España en la Restauración (1875-1923): Crisis, Reformismo y el Auge de la Sociedad Moderna

La Restauración: Entre la Crisis y el Reformismo (1875-1923)

El Legado de la Pérdida de las Colonias y el Surgimiento del Regeneracionismo

La pérdida de las colonias españolas en el siglo XIX provocó fuertes críticas al gobierno y al ejército. Este contexto también dio lugar al Regeneracionismo, un movimiento cultural que buscaba una nueva etapa en el régimen político a través de un amplio debate interno. El objetivo era superar la crisis social y política que atravesaba España. Se cuestionaba la Restauración, se demandaba una verdadera democracia representativa, aunque en la práctica no se ofrecían alternativas concretas. Este movimiento, sin embargo, contribuyó a la intensificación de los nacionalismos catalán y vasco.

También se produjo una reactivación del movimiento obrero y, en menor medida, del republicanismo.

La Debilidad del Sistema Político y la Guerra de Marruecos

Entre 1902 y 1923, se sucedieron 33 gobiernos diferentes, lo que refleja la fragilidad del sistema político. La muerte de Sagasta y Cánovas, junto con la llegada al trono de un rey joven e inexperto, agravó la situación. El conservador Antonio Maura y el liberal José Canalejas se alternaron en el poder.

Maura implementó una política revisionista con una fuerte intervención de la corona y una oligarquía que se negaba a renunciar a sus privilegios. Esta situación se vio agravada por la Guerra de Marruecos, un conflicto que se enmarcó en la política colonial europea de la época.

Tras la Conferencia de Algeciras en 1906, España firmó acuerdos secretos que la obligaron a intervenir en Marruecos, obteniendo protectorados en el norte del país. El resto de Marruecos quedó bajo control francés. La ocupación del Rif provocó movimientos independentistas entre las tribus locales, lo que intensificó el conflicto.

La Semana Trágica de Barcelona (1909)

En 1909, la situación en Marruecos se complicó y Maura envió un ejército que fue derrotado y humillado en el Barranco del Lobo. La necesidad de crear un nuevo ejército obligó a llamar a reservistas, lo que, junto al injusto sistema de quintas, provocó protestas generalizadas. Estas protestas culminaron en la Semana Trágica de Barcelona, el conflicto social más grave de la época.

Este movimiento revolucionario, sin objetivos ni dirección claros, contó con el apoyo de anarquistas y se caracterizó por su acentuado anticlericalismo. El gobierno restableció el orden mediante una dura represión que llevó a la ejecución de los principales líderes del movimiento. Esta represión provocó una pérdida de apoyo al gobierno y una ola de protestas, lo que obligó a Maura a dimitir.

El Intento Reformista de Canalejas (1912-1917)

El gobierno de Canalejas, que sucedió a Maura, supuso inicialmente un alivio y un reinicio de la política reformista.

Democratización y Laicismo

Canalejas intentó democratizar el sistema buscando el entendimiento con la izquierda. Una muestra de ello fue la aprobación de una ley laicista y anticlerical que prohibía la creación de nuevas órdenes religiosas. También buscó el entendimiento con los catalanistas, facilitado por el temor de la poderosa burguesía catalana a los excesos como los cometidos durante la Semana Trágica.

La Ley de Mancomunidades y la Autonomía Catalana

En este contexto, se aprobó la Ley de Mancomunidades en 1913, que incluía la creación de la Mancomunitat de Catalunya en 1914, presidida por Enric Prat de la Riba. Esta institución otorgó cierta autonomía a las provincias catalanas.

Reformas Sociales

Canalejas también implementó medidas sociales para contentar a las clases populares, como una reforma fiscal que beneficiaba a los más necesitados y la supresión de la redención monetaria frente a las quintas.

El Asesinato de Canalejas

Sin embargo, en 1912, Canalejas fue asesinado por un anarquista, lo que paralizó el proceso de reformas.

La I Guerra Mundial y sus Consecuencias en España

En 1914, estalló la Primera Guerra Mundial, ante la que España mantuvo una posición neutral. Sin embargo, el conflicto tuvo un impacto significativo en la economía española.

Por primera vez, España tuvo una balanza comercial favorable, especialmente en materias primas. Esta situación, sin embargo, no benefició a todos por igual. La oligarquía financiera y comercial obtuvo grandes beneficios, mientras que las clases populares se vieron afectadas por la subida de precios debido al desabastecimiento.

La Crisis de 1917

En este contexto de tensión socioeconómica y política, en 1917, se produjeron tres hechos de suma importancia que, por diferentes vías y con objetivos incluso divergentes, manifestaron el descontento con el orden constitucional canovista. La propuesta común era la convocatoria de unas Cortes Constituyentes:

  1. Juntas de Defensa: Asociaciones de tropas que buscaban defender sus intereses. Publicaron un manifiesto en el que pedían cambios y mejoras profesionales. Inicialmente, el gobierno intentó disolverlas, pero ante el descontento generalizado, se vio obligado a acceder. Este hecho tuvo una enorme trascendencia, ya que el poder militar se convirtió en un importante grupo de presión para el futuro.
  2. Asamblea de Parlamentarios: Reunida en Barcelona a iniciativa de la Lliga Regionalista, que reclamaba un nuevo escenario político que concediera amplia autonomía a las regiones, aunque pedía que prevaleciera el carácter conservador. Esta asamblea fue prohibida, disuelta y Barcelona fue ocupada militarmente.
  3. Huelga General Revolucionaria: Propuesta por la CNT, la UGT y apoyada por socialistas, republicanos y reformistas, contó con un escaso apoyo social. Fracasó debido a las diferencias en las reivindicaciones y fue rápidamente reprimida por el ejército. Sus principales líderes fueron encarcelados.

La crisis de 1917 puso de manifiesto la incapacidad del sistema de la Restauración, que sobrevivió por pura inercia. La represión, la ausencia de reformas y la constante intervención del ejército dieron lugar a la crisis de 1921, que abrió paso a un nuevo sistema.

El Fin de la Restauración (1918-1923)

Entre 1918 y 1923, se sucedieron hasta 23 gobiernos diferentes, lo que refleja la debilidad de los gobiernos, que ya no controlaban la situación. El malestar general y la represión generalizada se intensificaron, mientras se hacían continuas concesiones al ejército. Solo la debilidad parlamentaria explica la fragilidad del régimen.

En estos años, se produjo una reactivación del nacionalismo: el avance electoral del PNV en el País Vasco, el radicalismo en Cataluña y la transformación del regionalismo cultural en un nacionalismo político en Galicia.

El final de la Primera Guerra Mundial supuso un brusco final para los negocios de exportación y una fuerte crisis económica. Entre 1928 y 1931, se vivió una auténtica situación de guerra civil en Cataluña.

En 1923, se celebraron las últimas elecciones de la Restauración, en las que se propusieron una revisión constitucional, medidas sociales y una investigación sobre la última parte de la Guerra de Marruecos, conocida como el Desastre de Annual, pidiendo responsabilidades. Este caso se conoció como el Expediente Picasso.

Economía y Sociedad en la Restauración

Entre 1876 y 1923, la situación económica española experimentó momentos de cierto auge, con un despegue industrial. Sin embargo, los problemas eran numerosos.

Sector Primario

El sector primario era poco productivo, aunque ocupaba a dos tercios de la población activa.

Agricultura

La agricultura era atrasada, con bajos rendimientos y un desigual reparto de la tierra. Algunos cultivos, como la vid, el olivo y los cítricos, estaban orientados hacia la exportación y experimentaron un mayor dinamismo. También se desarrollaron nuevos cultivos, como el tabaco, el plátano en Canarias y la remolacha para sustituir la caña de azúcar cubana.

Ganadería

La ganadería experimentó un retroceso en el número de cabezas de ganado debido al aumento de las superficies cultivadas. Se inició una especialización geográfica en la producción ganadera.

Sector Secundario

Minería

Algunos minerales, como el cobre de Riotinto y el carbón asturiano, experimentaron un fuerte crecimiento para la exportación, la mayoría explotados con capital extranjero.

Industria

La industria seguía concentrándose en Cataluña, con su sector textil, y en el País Vasco, con su industria siderúrgica. Ambas eran poco competitivas debido al proteccionismo de la Restauración.

Sector Terciario

Red Viaria

La red viaria era radial, articulada desde Madrid, lo que estructuraba mal el espacio.

Red de Ferrocarril

La red de ferrocarril tenía un ancho de vía diferente al de Europa.

Ayudas al Sector Terciario

Las ayudas al sector terciario fueron de carácter especulativo, con tramos a menudo innecesarios.

Comercio Exterior

El comercio exterior era muy limitado por el proteccionismo, lo que provocó una balanza comercial deficitaria.

Sistema Financiero

Se inició un sistema financiero moderno con la Ley de Mon de 1856, que dio lugar a la aparición de sociedades de crédito y banca privada. Se implementó un nuevo sistema monetario, la peseta, controlada por el Banco de España.

Demografía y Sociedad

Se produjo un crecimiento demográfico débil, y se registraron las primeras grandes migraciones de la era moderna, dirigidas hacia América. La población tendía a concentrarse en la periferia, especialmente en el País Vasco y Cataluña, las zonas más industrializadas, mientras que el interior agrícola y ganadero se despoblaba, a excepción de Madrid.

En esta etapa, comenzó el desarrollo urbano. El porcentaje de población urbana era inferior al 20% hasta ese momento, pero hacia 1930, se elevó al 40%.

Grupos Sociales

Clase Alta

La clase alta, que poseía el poder político y económico, estaba formada por la burguesía industrial y comercial, los altos funcionarios y la aristocracia. Durante este período, este grupo aumentó ligeramente. Eran conservadores y representaban aproximadamente el 4% de la población.

Clase Media

La clase media estaba compuesta por medianos propietarios, pequeños empresarios, profesionales liberales, etc. Tenían escasa conciencia política y se acomodaban fácilmente al régimen de turno.

Clase Baja

La clase baja, formada por campesinos y obreros, aumentó su porcentaje, pasando del 15% al 20%. Sufrían condiciones de vida muy duras, paro periódico, desprotección social, etc. Eran el germen del movimiento obrero.

Los campesinos, que disminuyeron en este período, pasando del 70% al 80%, eran principalmente jornaleros y pequeños propietarios. Vivían en la pobreza y protagonizaron algunas revueltas reclamando acceso a la tierra.

o acceso a la tierra.

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