España a principios del Siglo XX: Crisis Colonial, Semana Trágica y Caciquismo
Intereses Coloniales en Marruecos
A principios del siglo XX, España tenía intereses coloniales en Marruecos, especialmente tras la Conferencia de Algeciras en 1906, que le otorgó el control del protectorado en el norte del país junto con Francia. Sin embargo, la ocupación española enfrentó una fuerte resistencia de las tribus rifeñas, lo que llevó a una serie de conflictos armados.
España veía en Marruecos una oportunidad para obtener beneficios económicos, ya que la región era rica en minerales y ofrecía posibilidades de inversión en infraestructuras y explotaciones mineras. Además, servía para restaurar el prestigio del Ejército tras el Desastre de 1898, que supuso la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, y así conseguir que España se convirtiera de nuevo en una potencia colonial.
La Semana Trágica de 1909
En 1909, los ataques de los rifeños contra las posiciones españolas en el Rift occidental obligaron al gobierno de Antonio Maura a movilizar refuerzos militares. La medida generó un gran malestar social puesto que la mayoría de los soldados eran reservistas, es decir, obreros y campesinos que no podían pagar para evitar el servicio militar, mientras que las clases altas quedaban exentas.
Este descontento se manifestó con especial intensidad en Barcelona, un centro industrial y obrero con una fuerte tradición de protesta. La movilización de tropas desencadenó una huelga general en julio de 1909, que pronto derivó en una insurrección urbana conocida como la Semana Trágica.
Durante los días siguientes, la ciudad fue escenario de violentos enfrentamientos donde sucedieron asaltos, quemas de conventos, luchas callejeras…
La insurrección fue sofocada en cuestión de días, pero las represalias fueron brutales. Se llevaron a cabo numerosas detenciones y ejecuciones, entre las que destacó la de Francesc Ferrer i Guàrdia, pedagogo libertario y fundador de la Escuela Moderna, acusado de ser instigador de la revuelta.
Las consecuencias de estos acontecimientos fueron profundas. La represión generó un fuerte rechazo hacia el gobierno de Maura, que finalmente se vio obligado a dimitir en 1910. Además, la crisis reveló las tensiones sociales y políticas latentes en España, marcando el camino hacia un periodo de creciente inestabilidad que culminaría en la crisis de 1917 y el desastre de Annual en 1921.
La Crisis de 1917
La Crisis de 1917 fue un episodio de gran inestabilidad que evidenció la fragilidad del sistema de la Restauración. Aunque España se mantuvo neutral en la Primera Guerra Mundial, la inflación y el encarecimiento de productos básicos provocaron un fuerte malestar social.
Crisis Militar
Los oficiales de menor rango se organizaron en Juntas de Defensa, grupos que actuaban como sindicatos militares. Estas juntas exigían mejoras salariales y un sistema de ascensos basado en la antigüedad, en lugar del favoritismo. Además, criticaban la corrupción del sistema político y el caciquismo. El movimiento ganó fuerza y logró el apoyo de gran parte del Ejército, lo que puso en una situación comprometida al gobierno de Eduardo Dato. Alfonso XIII, temiendo un levantamiento militar, apoyó algunas de sus demandas, debilitando aún más al gobierno.
Crisis Política
En 1916 los liberales llegaron de nuevo al gobierno, que presididos por el conde de Romanones continuaron con las viejas prácticas de corrupción política y ante las quejas de los otros grupos políticos decidieron cerrar las Cortes. La oposición convocó la Asamblea de Parlamentarios en Barcelona para exigir una reforma constitucional y mayor autonomía. Pero el gobierno la reprimió, intensificando el malestar político.
Crisis Social
El descontento obrero, agravado por la subida de precios y la precariedad laboral, llevó a la UGT y la CNT a convocar una huelga general en agosto de 1917. El gobierno de Dato se negó, aunque tuvo lugar igualmente. La huelga tuvo un carácter revolucionario de manera pacífica y se extendió por todo el país.
Consecuencias
Fuerte represión, debilitó aún más el régimen. El Ejército, fortalecido tras las concesiones obtenidas, se consolidó como un actor político de gran peso, lo que facilitaría futuras intervenciones militares en la política.
El Caciquismo en España
El caciquismo era un sistema de dominación política y social basado en la influencia de los caciques, quienes controlaban el voto y las decisiones locales a cambio de favores. Garantizaba el turnismo entre los partidos dinásticos mediante el fraude electoral y era más evidente en las zonas rurales, donde una buena parte de la población estaba sometida a sus intereses. Cuando el partido del turno llegaba al poder, premiaba a estos apoyos con concesiones, privilegios, favores fiscales y reparto de cargo entre sus clientes.