1. La Revolución de 1868
Entre las causas de la Revolución de 1868, podemos distinguir:
- Económicas: Caída del textil catalán por la falta de algodón (Guerra de Secesión en Estados Unidos), hundimiento del ferrocarril por la poca rentabilidad de las líneas, caída de la Bolsa y crisis de subsistencia en los años 1866 y 1867.
- Políticas: Fortalecimiento de la oposición contra los gobiernos moderados y la reina, al aliarse progresistas, demócratas, republicanos, unionistas y obreros (Pacto de Ostende, 1866).
- Sociales: Inestabilidad y descontento. Las masas populares toman la calle, reivindicando el sufragio universal, la supresión de quintas y los consumos.
El pronunciamiento militar de la marina anclada en Cádiz, el 17 de septiembre, irá acompañado por la constitución de Juntas revolucionarias, encargadas de promover la movilización popular. Su brazo armado, los Voluntarios de la Libertad, fueron muy activos en las capitales de provincia.
El 29 de septiembre, las fuerzas gubernamentales son derrotadas en el puente de Alcolea (Córdoba). La reina, que estaba de veraneo en San Sebastián, emprende la huida a Francia. El 3 de octubre, Serrano entra en Madrid y la Junta Provincial le otorga los poderes para formar un gobierno provisional. La dualidad de poder entre las Juntas revolucionarias y los militares sublevados (Prim, Serrano, Topete, Ros de Olano) se decanta a favor de estos últimos. El nuevo gobierno provisional decretó la disolución de las Juntas y el desarme de los Voluntarios, aunque en Málaga y Sevilla tuvo que intervenir el ejército para acabar con su actividad. Se designaron nuevos ayuntamientos y diputaciones para asegurar el orden, y se emprendieron medidas para legitimar su poder y estabilizar el país: reconocimiento del sufragio universal, libertad de imprenta, reunión y asociación, además de la supresión del impuesto de consumos, sustituido por una tributación personal. Sin embargo, no se eliminaron las quintas debido al levantamiento cubano en octubre de 1868 (Grito de Yara, liderado por Manuel de Céspedes).
En noviembre, la normalidad institucional es completa y el gobierno convoca elecciones a Cortes Constituyentes para enero mediante sufragio universal. Desarrolladas en medio de la polémica sobre la forma del Estado (monarquía o república), las elecciones dieron el triunfo al bloque monárquico (236 escaños), por 85 los republicanos y 20 los carlistas.
2. La Constitución de 1869
Aprobada en junio de 1869, la nueva Constitución se fundamentaba en los principios del liberalismo democrático:
- Soberanía nacional con elecciones por sufragio universal (directo al Congreso e indirecto al Senado).
- Amplia declaración de derechos y libertades: reunión, expresión, asociación, inviolabilidad de domicilio, voto, enseñanza.
- División de poderes. El legislativo asume la capacidad de promulgar leyes. El monarca mantiene el nombramiento de ministros y la potestad de disolver las Cortes.
- Monarquía parlamentaria democrática como régimen político.
- Alcaldes elegidos por los vecinos con obligación de hacer públicas sus deliberaciones y la votación de los presupuestos.
- Libertad de cultos, aunque sin separación total entre Iglesia y Estado.
Serrano fue elegido Regente y Prim, jefe de gobierno. De 1868 a 1870 se promulgaron leyes para afianzar el nuevo régimen: Ley de Orden Público, Ley Electoral, Código Penal, Ley Orgánica del Poder Judicial, Ley de Enjuiciamiento Criminal, Ley Provincial y Municipal, y Ley sobre Matrimonio Civil.
En un ambiente de crisis e inestabilidad, agravada por la guerra de Cuba y la actividad republicana y anarquista, Prim busca un rey. Descartadas varias opciones, la elección recayó en Amadeo de Saboya.
3. El Reinado de Amadeo I (1871-1873)
El reinado de Amadeo I no fue fácil, especialmente tras el asesinato de Prim. A su inexperiencia se unía el desconocimiento de España y sus escasos apoyos. Enfrentó dos graves problemas: la guerra de Cuba y la Tercera Guerra Carlista.
La inestabilidad política se refleja en la formación de seis gobiernos y dos elecciones generales. La ruptura de la coalición que hizo la revolución marcó la crisis de la monarquía democrática.
En 1873, la situación era insostenible. Amadeo I, sin apoyos y con la hostilidad del clero y la aristocracia, abdicó.
4. La Primera República (1873-1874)
Tras la abdicación de Amadeo I, las Cortes proclamaron la República. El nuevo régimen carecía de una amplia base social y se enfrentó a la división interna entre federales y unitarios, además de la crisis económica, las guerras de Cuba y Carlista, la insurrección cantonalista y las conspiraciones monárquicas. En el exterior, solo Suiza y Estados Unidos reconocieron al nuevo régimen.
En diez meses se sucedieron cuatro presidentes: Estanislao Figueras, Pi y Margall, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar. Debían consolidar la República y elaborar una Constitución, que no se aprobó.
Pi y Margall no supo hacer frente a la insurrección cantonalista y fue sustituido por Nicolás Salmerón, quien dio plenos poderes al ejército. Dimitió al negarse a firmar dos penas de muerte. Le siguió Emilio Castelar, quien reforzó la autoridad. A finales de diciembre, el avance carlista se había frenado y el cantón de Cartagena estaba a punto de caer.
El 2 de enero de 1874, el gobierno fue derrotado en una moción de confianza. Pavía, capitán general de Madrid, dio un golpe de Estado, terminando con la República. El régimen se prolongó formalmente hasta diciembre (interinidad de Serrano), cuando se produjo la Restauración borbónica con Alfonso XII.