El Sistema Político de la Restauración
Las bases del régimen restaurado
La Revolución de 1868 fracasó por la falta de una auténtica clase revolucionaria. A este periodo se le llamará Restauración porque no es más que eso: restauración de los Borbones y su mantenimiento en el trono, dicho de otro modo, una vuelta al moderantismo.
El retorno de la Dinastía Borbónica
Tras el golpe del general Pavía, otro general, Serrano, encabeza el gobierno y pone todos los esfuerzos en acabar con la guerra. Durante este periodo, militares borbónicos y la burguesía catalana, empiezan a exigir el retorno de los Borbones.
El 1 de diciembre el príncipe Alfonso de Borbón dirigió un manifiesto a la nación, que en realidad había escrito Antonio Cánovas del Castillo.
Cánovas del Castillo lo que pretendía era evitar un nuevo alzamiento, aún así el general Martínez Campos se pronunció en Sagunto proclamando a Alfonso XII como rey de España, enseguida se le unirán al resto del ejército.
Cánovas tratará de añadir a los apoyos de Alfonso XII la burguesía que ya había apoyado a su madre Isabel II (es decir, volver al moderantismo anterior a 1868).
Las primeras medidas de Cánovas
Lo primero es unir a la mayoría de las fuerzas monárquicas alrededor del nuevo rey. Otra institución que requirió la atención de Cánovas fue la Iglesia.
Otras medidas iban encaminadas a restaurar el orden:
- Suspensión de los periódicos de la oposición.
- Se establece una nueva orden política.
- Afianzar el espíritu borbónico en el ejército.
- Depuración del funcionamiento.
Para someter al ejército definitivamente el rey se convertirá en el jefe del ejército. Por último, terminará con los conflictos que todavía quedaban. Se van a convocar unas elecciones a Cortes Constituyentes (por sufragio universal masculino, respetando la legalidad vigente), que estaban manipuladas en origen. Los debates fueron “medianamente” abiertos para que se supieran todas las ideas liberales. Antes de comenzar el debate, Cánovas marcó unos límites:
- La monarquía está por encima de los partidos y por lo tanto fuera de cualquier discusión.
- La monarquía y las Cortes.
En las elecciones que se convocan en enero de 1876 ganarán los liberales-conservadores con un 90%.
La Constitución de 1876
Con esta mayoría y los presupuestos impuestos por Cánovas los debates fueron cortos (excepto en la cuestión religiosa) y la Constitución se aprobó enseguida. En el tema religioso se dividió a los diputados en 2 grupos: los que querían libertad religiosa y los que defendían que en España solo hubiera el Catolicismo.
Es una Constitución corta (89 artículos) de la que destacamos:
- La división del poder es imperfecta (ya que el rey participa en el gobierno nombrando a su jefe).
- Las libertades están vagamente detalladas.
- Se confirma el sistema bicameral, con un Senado compuesto por miembros, por derecho propio y vitalicios.
- Se reconoce la confesionalidad del Estado, aunque se permite el ejercicio privado de otra religión.
Va a ser la Constitución más duradera en España (1876-1931).
El sistema político canovista: Turnismo y Bipartidismo
Una vez aprobada la Constitución el nuevo régimen político comienza su andadura, sustentado en dos pilares:
- La soberanía compartida con el rey.
- La existencia de unos partidos que aceptasen la legalidad constitucional.
Cánovas es un admirador del sistema británico.
Van a ser dos partidos de notables cuyos diputados van a conquistar la mayoría del Parlamento del país desde la ley de sufragio censitario de 1878 que da el voto a solo un 5% de la población.
Cánovas va a crear un partido liberal-conservador (que aglutine a la alta burguesía terrateniente, altos funcionarios, militares y civiles y nobles). Para tener su segundo partido va a recurrir al liberal fusionista de Sagasta.
Centralismo y control ideológico
La actividad legislativa predominante fue la coacción política, el autoritarismo y el centralismo administrativo.
Ejemplo de ello fue la ley de abolición foral de 1876. Cánovas pretende demostrar que ha ganado la guerra, y por ello, sin consultar, comunica a las diputaciones el final del sistema.
El centralismo se verá reflejado en la preeminencia de Madrid. Va a resultar evidente en la nueva organización de diputaciones provinciales y ayuntamientos.
- La elección de cargos queda en manos de los propietarios.
- En las ciudades de más de 30.000 habitantes el alcalde lo nombra el rey.
- La aprobación de presupuestos municipales la hace el gobierno.
Se restablece la censura y se restringe la libertad de prensa, a esto hay que añadir que a la Iglesia se le ha concedido el derecho de censura (en temas de moral y buenas costumbres), podemos decir que todos los libros están censurados.
La ley de imprenta de 1879 considera delito todo aquello que se escriba contra el régimen (incluso dudar de él).
La corrupción electoral
El turno solo puede funcionar si se manipulan las elecciones. Se pactaba de antemano el resultado, lo único que se aceptaba era falsear. Era la continuidad de la Corona y la permanencia del capitalismo.
El poder de los partidos, centralizado en Madrid, en provincias se reflejaba en los caciques (líderes políticos locales).
El sistema lo que busca es que resulten los candidatos al gobierno, si no se podía hacer de manera legal, se recurrían a técnicas como el pucherazo, coacción, corrupción de votos, manipulación del distrito…
La evolución del régimen
En 1885 muere Alfonso XII dejando una situación muy complicada (no deja heredero nacido). Cánovas y Sagasta van a trabajar unidos para salvar el régimen, bajo la regencia de María Cristina de Habsburgo.
Durante la regencia se mantiene el turnismo con una reina que trata de mantenerse neutral ante los dos partidos.
Sagasta va a gobernar hasta en 5 ocasiones distintas, con lo que va a poder adelantar ciertas propuestas progresistas:
- Ley de libertad de prensa.
- Ley de libertad de reunión.
- Ley de libertad sindical.
- Sufragio universal masculino.