Llegó la Segunda República.
La crisis militar y las Juntas de Defensa
La crisis militar y las Juntas de Defensa El malestar en el Ejército fue aumentando debido a varias razones. Por un lado, el proyecto de reforma militar iba a acarrear un cambio profundo, la reducción de la cantidad de oficiales. En segundo lugar, el ejército quiso reivindicar su protagonismo ante la crisis y pidieron una subida de salarios. En tercer y último lugar, se manifestó el enfado de los militares por los ascensos en el escalafón, puesto que el gobierno daba prioridad a los que participaban en la guerra de África. En este contexto, y para reforzar sus reivindicaciones, algunos grupos militares formaron las Juntas de Defensa. En junio de 1917 estas Juntas presentaron un ultimátum al gobierno. Éste, con el objetivo de acercar hacia sí y hacia el rey al Ejército, y para acallar las sospechas de golpes de estado, aceptó una Ley del Ejército que daba respuesta a las peticiones de los militares.
La crisis política y la Asamblea de Parlamentarios
La crisis política y la Asamblea de Parlamentarios Desde el inicio de 1917, las Cortes permanecieron cerradas. Algunos políticos, aprovechando la formación de las Juntas de Defensa y la rebelión de los militares, le pidieron al gobierno de Dato que permitiese que las Cortes se reuniesen. El gobierno no lo aceptó y Francesc Cambó, el político de la Lliga Regionalista de Cataluña, aprovechó para lanzar una convocatoria para una Asamblea de parlamentarios en Barcelona. Entre lo objetivos estaba dar respuesta a los problemas y retos que el país tenía planteados. En julio se formó la Asamblea de Parlamentarios con diputados republicanos, liberales, regionalistas y socialistas La asamblea acordó formar un gobierno provisional, abrir de nuevo las Cortes o aceptar la autonomía de Cataluña, pero el gobierno disolvió la asamblea, argumentando que era separatista.
La crisis social y la huelga general
La crisis social y la huelga general En esos momentos se mostró la fuerza del movimiento obrero. Debido a las diferencias sociales y a los problemas de aquellos años, los trabajadores también presentaron sus demandas. El jefe de gobierno entonces, el conde de Romanones prometió que arreglaría los problemas, pero como consecuencia de una crisis de gobierno, Dato se convirtió en el nuevo jefe de gobierno y la promesa quedó olvidada. En esa difícil situación, los sindicatos más importantes de España, es decir, UGT y CNT convocaron una huelga general, la primera en la historia de España. Los políticos, burgueses y militares estaban atemorizados ante la fuerza del movimiento obrero y respondieron con dureza. Además, la huelga de trabajadores sirvió para garantizar la fidelidad del ejército al gobierno. Así y todo, a partir de este momento y hasta 1920 hubo un período de inestabilidad conocido como “el trienio bolchevique”. En esta época, el territorio rural de Andalucía adquirió protagonismo. Como se ha indicado, la inestabilidad era evidente, la crisis de la Restauración era clara y la violencia social prendió en el país. El pistolerismo fue la característica de esos años, protagonizado por los seguidores de sindicatos extremistas y por pistoleros pagados por la patronal.
La etapa de renovación y revisión del sistema
La etapa de renovación y revisión del sistema Con 16 años, Alfonso XIII fue coronado rey. En ese momento, los principales retos de la Restauración eran los siguientes: Era imprescindible la autenticidad al sistema para que durase. La industrialización generó un nuevo grupo social: el proletariado. Había que aumentar el número de los que tomaban parte en el juego político. El año 1905 ocurrió una grave crisis en el reinado de Alfonso XIII. Viastos los resultados de las elecciones, la euforia nacionalista era patente. El gobierno, en lugar de castigar la acción de los militares, cerró las sedes de esas dos publicaciones y aceptó la ley de Jurisdicciones. Dicha ley establecía que las ofensas contra la patria y el Ejército serían juzgados por tribunales militares, quedando así de manifiesto, la intervención del Ejército en cuestiones políticas. En ese momento, lo que el sistema de la Restauración había intentado evitar desde un principio, la intervención del Ejército en política resultaba anulado. Además de la ley de jurisdicciones, otros factores también impulsaron esta nueva aparición de los militares: la actitud del rey, la pérdida de Cuba, y la guerra de Marruecos. Esta guerra supuso la aparición de una nueva élite militar: los africanistas.
La crisis de 1917 y la crisis del sistema
La crisis de 1917 y la crisis del sistema Se juntaron varios factores que agudizaron la debilidad del sistema de la Restauración. A decir verdad, la crisis había empezado varios años antes, puesto que la crisis militar, la crisis política, y la crisis social se manifestaron casi al mismo tiempo, impulsando el colapso del sistema.
El colapso del sistema
El colapso del sistema El sistema de la Restauración estaba viviendo sus últimos años. Los problemas eran cada vez mayores en todos los ámbitos. El fial estaba cerca. Algunos problemas: La inestabilidad política. Las luchas sociales se agudizaron durante estos años. El conflicto de Marruecos.
Los republicanos
Los republicanos Tras el fracaso de la Primera República, surgieron diversas tendencias en el interior del republicanismo. Se pueden destacar tres sectores fundamentales: el primero, el Partido Posibilista dirigido por Castelar, partidario del orden social y del conservadurismo. El segundo era el Partido Federal. Su líder principal fue Pi i Margall. Este partido tuvo una buena organización y mantuvo una estrecha relación con los trabajadores. Su base social estaba en los entornos urbanos, pero también tenía arraigo en zonas rurales de Andalucía o Cataluña. El tercero era el Partido Republicano Progresista-Demócrata, dirigido por Ruiz Zorrilla y Salmerón. Debido a problemas internos, el sector dirigido por Salmerón se separó y formó el denominado sector institucional.
El levantamiento de Cuba
El levantamiento de Cuba “el grito de Yara” dio comienzo al primer conflicto armado. En esta guerra el movimiento a favor del autonomismo y el movimiento contrario a la esclavitud lucharon conjuntamente. Diez años más tarde se firmó la Paz de Zanjón, y en ese acuerdo la metrópoli se comprometía a establecer diversas formas de autogobierno. José Martí creó el partido Revolucionario de Cubase lanzó el grito de Bairei: “¡Viva Cuba libre!” y comenzó el levantamiento en Santiago. El gobierno de España quiso arreglar la situación y envió a la isla a un intermediario, el general Martínez Campos. Vista la imposibilidad de negociación, la metrópoli optó por la represión y envió al general Weyler.
El levantamiento de Filipinas
El levantamiento de Filipinas. José Rizal creó la Liga Filipina. Entre los objetivos de este partido estaba conseguir la autonomía. Los hechos cambiaron las intenciones iniciales y conseguir la independencia se convirtió en el objetivo fundamental. El general Polavieja detuvo y ejecutó a Rizal y esta represión ejercida por la metrópoli, al igual que ocurrió en Cuba, agudizó el conflicto. Surgieron algunos grupos clandestinos, como el grupo Katipunan, que defendían la independencia y la expulsión de los españoles.
El Carlismo
El Carlismo En 1876, el carlismo fue derrotado. Después de haber perdido el conflicto armado, se centró en la lucha política. Sin embargo, fue perdiendo fuerza incluso en los sitios en que estaba más arraigado, como en las provincias vascas, Navarra y algunos otros. El nuevo Santo Padre, León XIII, introdujo innovaciones y las relaciones entre la Iglesia y el Estado español se fueron haciendo mas cercanas. Después de morir Alfonso XII, el carlismo se dividió. Por un lado, se formó el Partido Integrista, que resultó no tener una sólida base y, por otro lado, aparecieron las Juntas Tradicionalistas, con la intención de mantener vivo el carlismo por medio de actividades y propaganda en pueblos y provincias.
El movimiento obrero
El movimiento obrero Al mismo tiempo que el sistema de la Restauración se establecía, otro proceso se daba en España: la industrialización. Ésta trajo problemas y cambios. La distancia entre los trabajadores y el régimen se fue haciendo progresivamente mayor, lo que fortaleció la adhesión de los trabajadores a los partidos y organizaciones obreras.
El anarquismo
El anarquismo Durante el Sexenio, y por la actividad de Giuseppe Farinelli, el anarquismo arraigó en España y durante la Restauración esa fuerza aumentó. En Barcelona, los anarquistas crearon la Federación de Trabajadores de la Región Española. La Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) tenía algunos grupos en España, pero después del golpe de estado del general Pavía, tales grupos quedaron ilegalizados por medio de un decreto. El anarquismo rechaza todo tipo de poder.
El socialismo
El socialismo Se creó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Sus creadores fueron Pablo Iglesias y Jaime Vera. Tomaron parte en la política oficial, aunque no aceptaban el régimen impuesto y tenían como base el marxismo. Los trabajadores pretendían conquistar el poder político y convertir la propiedad privada de los medios de producción en propiedad colectiva. En el Congreso mencionado anteriormente se creó la UGT (Unión General de Trabajadores) y aunque estaba vinculado al PSOE, era una organización independiente.
Los nacionalismo y regionalismos
Los nacionalismo y regionalismos Surgieron algunos movimientos localistas o regionalistas. En ese momento no tuvieron la fuerza necesaria para convertirse en movimientos nacionalistas, pero a medida que avanzaba el siglo, esos proyectos se fortalecieron y se convirtieron en movimientos nacionalistas. Para comprender el surgimiento del nacionalismo vasco es necesario tener en cuenta dos procesos: por un lado, la desaparición de los fueros supuso la desaparición de los fundamentos de la identidad vasca según algunos grupos y, por otro lado, la industrialización de este territorio, transformó radicalmente el modo de vida tradicional.
La Constitución de 1876
La Constitución de 1876 La Constitución de 1876, ha sido la que ha estado más tiempo en vigor. Fue un texto corto, 89 artículos, y se apoyaba en las dos constituciones anteriores. Las nuevas Cortes, elegidas por sufragio universal, ratificaron la Constitución. Las elecciones para constituir dichas Cortes se realizaron según la legislación del Sexenio Democrático. Sus características fundamentales eran las siguientes: La soberanía compartida entre las Cortes y el rey. El rey tenía amplias competencias, puesto que la monarquía era una institución anterior a la Constitución. Las Cortes bicamerales. El Congreso de los diputados era elegido por sufragio. En el senado, en cambio, había senadores de distinto tipo. Los derechos establecidos por la Constitución de 1869 se mantuvieron, pero no se regularon. La religión católica era la oficial, aunque se aceptaban otras religiones.
La monarquía
La monarquía Siguiendo al canovismo, la historia de España es inseparable de la monarquía. El rey era un rey soldado. El rey tenía que recibir una formación militar para convertirse en el mando supremo del Ejército. Además, la corona asumió un papel mediador, es decir, debía dirigir y mantener las relaciones entre los diversos poderes del Estado. En resumen, el rey era el núcleo del estado. Dicho de otra forma, la monarquía era el Estado.
Los partidos políticos y el turnismo
Los partidos políticos y el turnismo El sistema, siempre basado en el canovismo, construyó dos partidos oficiales con el objetivo de dar una mayor estabilidad a la Restauración. Estos dos partidos mayoritarios tenían que conseguir la mayoría de los escaños. Los dos partidos mencionados fueron los siguientes: el Partido Liberal Conservador, dirigido por Cánovas y el Partido Liberal Fusionista, cuyo líder era Práxedes Mateo Sagasta. El Partido Liberal Conservador, Se identificaba con el ámbito conservador y moderado de etapas anteriores y era representativo de la derecha monárquica. En general, los miembros de este partido eran aristócratas, miembros de la alta burguesía, grandes terratenientes… El Partido Fusionista, en cambio, era la oposición al anterior. En este Partido Fusionista se integraron miembros de otros grupos políticos del Sexenio. Demócratas, progresistas, radicales etc. Las bases sociales de este partido eran comerciantes, empresarios, la burguesía media…