Introducción
A partir del reinado de Carlos IV, España enfrenta dos problemas esenciales:
- Problema interno: La situación de la familia real, con el rey, su esposa María Luisa de Parma, y Manuel Godoy, quien acaparó un poder ilimitado desde 1792.
- Problema externo: El estallido de la Revolución Francesa tras la subida al trono de Carlos IV, ante la cual el gobierno español adoptó una actitud represiva.
La Revolución Francesa fue un movimiento revolucionario que terminó afectando a España.
La Guerra de la Independencia
En 1808, el ejército francés invadió España, desencadenando una guerra de cinco años conocida como la Guerra de Independencia.
El origen de la guerra
En 1792, Manuel de Godoy, amante de la reina y miembro de la guardia real, fue nombrado Secretario de Estado, culminando un rápido ascenso. Godoy colocó a individuos de su camarilla en puestos clave del estado.
Durante estos años, la política exterior española se integró en el sistema napoleónico:
- España fue aliada de Francia durante el siglo XVIII, con un breve conflicto entre 1793 y 1795 que terminó con la Paz de Basilea (1795), otorgando a Godoy el título de “Príncipe de la Paz”.
- Napoleón buscó utilizar las fuerzas navales españolas para conquistar Inglaterra, pero el plan fracasó tras la derrota en la Batalla de Trafalgar (1805).
- El Tratado de Fontainebleau (1807) fue crucial. Napoleón, buscando doblegar a Gran Bretaña mediante un bloqueo comercial, obtuvo el permiso de Godoy para que las tropas francesas atravesaran la península a cambio de ser nombrado rey del Alentejo y los Algarbes.
El motín de Aranjuez
La presencia de tropas francesas en España aumentó la tensión. En 1807, se descubrió una carta donde Fernando VII conspiraba contra su padre, aparentemente instigado por Godoy. Aunque Carlos IV perdonó a su hijo, desterró a los cabecillas de la conspiración, empeorando la situación de Godoy.
Los reyes, en el Palacio de Aranjuez, planeaban huir al sur, mientras los agentes de Fernando incitaban a la rebelión contra la presencia francesa. En 1808, la masa invadió el Palacio Real, obligando a Godoy a huir y a Carlos IV a abdicar en favor de su hijo Fernando. Este motín marcó el inicio del declive de la monarquía tradicional española.
José I, rey de España
Napoleón decidió ocupar el trono español e incorporarlo a su imperio. Carlos IV y Fernando VII fueron llamados a Bayona, donde tuvieron lugar las abdicaciones de Bayona:
- Carlos IV exigió a su hijo la devolución de los derechos reales cedidos tras el motín de Aranjuez.
- Fernando, aunque se resistió, obedeció a su padre.
- Carlos cedió estos derechos a Napoleón.
- Napoleón nombró a su hermano José I rey de España.
José I reinó hasta 1813 en un contexto de guerra que dificultó su gobierno. Sus principales características fueron:
- Nunca fue aceptado por la mayoría de la población.
- Implementó una política reformista basada en el Estatuto de Bayona, que rompía con el Antiguo Régimen, incluyendo la desamortización de tierras del clero y la abolición de la Inquisición.
El 2 de Mayo, el comienzo de la guerra
El 2 de mayo de 1808, una multitud en Madrid se levantó contra los invasores. La represión fue severa, pero el ejemplo madrileño se extendió a otras ciudades y pueblos de España.
Se formaron Juntas de Armamento y Defensa para organizar la resistencia, que luego se unieron en la Junta Central para coordinar las acciones.
Los españoles ante la guerra
La invasión y el colapso del modelo económico, político y social de la monarquía borbónica obligaron a la población a tomar partido:
- Un grupo de intelectuales, funcionarios y parte de la nobleza, conocidos como afrancesados, aceptaron la invasión y las reformas napoleónicas.
- La mayoría de la población se unió al bando patriótico:
- La nobleza y el clero buscaban la derrota francesa para restaurar la monarquía absoluta.
- Los ilustrados esperaban que la victoria y el regreso de Fernando VII permitieran implementar reformas.
- Los liberales se encontraron en una posición difícil.
- La mayoría de la población se unió a la lucha contra el invasor.