4.2. Estalla la revolución: 1789
En la primavera de 1789, los electores de los tres estamentos iban entregando a sus representantes las quejas y las reivindicaciones que se debían llevar a la reuníón de los Estados Generales.
Una vez reunidos los representantes de la nobleza, del clero y del tercer estado, se comenzó a debatir si cada estamento debía tener un número igual de representantes y si debían votar juntos o cada estamento por separado.
El tercer estado, partidario del voto individual por ser el grupo más numeroso, se negó a constituirse en unas condiciones que le resultaban desfavorables, y el 10 de Junio invitó a los otros dos estamentos a unirse con quienes representaban la inmensa mayoría de los habitantes del reino.
Los delegados del tercer estado encontraron cerrado su lugar de reuníón. Ante el temor de que el poder real tuviera la intención de disolver los Estados Generales, se dirigieron a una sala próxima, la del Juego de la Pelota.
El Rey, el Gobierno y sectores del alto clero y de la nobleza rechazaron inicialmente este proceso, pero acabaron transigiendo. El 7 de Julio, Francia dispónía de una Asamblea Nacional Constituyente.
4.3. Las primeras acciones revolucionarias
Comenzó entonces una revuelta popular en las calles de París. La multitud acudíó en busca de armas y de pólvora a la fortaleza y cárcel de la Bastilla, símbolo del poder absoluto, que fue ocupada el 14 de Julio, día que se ha convertido en la fiesta nacional francesa.
La revolución se extendíó a partir de entonces a las ciudades y aldeas francesas. La «revolución municipal» consistíó en la formación de nuevos ayuntamientos, que no reconocían otra autoridad que no fuera la Asamblea Nacional. El campo fue sacudido por una rebelión agraria.
Se suprimieron sin indemnización las servidumbres personales y los diezmos, y con indemnización a los propietarios, los derechos que gravaban la tierra; también se abolieron las justicias señoriales.
El texto definitivo comienza así: «La Asamblea Nacional destruye enteramente el sistema feudal», redactado por Sieyés y Mirabeau, que proclamaba la libertad, la igualdad entre los hombres y la soberanía nacional.
4.4. La etapa moderada. La Constitución de 1791
En la Constitución de 1791 se establecíó una monarquía constitucional fundamentada en la división de poderes. El rey dispónía de un poder ejecutivo limitado, y la Asamblea Nacional tenía todo el poder legislativo. El sistema electoral que se establecíó era censitario.
La Asamblea Constituyente suprimíó los impuestos indirectos y establecíó un sistema de impuestos directos, igual para todos y más justos. Pero las arcas de la nacíón seguían vacías. La Asamblea Constituyente nacionalizó los bienes del clero (2 de Noviembre de 1789) para venderlos posteriormente y establecíó que los obispos y párrocos fueran elegidos, como otros funcionarios, y recibieran sus salarios del Estado; se acordó también la disolución de todos los conventos religiosos.
La huida de la familia real, que abandonó disfrazada el palacio de las Tullerías en Junio de 1791, acabó de forma dramática: el rey y sus familiares fueron identificados y detenidos.
4.5. La Asamblea Legislativa (1791-1792)
Una vez aprobada la Constitución, se procedíó a elegir, mediante proceso electoral, a los 745 diputados del nuevo parlamento o Asamblea Legislativa. Este marco legal, así como el proceso electoral, propició la aparición de diversos partidos políticos o clubes, que representaban los diferentes intereses y opiniones políticas.
El más célebre de los clubes revolucionarios fue el de los jacobinos, llamados así porque se reunía en el convento de los frailes dominicos de Saint Jacques.
A la izquierda de los jacobinos se situaban los cordeliers, cuya sede era un antiguo convento de franciscanos. Sus posiciones políticas, más radicales defendían el sufragio universal. Los cordeliers demandaban la eliminación de la monarquía y la instauración de una república; estaban dirigidos por Marat y Danton, y representaban al pueblo más humilde, los llamados sans-culottes
.
El grupo más moderado de los revolucionarios era el de los girondinos. Defendían el sufragio censitario y propugnaban una monarquía constitucional y una política de reformas moderadas.
4.6. La Convencíón republicana y la caída de la monarquía
Las potencias absolutistas europeas, Austria y Prusia, se dispusieron a invadir la Francia revolucionaria. El pueblo francés, que hasta entonces se había expresado en las calles y a través de la política, comenzó a convertirse en un ejército nacional dispuesto a defender y a difundir el nuevo orden revolucionario por toda la geografía europea.
En Junio de 1792, las masas asaltaron el palacio real de las Tullerías, y la Asamblea Legislativa volvíó a suspender las funciones constitucionales del Rey. Las estatuas reales fueron derribadas, antes de que la familia real fuese recluida en el viejo monasterio del Temple.