3.Regionalismo y nacionalistas
Uno de los elementos más relevantes del periodo de la Restauración fue la aparición de los movimientos de carácter nacionalista y regionalista.
Catalanismo
En torno a 1830, nace en Cataluña un movimiento cultural conocido con el nombre de Renaixença.
Su finalidad era recuperar la cultura y la lengua catalanas, sin plantearse objetivos de tipo político.
Los primeros planteamientos catalanistas con sentido político llegan de la mano de Valentí Almirall.
Almirall fundó, en 1882, el Centre Catalá. En 1885, redactó y presentó a Alfonso XII un “Memorial de Agravios”.
En 1891, un grupo de catalanistas conservadores fundó la Unió Catalanista, defendía la organización confederal de España y la soberanía de Cataluña en política interior.
La crisis del 98 fue decisiva para la expansión del catalanismo.
En 1901, se creó la Lliga Regionalista, con Prat de la Riba y Francesc Cambó como principales líderes.
Nacionalismo vasco
Tras la tercera guerra carlista, el gobierno de España abolió los fueros vascos.
Sabino Arana, recogiendo este estado de opinión, fundó, en 1894, el Partido Nacionalista Vasco (PNV)
La ideología de Arana tenía tres aspectos fundamentales: la raza vasca, los fueros y la religión.
El galleguismo
La razón principal es que se trataba de una región rural con una población mayoritariamente campesina.
A mediados del XIX había nacido un movimiento, O Rexurdimento, que significó el descubrimiento de la lengua y la cultura gallegas.
El andalucismo
La reivindicación nacionalista fue tardía.
Comenzó en torno al Ateneo de Sevilla y recibió su impulso definitivo a través de la figura de Blas Infante. Querían un mejor reparto de tierra entre el campesinado.
3º. La crisis de 1898 y la liquidación del imperio colonial
3.1. La política española en Cuba
En 1878, se firmó la Paz de Zanjón con los independentistas cubanos, que recogía, la promesa de reformas administrativas que aumentaran la autonomía de la colonia. Pero las únicas reformas fueron la abolición de la esclavitud (1888) y la elección de diputados cubanos en las Cortes españolas.
La tensión entre Cuba y España aumentó a raíz de la oposición cubana a la política proteccionista impuesta por España:
Estados Unidos era el principal comprador de los productos cubanos
Pero los aranceles españoles dificultaban la compra por parte de Cuba de productos norteamericanos.
Esta relación comercial desigual provocó un fuerte malestar tanto en Cuba como en Estados Unidos. El presidente norteamericano amenazó con cerrar su país a los productos cubanos si España no modificaba su política arancelaria.
En España se temía una nueva insurrección de los independentistas cubanos.
3.2. La guerra de Cuba y Filipinas
1. Cuba
En 1892, José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano, que protagonizaría la revuelta independentista iniciada el 24 de febrero de 1895 (El grito de Baire)
Cánovas mandó a la isla un ejército mandado por el general Martínez Campos.
El avance de los insurrectos llevó al Gobierno a sustituir a Martínez Campos por Valeriano Weyler, que llegó a la isla con la voluntad de emplear los métodos que fueran necesarios para obtener una victoria militar a toda costa. La guerra provocó la destrucción de numerosas plantaciones y vías férreas, con lo que la economía cubana quedó seriamente dañada.
Tras el asesinato de Cánovas (agosto de 1897), el nuevo gobierno liberal intentó cambiar de nuevo la estrategia. Pero ya era demasiado tarde: los independentistas cubanos, que contaban con el apoyo decidido de Estados Unidos, se negaron a aceptar el fin de las hostilidades que unilateralmente había declarado el gobierno español.
3.3. La intervención de Estados Unidos
En 1898, Estados Unidos decidió declarar la guerra a España. El pretexto fue el hundimiento del buque de guerra Maine, anclado en el puerto de La Habana. El 18 de abril, los estadounidenses iniciaron la guerra, obteniendo una rápida victoria sobre la armada española en Cavite (Filipinas)
y Santiago (Cuba)
.
En diciembre de 1898, se firmó la Paz de París.
España se retiró de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, territorios que quedaron en adelante bajo el dominio americano.
3.4. Repercusiones políticas y económicas del 98
La prensa extranjera se empeñó en presentar a España como un país en decadencia, con una economía atrasada y un sistema político corrupto. Lo cual, además, era cierto.
El llamado “desastre del 98” fue más un estado de ánimo, una crisis moral e ideológica, que una realidad política o económica. El sistema político siguió funcionando de la misma manera y las repercusiones económicas fueron menores de las temidas. Incluso se notó un aumento de las inversiones por los capitales repatriados.
3.5. El regeneracionismo
La crisis colonial favoreció el surgimiento de movimientos que, defendían una regeneración y modernización de España.
Estos movimientos tuvieron su formulación más clara en el pensamiento de Joaquín Costa, representante principal de lo que se llamó el regeneracionismo. Como aspectos más relevantes de Costa:
La necesidad de dejar de pensar en el pasado glorioso de España y ponerse a realizar las reformas necesarias para buscar un futuro más próspero.
Modernizar la sociedad y la economía.
Eliminar el sistema caciquil y organizar un sistema político más honesto y transparente.
Además, surgió un grupo de literatos que, conocido como “Generación del 98”, que tuvieron en común un profundo pesimismo y una honda preocupación por la situación de España.
3.6. El fracaso del gobierno regeneracionista
En 1899, el gobierno liberal de Sagasta, dejó su paso a otro del Partido Conservador, a Francisco Silvela.
El plan de reformas aumentaba los impuestos sobre los artículos de primera necesidad y establecía otros nuevos para hacer frente a las deudas contraídas con motivo de la guerra. Las nuevas cargas fiscales provocaron una huelga de contribuyentes. El espíritu “regeneracionista” apenas duró un año. En 1902, Alfonso XIII cumpliría 17 años y sería declarado mayor de edad y proclamado Rey.