El reinado de Fernando VII: las resistencias al cambio
La restauración del absolutismo (1814-1820)
En 1814, Fernando VII volvió a España. Los liberales esperaban que el rey jurase la Constitución de Cádiz y restauraran el Antiguo Régimen. Debido a esto, los liberales intentaron pronunciamientos pero fracasaron.
El trienio liberal (1820-1823) y el papel de Andalucía
Rafael Riego dirigió un pronunciamiento liberal en las Cabezas de San Juan. Como resultado del pronunciamiento, el rey juró la constitución, liberó a los presos políticos y convocó elecciones para reunir las cortes. Jugaron un papel político muy importante el granadino Francisco Martínez de la Rosa y el gaditano Antonio Alcalá Galiano.
El fin del absolutismo (1823-33) Torrijos y Mariana de Pineda
La Hacienda estaba sin fondos y la pérdida del imperio americano agravó aún más la crisis económica. En Andalucía tuvo lugar la sublevación del general Pineda. Problema dinástico. Debido a la Ley Sálica, en España no podían reinar las mujeres y Fernando VII promulgó la Pragmática Sanción para que reinara su hija Isabel. Pero los dos absolutistas no lo aceptaron y se produjo la primera guerra carlista. Duro 7 años, los carlistas fueron derrotados. El Abrazo de Vergara puso fin a la guerra.
El reinado de Isabel II: la construcción del Estado liberal
El triunfo del liberalismo (1833-1844)
La primera regente fue María Cristina, la madre de Isabel II. María Cristina se alió con los liberales para ganar la guerra carlista. Estos estaban divididos en dos: los moderados y los progresistas. Al principio María Cristina dio el poder a los moderados, pero más tarde se vio obligada a entregárselo a los progresistas. Los progresistas y Mendizábal al frente del gobierno. Tomaron medidas para suprimir los restos del Antiguo Régimen, como la desamortización. Promulgaron la Constitución de 1837, que no era tan avanzada como la de 1812. María Cristina dimitió y se puso frente al poder el general Espartero. Más tarde (1843) Espartero dimitió debido al pronunciamiento de los moderados y los progresistas. Isabel II fue nombrada reina con trece años.
La década moderada (1844-1854)
Isabel II encargó el gobierno a los moderados. Sus primeros gobiernos los presidieron Narváez o Bravo Murillo. En 1845 se aprobó una nueva Constitución, esta limitó el derecho de voto solo a los más ricos. El Estado se organizó de forma centralista, es decir, el rey puede designar los alcaldes de otras ciudades. De los progresistas se dividieron el partido democrático y los republicanos.
El bienio progresista (1854-1856) y la Unión Liberal
El poder pasó a Espartero y este estaba apoyado por un partido de O’Donnell llamado la Unión Liberal. Se aprobó la ley de Ferrocarriles. En Andalucía, esta agitación social fue el motivo que la reina esgrimió para retirar del gobierno a los progresistas.
El fin del reinado de Isabel II y el Sexenio Democrático (1868-1874)
La crisis final del reinado de Isabel II
Había problemas económicos. Los progresistas, los republicanos y los demócratas estaban descontentos y sin poder. Se distanciaron del régimen por el autoritarismo del gobierno. La reina tenía una vida escandalosa. Los progresistas, demócratas y republicanos firmaron el Pacto de Ostende, en el que acordaron la expulsión de los Borbones.
La revolución de 1868 y la monarquía de Amadeo I
Hubo un pronunciamiento por Topete, Serrano y Prim que crearon juntas revolucionarias, y la reina se vio obligada a abandonar España. Se creó un gobierno provisional (1868-1871) presidido por Serrano. La Constitución de 1869 era el primer texto democrático de la historia de España. El general Prim fue el que buscó un nuevo rey para España: el príncipe italiano Amadeo de Saboya. Amadeo I era un rey moderno y democrático. La iglesia rechazaba sus ideas progresistas y los republicanos y parte de la población no lo querían porque era extranjero. Una insurrección en Cuba y una nueva guerra carlista. Amadeo I acabó por abdicar.
La Primera República
Se instauraba la Primera República (1873). La mayoría de los grupos políticos eran monárquicos y los republicanos se dividieron entre una república federal y una república unitaria. Esto provocó el estallido del movimiento cantonalista. Además, hubo una tercera guerra carlista y de la guerra en Cuba. Pavia dio un golpe de Estado y disolvió las cortes en 1874. El general Serrano gobernó durante un año porque no profundizó en las reformas que se esperaban de la república y Martínez Campos proclamó rey a Alfonso XII.