El reinado de Isabel II y las guerras carlistas en España

Introducción

Nace Isabel II hija de Fernando VII, en 1830. Se aprueba la Pragmática Sanción, Fernando VII muere en 1833, lo que provoca la revolución liberal. Aparecen nuevas estructuras políticas, como el régimen constitucional. Nueva estructura social: igualdad ante la ley, fin de los privilegios y las clases sociales, nueva estructura económica, economía de mercado.

Desarrollo

Isabel II con 3 años no puede reinar, por lo que María Cristina de Borbón asume la regencia a la muerte de su marido, en 1833. Los liberales son la única fuerza capaz de mantenerse en el trono. Se destituyó a Cea Bermúdez y se llamó a Martínez de la Rosa, que realizó reformas moderadas y en el año 1834 destacó el Estatuto Real. La Carta otorgada reafirmará el poder de la Corona y se menciona las Cortes divididas en: Estamento de Próceres y Estamentos de procuradores.

En el año 1835 la reina sustituyó a Martínez de la Rosa por Mendizábal, que recuperó la constitución de 1812 y las leyes aprobadas en las Cortes de Cádiz y en el trienio liberal, quiso sanear la hacienda mediante la desamortización eclesiástica. Revueltas que culminaron con el motín de la Granja, se consiguió la mayoría progresista. Las consecuencias, en julio de 1837 la nueva constitución que fue redactada por Argüelles, una soberanía compartida, sistema bicameral y el sufragio censitario.

La primera guerra carlista

De 1833 a 1840, durante la regencia de María Cristina. Se produjo una guerra civil entre carlistas e isabelinos. Producto de que Carlos María de Isidro no aceptó los derechos al trono de su sobrina. El Carlismo defiende los fueros Vascos y Navarros, el tradicionalismo y rechazo a la modernización y el ruralismo. Pretenden mantener los derechos al clero y el restablecer la inquisición. Su lema es “Dios, Patria, Rey y Fueros”. Los personajes más importantes, Tomás de Zumalacárregui y Rafael Maroto en el bando carlista y en el bando isabelino destacamos Bandolero Espartero. El Carlismo se extendió y recibió apoyo del mundo rural y las potencias absolutistas europeas, apoyados por Francia, Portugal e Inglaterra. Los carlistas ocuparon Bilbao, pero los liberales consiguieron derrotarlos en las batallas de Luchana y Mendigorría en 1836, era el declive del carlismo, aunque se hicieron fuertes en el Maestrazgo. Espartero y Maroto firmaron el convenio de Vergara en 1839, dando lugar al final de la primera guerra carlista.

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En 1840, la reina aprueba una ley que cambia la elección popular de los alcaldes por la designación real. Las protestas y levantamientos dieron lugar a que dejaran a cargo de la Regencia a Espartero (1840-1843). Una política caracterizada por el autoritarismo. En 1844, los liberales moderados no aceptaban a Espartero, El general Narváez acabó con la regencia de Espartero y fue designado presidente del gobierno. Las Cortes declararon la mayoría de edad a Isabel II a los 13 años, comenzando su reinado efectivo. La década moderada (1844-1854), una nueva constitución, con una soberanía compartida con las Cortes bicamerales. El congreso elegido por sufragio censitario. El Catolicismo como la religión oficial, provocando la influencia de la iglesia en la enseñanza. Las reformas, un nuevo sistema fiscal, mediante gobernadores civiles, se crea la guardia civil (1844), el concordato de 1851.

La II guerra carlista

De 1846 a 1849. Carlos VI candidato al trono. Este moderantismo llegó a su fin con otro pronunciamiento militar, O’Donnell en 1854 la Vicalvarada, dando lugar a bienio progresista (1854-1856). Ley general de ferrocarriles, un nuevo sistema financiero y la desamortización de Madoz. Destacó también Cánovas del Castillo y su rebaja de impuestos. La constitución de 1856, nunca llegó a entrar en vigor, conocida como Non nata. Los años que siguen al bienio progresista se caracterizan por una alternancia en el gobierno con el Bienio Moderado de Narváez (1856-1858), Unión liberal de O’Donnell (1858-1863). En 1863 sucede la crisis final del reinado de Isabel II, por acontecimientos políticos como la noche de San Daniel, el Cuartel de San Gil, el Pacto de Ostende. Provocó una crisis económica, por culpa de la quiebra de las compañías de ferrocarriles, el hundimiento de las fábricas textiles, el crack de las bolsas europeas, la subida de los precios y la alta tasa de paro. Tras la muerte de O’Donnell y Narváez, aumentó el descontento general dando lugar a la revolución definitiva en 1868 (La Gloriosa). Isabel II huyó a Francia ante Prim y Serrano.

Conclusión

El liberalismo durante el reinado de Isabel II se consolidaron tres textos constitucionales. Los problemas que van a acarrear el país durante mucho tiempo son el endeudamiento de la hacienda.

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