España en el siglo XX: De la crisis de la Restauración a la Segunda República

Contexto histórico: principios del siglo XX

A principios del siglo XX, el mundo seguía conmocionado por las consecuencias de la Primera Guerra Mundial. En 1919, en España se inicia un bienio de gobiernos conservadores para afrontar la crisis económica resultante de la guerra. Esta crisis tiene como consecuencia una serie de movimientos huelguísticos reprimidos por la Guardia Civil y el Ejército. En 1921, España ve reducido su dominio sobre el territorio africano.

Los felices años 20 y el golpe de Primo de Rivera

Tras este agitado periodo, se abre una etapa de bonanza económica (los felices años 20) que se prolonga hasta 1929 (Gran Depresión). El 13 de septiembre de 1923, el general Primo de Rivera se pronuncia en Barcelona y suspende la Constitución de 1876. El rey acepta el cambio político y apoya el golpe de Estado. La tentativa de la Corona de volver a la situación previa a la dictadura origina un rechazo de la opinión pública hacia la monarquía de Alfonso XIII, que se hace ostensible en el resultado de las elecciones municipales del 12 de abril de 1931.

El liberalismo entra en crisis y se produce el triunfo del socialismo en Rusia y el fascismo en Italia.

Motivaciones y programa de Primo de Rivera

Miguel Primo de Rivera intenta solucionar los problemas del país y pone fin a la inestabilidad creada por:

  • La dificultad del orden público, en especial en Cataluña.
  • El aumento de los precios por la parálisis de la actividad industrial.
  • Los enfrentamientos en el Parlamento y en la opinión pública como consecuencia del Desastre de Annual.
  • La guerra de Marruecos, que sigue siendo objeto de rechazo popular.
  • El clima conspirativo provocado por militares africanistas.

El rey manda formar gobierno a Primo de Rivera, con lo que se convierte en corresponsable de la instauración de la dictadura en España. El PSOE y la UGT ven limitadas sus acciones a la defensa de los derechos conseguidos por los trabajadores. Al mismo tiempo, se enuncia un programa de gobierno basado en:

  • La formación de un directorio militar.
  • La creación de un Somatén español.
  • Una solución al problema de Marruecos.
  • El castigo para los corruptos.

La relación con la Iglesia no es satisfactoria por el apoyo al sindicato socialista en detrimento de los sindicatos católicos. La comunicación de Primo de Rivera con el rey era tensa con motivo del proyecto de la nueva Constitución («A mí no me borbonea nadie»).

El Directorio Militar (1923-1925)

El Directorio Militar se dirige a establecer un nuevo sistema de poder que permita la adopción de futuras políticas para la regeneración del país. Con este objetivo, se crea un Directorio Militar que se prolonga hasta 1925 y acomete una serie de iniciativas sobre los problemas de España. El Directorio Militar suspende las garantías constitucionales, crea el Somatén, limita la libertad de prensa y establece una censura sobre las publicaciones.

Fin de la Guerra de Marruecos

En la guerra de Marruecos, Primo de Rivera interviene de forma directa, proclamándose Alto Comisario de Marruecos. Las tropas marroquíes entran en los territorios franceses (en Marruecos), lo que propicia la creación de un frente franco-español que inflige una severa derrota al caudillo marroquí. Con esto finaliza la guerra de Marruecos y Primo de Rivera consigue uno de sus mayores éxitos políticos.

Unión Patriótica y el Directorio Civil (1925)

Se crea la Unión Patriótica, que sirve de encuentro a los viejos y nuevos caciques y se convierte en la práctica en el soporte político del gobierno, los ayuntamientos y las diputaciones.

El Directorio Civil se creó en 1925. El dictador mostraba su voluntad de permanecer en el poder e instaurar un régimen estable; para ello, forma un gobierno compuesto por civiles de extrema derecha, como José Calvo Sotelo y Eduardo Aunós.

Creó una Asamblea Consultiva (para crear una especie de Constitución), apoyándose en la Unión Patriótica. El proyecto es rechazado por la Corona (se ve la tensión).

Política económica, exterior y laboral

En política económica, se aprovecha la buena coyuntura económica mundial (felices años 20), cuyo efecto es el aumento del comercio exterior. Uno de los rasgos característicos de la etapa es la intervención del Estado en la economía, favoreciendo la creación de monopolios como Telefónica, las exposiciones universales de Barcelona y Sevilla, la otorgación de subvenciones, la realización de obras públicas (se funda la Confederación Hidrográfica) y se desarrollan carreteras. Se produce una concentración bancaria. Con cierta preocupación a causa de la deuda pública, Calvo Sotelo trata de llevar a cabo una reforma fiscal progresiva, pero fracasa.

En la política exterior, intentó aumentar la representación de España en el Consejo Permanente de la Sociedad de Naciones e intensificar las relaciones con Portugal e Hispanoamérica.

En política laboral, se regulan las condiciones de la emigración y se funda la Organización Corporativa del Trabajo, formada por comités. La UGT participa en estos comités, que pretenden transformar paulatinamente la sociedad. Esto provoca la división del socialismo.

Caída de la dictadura y advenimiento de la Segunda República

El fracaso que para la institucionalización del régimen supone el rechazo a una nueva Constitución acelera la descomposición de la dictadura. La crítica supone un desgaste para el dictador. La depresión de 1929 supone el déficit comercial y la especulación de ciertos grupos en torno al valor de la peseta frente al dólar. Esta situación de debilidad de la moneda es criticada por políticos y financieros. La crisis provoca el cierre de empresas, retiradas de capitales extranjeros, el aumento del paro y la conflictividad social. Se produce una modificación en el método de ascenso en el arma de artillería; este hecho origina un grave enfrentamiento con Primo de Rivera. El rey interviene, lo que favorece la futura tendencia republicana del arma de artillería. El PSOE deja clara su aspiración a un Estado republicano de libertad y democracia al quedar fuera del turnismo. Por su parte, las clases medias catalanas se oponen a la dictadura.

Todo esto tiene como consecuencia final la dimisión y el exilio de Primo de Rivera.

Tras la dimisión de Primo de Rivera, el rey elige como cabeza del régimen a Dámaso Berenguer. Los apoyos del nuevo gobierno son escasos. Berenguer establece medidas como la disolución de la Asamblea Nacional Consultiva. Su gobierno debe hacer frente a la hegemonía de la izquierda social (PSOE, UGT y CNT). Durante este periodo se produce el hundimiento de la popularidad de la monarquía por su apoyo a la dictadura y, como consecuencia, la violación de la Constitución de 1876. Además, los partidos dinásticos pierden prestigio, al contrario de los socialistas, republicanos e intelectuales. El problema catalán cada vez se agudiza más. Los movimientos obreros empiezan a reivindicarse, pero tienen el respaldo del ejército. En este contexto, los republicanos, los catalanistas de izquierdas y el PSOE firmaron el Pacto de San Sebastián, por el que se comprometían a derribar a la monarquía y formar un gobierno provisional en la futura Segunda República. Entonces tiene lugar una campaña a favor del movimiento republicano. Se produce un pronunciamiento antimonárquico por Galán y García Hernández en Jaca (fueron fusilados). Se produce una nueva insurrección republicana en el aeródromo de Cuatro Vientos. Los constituyentes del comité revolucionario son fusilados o encarcelados. Todo esto precipita la dimisión de Berenguer en febrero de 1931. El gobierno recae en el almirante Aznar. Se le obliga a Aznar a convocar elecciones municipales para el 12 de abril, con el consiguiente triunfo de los republicanos, pero, extrañamente, las elecciones no son ganadas por los republicanos debido a la manipulación electoral en los municipios. Finalmente, después de que el director de la Guardia Civil apoya a las nuevas autoridades, el rey decide salir de España desde el puerto de Cartagena. El gobierno provisional proclama la Segunda República Española en la tarde del 14 de abril.

Conclusión

La dictadura de Primo de Rivera fue un periodo muy importante en la historia de España porque iba a ser el precedente de Franco. Primo de Rivera consiguió bastantes éxitos, como el crecimiento económico, la pacificación social y poner fin al conflicto de Marruecos, pero también puso fin al intento de un sistema democrático puro que superara el pactismo de los partidos dinásticos y el sistema pseudodemocrático de la Restauración.

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