El Sexenio Democrático (1868-1874)

El Sexenio Democrático

I. La Revolución de Septiembre y el Gobierno Provisional

1. La Gloriosa Revolución de septiembre de 1868

a) El pronunciamiento y su ideología

El levantamiento militar de septiembre dio paso a un movimiento revolucionario conocido como la Gloriosa, que fue el resultado de la unión entre progresistas y unionistas con la aprobación de los demócratas, donde intervinieron militares de prestigio como Prim, Serrano y Dulce, y también civiles de las clases medias y burguesas, cuyo objetivo era derrocar a la reina. El ideario revolucionario lo aportó el partido demócrata, cuyas peticiones eran: el sufragio universal, la supresión de medidas impopulares como las de los consumos y la defensa de las clases medias y trabajadoras. Esta revolución se considera un movimiento organizado cuyo objetivo era finalizar con el bloqueo parlamentario promovido por la reina y su entorno, y para hacer frente a la crisis económica del país. En realidad, fue una revolución falseada porque las juntas revolucionarias de base popular apoyadas por los demócratas fueron después marginadas. El fin de todo esto era completar la transición iniciada en 1833 hacia una sociedad plenamente burguesa apoyada en el capitalismo.

b) La derrota de las fuerzas leales a Isabel II

La revolución se extendió pronto desde Cádiz por toda la península. La incapacidad del reinado de Isabel II para hacer frente a la revolución se reflejó en el combate del 28 de septiembre, donde las tropas sublevadas al mando de Serrano consiguieron el triunfo frente a los fieles de la reina al mando de Novaliches, haciendo que el 30 de septiembre la reina abandonara el país en dirección a Francia.

c) La disolución de las juntas y la instauración del Gobierno Provisional

El gobierno isabelino entregó el poder a una Junta Revolucionaria que se encargó de regular la revolución, cuyo programa se ceñía a las libertades políticas, civiles y comerciales, a la reforma de Hacienda y al rechazo de la dinastía Borbónica. La formación del Gobierno Provisional fue encargado a Serrano, que se constituyó tras la llegada del general Prim. El 13 de octubre se dio disolución a las juntas revolucionarias. En partes del país, las juntas compitieron contra el Gobierno Provisional, cuyo programa varió según predominaban en ellas los progresistas y los demócratas, por lo que durante semanas hubo un doble poder.

2. El Gobierno Provisional y su labor

El gobierno presidido por Serrano estaba formado por 5 ministros progresistas y 4 unionistas; los demócratas quedaron fuera (eran los más revolucionarios).

a) Las primeras medidas y la marginación de los sectores más radicales

Una vez garantizado el orden público, se atendieron a algunas peticiones populares:

  • Supresión del impuesto de consumos.
  • Emancipación de los hijos nacidos de esclavos tras la revolución.
  • Libertad de enseñanza y reforma de la Segunda Enseñanza.
  • Libertad de imprenta.

El 25 de octubre se mostró un manifiesto de reformas cuyos pilares fueron el sufragio universal y medidas liberales como la libertad religiosa y de reunión. A esto se sumó la creación de la peseta y aranceles librecambistas. Todos estos cambios definieron un orden social conservador de carácter burgués sin hacer caso a los demócratas, lo que hizo que estos se radicalizaran aún más porque ellos eran partidarios de una República Federal y no de una monarquía. Esto hizo que el Gobierno Provisional convocara elecciones donde participaron progresistas, unionistas y republicanos para elaborar una nueva constitución.

b) La frustración de los sectores populares

El proceso político dejó de lado las demandas de las clases populares urbanas y rurales, cuyo desencanto se extendió por Andalucía, que se enfrentaron contra el ejército para acabar después pactando el abandono de las armas.

II. La Regencia de Serrano

Las Cortes Constituyentes iniciaron sus sesiones el 11 de febrero de 1869. Dos meses más tarde ya estaba el texto de la nueva constitución.

1. La Constitución de 1869

Estableció la soberanía nacional de base popular, la división de poderes y una amplia declaración de derechos. Destacaba por los siguientes aspectos:

  1. Regulaba todos los derechos individuales, incluso los que no estaban presentes en el documento, como la libertad de cultos, de expresión…
  2. Se estableció el sufragio universal, a lo que se opuso el diputado conservador Cánovas.
  3. Se instauró un sistema bicameral. El Senado estaba compuesto por mayores contribuyentes y las altas capacidades. El Congreso estaba formado por un diputado elegido por sufragio universal.
  4. El rey tenía atribuciones semejantes a otras constituciones anteriores, pero estaba sujeto a la soberanía nacional. Era una monarquía adaptada a los tiempos, lo que planteó la búsqueda de un nuevo rey.

2. La inestabilidad interna durante la regencia

Los republicanos se opusieron a la adopción de una monarquía, lo que obligó a nombrar a Serrano como regente. Prim ocupó la jefatura del gobierno. El poder ejecutivo tuvo que hacer frente a problemas internos y externos: el primero fue el estallido de una guerra en Cuba en 1868; en segundo lugar, la oposición de carlistas y alfonsinos (los carlistas habían formado partidas armadas en algunas provincias); el tercer problema, la oposición por parte de los republicanos, que no aceptaron la monarquía porque estos estaban a favor de una República Federal, que se plasmó con levantamientos armados y que finalizó con el Pacto de Tortosa en 18-05-1869; el cuarto problema fue el descontento de las masas populares, urbanas y rurales, que veían sin respuestas sus demandas y estaban cerca de levantamientos. Prim reprimió todos los levantamientos y asumió amplios poderes en el orden público, como afrontar el bandolerismo en Andalucía con un cuerpo policial denominado»La Partida de Seguridad Públic».

3. La búsqueda de un nuevo rey entre las monarquías europeas

A los problemas anteriores se sumó la elección de un nuevo rey que no fuera de la dinastía Borbónica. Hubo 5 candidatos, de los cuales se quitaron 4 por diversas razones, lo que dejó abierta la candidatura de Amadeo de Saboya como nuevo rey de España. Prim agilizó la proclamación del nuevo rey tras la aceptación de este, dando un claro triunfo a Amadeo de Saboya.

III. El Reinado de Amadeo I

Amadeo de Saboya fue elegido rey por el empeño del general Prim porque este quería evitar la proclamación de una república. Pero el mismo día en que el nuevo rey desembarcó en Cartagena, Prim moría víctima de un atentado, y sin él, su reinado se volvió un calvario.

1. El difícil reinado de Amadeo de Saboya

Nunca supo quién asesinó a Prim. Las investigaciones, sin pruebas, culpaban a Serrano y otros políticos, al duque de Montpensier o a los esclavistas españoles de Cuba porque Prim era partidario de abolir la esclavitud. Amadeo entró en Madrid el 2 de enero de 1871 y comenzó la experiencia de una monarquía democrática en España, donde sufrió el desprecio de altos cargos y de la aristocracia. El rey encargó la formación del gobierno a Serrano, aunque nunca llegaron a entenderse.

2. La inestabilidad política y social

Uno de sus principales problemas fue la división interna de los partidos que lo apoyaban, especialmente unionistas y progresistas. Dentro del progresismo se dieron dos tendencias: una conservadora, llamada»constitucionale», que tuvieron el apoyo de Serrano, y otra reformista, llamada»radicale», dividida entre los que defendían la monarquía y los partidarios de una república. Ambas facciones se enfrentaron, lo que llevó a Amadeo a sustituir a Serrano, encargando el gobierno a Ruiz Zorrilla, pero en octubre fue sustituido por un militar próximo a Sagasta. Por otro lado, existía una gran agitación por los efectos de la Comuna de París y la difusión de los primeros principios de la I Internacional Obrera en España, lo que obligó a Sagasta a tomar medidas represivas contra las organizaciones obreras. Sagasta presidió el gobierno, pero manipuló las elecciones a pesar de que Amadeo exigió unas elecciones limpias; por ello, puso en su lugar a Serrano, que estaba luchando contra los carlistas, pero por el Convenio de Amorebieta, en el que indultaba a los carlistas, lo sustituyeron por Ruiz Zorrilla. A esto se sumó la oposición de los republicanos federales.

3. La abdicación del rey demócrata

A los problemas anteriores se unió otro estallido carlista y la Guerra de Cuba, donde el gobierno se enfrentó tanto a independentistas como al partido español que exigía mantener la esclavitud. El malestar del ejército se acrecentó al nombrar al general Hidalgo como capitán de las Vascongadas, a lo que la artillería se opuso por considerar que este había participado en la represión del Cuartel de San Gil en 1866. El elemento fundamental que condujo a la crisis final de Amadeo fue la desintegración de unionistas, progresistas y demócratas, que dejó al rey sin apoyo para hacer frente a los problemas del país, por lo que el 10 de febrero de 1873 Amadeo presentó su renuncia al trono. Después, el Congreso y el Senado asumieron el poder y proclamaron la república.

4. La Tercera Guerra Carlista

El carlismo adquirió impulso durante el Sexenio. De 1872 a 1876, la lucha entre carlistas y liberales fue intensa. En el carlismo convivieron dos corrientes:

  • Una facción más abierta, identificada con el general Cabrera y acusada de ortodoxa.
  • Otra más ortodoxa, a cuyo frente estaba Carlos VII y Cándido Nocedal.

La Tercera Guerra Carlista se inició cuando Don Carlos entró en España, que terminó con su fracaso en las provincias vascas. Don Carlos entró de nuevo en territorio español, pero tras su derrota en Oroquieta se firmó el Convenio de Amorebieta, que causó problemas a Serrano, y que finalizó con el triunfo de los liberales. Las razones que explican la persistencia del conflicto carlista son:

  1. La resistencia de los campesinos a formar parte del capitalismo moderno.
  2. La resistencia de los territorios que habían disfrutado de privilegios.
  3. El proceso de secularización de los liberales.

El fin de la guerra acabó con los privilegios de las regiones forales y abrió el camino para la transformación del viejo fuerismo en el nacionalismo de base étnica, católica y xenófoba.

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