El Reinado de Fernando VII
El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Tras el Tratado de Valençay en 1813, Fernando VII regresó a España, donde los principios políticos absolutistas dominaban. El 4 de mayo de 1814, emitió un decreto disolviendo las Cortes, aboliendo la Constitución de 1812 y restableciendo el absolutismo.
El Sexenio Absolutista se caracterizó por la anulación de las reformas liberales y la vuelta al Antiguo Régimen. España quedó marginada de los beneficios del Congreso de Viena y su economía se vio afectada por la guerra y la pérdida de las colonias americanas.
El Trienio Liberal (1820-1823)
Un pronunciamiento liberal triunfó en 1820, proclamando la Constitución de 1812. Fernando VII obstruyó el funcionamiento constitucional, lo que provocó una escisión entre los liberales: los»doceañista» (moderados) y los»veinteañista» (progresistas).
Los liberales aplicaron una política anticlerical, expulsando a los jesuitas, aboliendo el diezmo y desamortizando los bienes de las órdenes religiosas. El enfrentamiento con la Iglesia fue un elemento clave de la revolución liberal.
La Década Ominosa (1823-1833)
Las potencias absolutistas europeas intervinieron en España en 1823, derrocando al gobierno liberal. Fernando VII anuló la legislación del Trienio y restauró el absolutismo.
Se inició una represión contra los liberales, con la ejecución de Riego y la creación de Juntas de Fe. El ejército fue disuelto y la administración depurada.
A pesar de la represión, las conspiraciones militares liberales continuaron. La reforma de la Hacienda emprendida por López Ballesteros permitió equilibrar el presupuesto.