Reinado de Fernando VII: Etapas (1814-1833)
Sexenio Absolutista (1814-1820)
A finales de 1813, con la firma del Tratado de Valençay, Fernando VII recupera el trono de España. Sin embargo, tras su llegada decide restablecer las instituciones de la Monarquía Absoluta anulando la Constitución de 1812 y las Cortes de Cádiz mediante un Golpe de Estado en mayo de 1814. Esta vuelta al absolutismo se produce gracias a que Fernando VII contaba con el apoyo del pueblo, siendo aclamado como «El Deseado».
También contaba con el apoyo de los privilegiados que realizan un documento denominado «Manifiesto de los Persas» en el cual se hacía una defensa de los principios del Antiguo Régimen.
Estos dos apoyos, junto a la poca tradición constitucional en España y el propio carácter absolutista del monarca, facilitan la vuelta al absolutismo.
La restauración del Antiguo Régimen supuso el restablecimiento de los privilegios de la Iglesia y la Nobleza y además contó con el apoyo de gran parte del ejército y del pueblo llano. Aún así, Fernando VII tuvo que hacer frente a dos grandes problemas:
- Problemas externos: derivados de la independencia de las colonias americanas y que acabará con la pérdida de todos los territorios españoles en la América continental, excepto Cuba y Puerto Rico.
- Problemas internos: derivados de la grave situación económica en consecuencia de la Guerra de la Independencia junto a una serie de malas cosechas. A esto, se unía una desastrosa situación financiera del país, debido a la falta de capitales y a la disminución de metales preciosos llegados de América. Pero la situación económica más grave era la crisis de Hacienda, la cual solamente se podía solucionar si se eliminaban los privilegios de las clases altas y de la Mesta, medida liberal que Fernando VII no adoptará.
En el plano político, el mantenimiento del régimen absolutista provocó el levantamiento de los liberales, que el rey trató de resolver mediante una fuerte represión. Sin embargo, fueron varios los pronunciamientos que se realizaron contra el absolutismo. Un pronunciamiento es una rebelión polito-militar, por lo general unida a un manifiesto, que tiene como fin atraer apoyos sociales y políticos y así forzar un cambio de gobierno.
Varios de estos pronunciamientos fracasaron, en especial importancia los de Espoz y Mina, Luis Lacy y Porlier.
Sin embargo, en enero de 1820 el pronunciamiento del General Riego triunfó, lo que supuso el final del periodo absolutista dando paso a una etapa liberal.
Trienio Liberal (1820-1823)
En enero de 1820, Rafael Riego se levantará en Cabezas de San Juan, Sevilla, triunfando el pronunciamiento y obligando a Fernando VII a jurar la Constitución de 1812 y a reinstaurar la obra legislativa de las Cortes de Cádiz. Este periodo se caracteriza por una doble inestabilidad. Por un lado, por la actitud del monarca, reacio a imponer el liberalismo vetando leyes y nombrando ministros absolutistas. Por otro lado, la inestabilidad por la división entre los liberales:
- Liberales Moderados: Defienden un sistema bicameral, un sufragio restringido y representan los intereses de la burguesía de negocios.
- Liberales Exaltados: Defienden un sistema unicameral, un sufragio universal representando los intereses de las clases medias y liberales.
Además de la inestabilidad política, también aumentan las protestas en la calle, tanto de absolutistas como de liberales, sobre todo del sector exaltado ante las medidas aprobadas por un gobierno moderado.
El problema de la Hacienda continúa agravándose, por eso se intentan algunas reformas, creándose impuestos indirectos sobre el consumo o la tierra. Estas medidas enfrentaron a la Iglesia con el Gobierno y también a los campesinos ya que muchos de ellos serían arrastrados por la Iglesia para participar en sublevaciones absolutistas. El miedo de las potencias absolutistas europeas ante la instauración del liberalismo en España provocó que tras el Congreso de Verona en 1822 y a petición del Rey Fernando VII, se ordenase enviar a España al ejército denominado «Los cien mil hijos de San Luis» que entraron por los Pirineos y sin apenas resistencia, entraron en Madrid por lo que Fernando VII volvió al absolutismo.
Década Ominosa (1823-1833)
Este periodo se inició con la anulación de todos los actos del gobierno constitucional del Trienio Liberal volviéndose a instaurar el absolutismo y llevándose a cabo una represión más dura que la de 1814 encargada a los «voluntarios realistas», que era una especie de policía que se creó para llevar a cabo esta represión y sembrar el terror.
Aun así, Fernando VII no reinstauró la Inquisición y llevó a cabo un absolutismo más abierto aceptando algunas reformas liberales denominándose este gobierno «Despotismo Ministerial». Esto no gustó a los sectores absolutistas más radicales denominados «apostólicos» encabezados por el hermano del Rey, Carlos María Isidro y realizaron revueltas contra el rey siendo la más importante llevada a cabo en Cataluña en 1827 denominada la sublevación de los «Malcontents» (Ofendidos).
En 1830 se producen las segundas oleadas liberales en Europa. Esto provoca entusiasmo en los liberales españoles exiliados, que regresan al país para intentar imponer el liberalismo. Los casos más importantes fueron los del General Torrijos, detenido en Málaga; y el de Mariana Pineda, que fue ajusticiada por bordar una bandera liberal.
En 1830 nace Isabel, la primera hija de Fernando VII. Poco antes de su nacimiento, Fernando VII había decidido anular la Ley Sálica por la cual solo podían reinar los varones, y sustituirla por la Pragmática Sanción. Sin embargo, en 1832, durante una grave enfermedad del Rey, Carlos María Isidro (hermano del rey) consigue que Fernando VII anule la Pragmática Sanción, pero una vez restablecido, la impuso de nuevo y hace jurar a su hija Isabel como heredera legítima del trono. Cuando muere Fernando VII en 1833, ante la minoría de edad de Isabel, toma el poder su mujer María Cristina a modo de regencia.
Aun así, Carlos María Isidro no reconoce la Pragmática Sanción y se proclama Rey de España como Carlos V, comenzando así las Guerras Carlistas.