España Isabelina: Conflicto, Reformas y Crisis (1833-1868)

El Conflicto Sucesorios

Dos días después de la muerte de Fernando VII, Carlos María Isidro de Borbón no aceptó la regencia de María Cristina y se autoproclamó rey de España en el Manifiesto de Abrantes, adoptando el nombre de Carlos V, iniciándose así la Primera Guerra Carlista. En el manifiesto de la reina gobernadora se hace un llamamiento a los liberales para apoyar el trono de Isabel II, pero son escasos y muchos están exiliados. Le apoyan sectores de liberales reformistas, parte importante del ejército, las clases medias urbanas, periodistas e intelectuales, y obreros industriales y braceros del sur peninsular. En el Manifiesto de Abrantes se hace un llamamiento al tradicionalismo para apoyar el trono de Carlos María Isidro, como reino católico, absolutista y foral. Le apoyan los absolutistas más inteligentes, sectores más ultraconservadores del ejército, parte importante de la nobleza terrateniente, la mayoría del bajo clero y el campesinado minifundista y artesanos gremiales.

La Primera Guerra Carlista

Bando Carlista

Fue una guerra de fuerte contenido ideológico, político y de clase. Un enfrentamiento entre el campo conservador y las ciudades más liberales. El gobierno carlista recibió apoyos de las potencias absolutistas del centro y este de Europa, así como de la Santa Sede. Recibieron además financiación de los terratenientes del sur de España, y contaron con el estratega Zumalacárregui. La guerra comenzó siendo favorable para los carlistas, que derrotaron repetidamente a las tropas cristinas gracias al genio militar de Zumalacárregui, pero no lograron hacerse con Madrid ni con ciudades liberales como Bilbao. En 1835, la muerte de Zumalacárregui cambió el rumbo de la guerra. Los carlistas pasaron a la defensiva y se dividieron entre los radicales, que sostenían resistir hasta la muerte, y los posibilistas, que eran partidarios de negociaciones de paz que evitaran represalias. Las tensiones duraron varios años hasta que el general Maroto logró una paz honrosa. La guerra generó miles de muertos, tanto militares como civiles, y provocó una gran destrucción material y económica. El Abrazo de Vergara es el estudio de cómo evolucionaron los cristinos y los carlistas. Se denomina abrazo por ser una paz sin represalias económicas ni sociales. Se pusieron una serie de condiciones como el reconocimiento de los grados alcanzados por los vencidos y el compromiso de mantener los fueros, mientras ellos acatarían el sistema constitucional sin dar problemas.

Bando Cristino

Se procedió a una fuerte reforma administrativa del estado, la división de España en 52 provincias. Los liberales exigían reformas políticas. La reina tuvo que contentarlos para lograr su apoyo, cambiando a Cea (moderado) por Martínez de la Rosa (liberal). Martínez de la Rosa procedió a ampliar una amnistía que permitió la vuelta a los liberales exiliados. Se decretó potenciar la libertad de prensa. Se restauró la Milicia Nacional. Suprimió los conventos que apoyaran al pretendiente Carlos e inició un proceso de transición política al liberalismo pleno con la promulgación del Estatuto Real de 1834.

El Estatuto Real de 1834

Se limitaba a regular la convocatoria de unas Cortes de carácter extremadamente conservador y elitista, tanto por su composición bicameral: la Cámara de los Próceres y la Cámara de los Procuradores. Además, otorgaba a la Corona una amplia capacidad legislativa y de veto, pudiendo incluso disolver liberalmente las Cortes. El Estatuto Real no convenció ni a los conservadores ni a los liberales. El descontento fue mayor entre los progresistas, por lo que la Regente decidió encomendar formar gobierno a liberales descontentos. Mendizábal se caracterizó por la subida de contribuciones generales y la Desamortización Eclesiástica.

La Desamortización Eclesiástica de 1835 de Mendizábal

Es la transformación de la propiedad amortizada en propiedad libre. Incautación estatal de bienes raíces en manos muertas y su posterior venta con el doble fin de formar pequeños y ampliar las arcas del Estado. La Desamortización precedía de un decreto de disolución de las órdenes religiosas, incautación de sus bienes por parte del estado y subasta o venta de dichos bienes en lotes grandes de tierras o edificios. Su obsesión estaba en lograr liquidez pronto y en gran cantidad. Para montar un fuerte ejecutó, pero al ser tantos no podían estar al alcance de compra de los pequeños campesinos o artesanos por lo que la medida solo beneficio a los grandes terratenientes y a la gran burguesía ciudadana (que hasta ahora financiaban al carlismo). Las repercusiones fueron la ruptura de la España liberal con el Vaticano, quien a su vez arrastró a las potencias de la Santa Alianza. España quedaba olvidada internacionalmente. Los terratenientes del sur de España se pasan a financiar el bando cristino. La medida trajo consigo una fuerte oleada de protestas de los sectores más moderados y tradicionales, por lo que María Cristina forzó entonces en 1836, la dimensión de Mendizábal. La regente trató de detener las reformas puestas en marcha lo cual provocó una nueva insurrección progresista. En los debates de Las Cortes Constituyentes, se puede observar ya la formación de dos segmentos políticos o delimitados. Por un lado el partido moderado liderado por el general Narváez y por otro lado el partido progresista dirigido por el general Espartero. La Constitución que pretendió ser conciliadora no acabó gustando a nadie.

La Constitución de 1837

Tenía doble soberanía, la soberanía pactada entre La Corona y la nación. Y las cortes legislativas eran bicamerales. El voto censitario muy restringido. Aprobada la constitución, se convocaron elecciones que dieron el poder a los moderados. Los moderados trataron de modificar la ley municipal que permitía a los municipios elegir a sus alcaldes, y protagonizaron un movimiento insurreccional que desembocó en la formación de Juntas Revolucionarias en numerosas ciudades españolas. Esto provocó la dimisión de María Cristina y su exilio de España. Entonces los progresistas dieron su apoyo al general Espartero, el gran vencedor de la Guerra Carlista, que se convirtió en nuevo regente.

La Regencia de Espartero (1840-1843)

En 1841 impulsó un arancel con el que se abría el mercado español a los productos textiles ingleses, provocando una fuerte protesta de los trabajadores del sector textil catalán. Espartero procedió con una durísima represión contra los manifestantes, llegando incluso a bombardear la ciudad de Barcelona. Los moderados aprovecharon para organizar conspiraciones. Barcelona fue la más clara apoyada por los industriales catalanes contrarios a la política del liberalismo puro y exigiendo del gobierno una política de proteccionismo económico para poder competir en los mercados. La sublevación de Barcelona fue apoyada por otras ciudades españolas donde los industriales se veían perjudicados. Finalmente los moderados se pronunciaron a favor de acatar el orden constitucional. Esto precipitó la dimensión de Espartero y su exilio de España. Las cortes decidieron entonces adelantar legalmente la mayoría de edad y proclamar reina a Isabel II, una niña de trece años. En 1844 Narváez se convirtió en jefe del gobierno y tutor político de Isabel II, con esto se da El Fin de las Regencias.

El Reino de Isabel II (1843-1868)

Las cortes votaron a favor de la mayoría de edad de Isabel II para evitar una nueva regencia. Por un lado fue un periodo de tendencia liberal muy conservador articulado en torno a la constitución de 1845. Los gobiernos actuaron de forma muy autoritaria. Asimismo las libertades individuales y colectivas estuvieron muy restringidas. Hay que destacar las continuas intromisiones de la reina Isabel II en la vida política apoyando a los sectores más conversadores y obstaculizando el camino a los progresistas. Otra característica es la continua intervención de los generales en el gobierno. Las huelgas eran reprimidas con gran dureza, las asociaciones estaban prohibidas y sus dirigentes fueron perseguidos. Hasta 1854 solo tuvieron representación parlamentaria los liberales moderados y los progresistas. A partir de esa fecha aparecen nuevos partidos, como el partido demócrata o la unión liberal. Fuera del sistema se mantuvieron en la clandestinidad los republicanos.

Década Moderada (1844-1854)

El general Narváez preside esta década con autoridad y prestigio. Narváez acelera la formación del cuerpo nacional. Dicho cuerpo armado de la “Guardia Civil” tendrá como misión principal proteger a las personas y propiedades y acabar con el bandolerismo.

La Constitución de 1845

Narváez y su equipo moderado fueron los inspiradores de cambiar la Constitución del 37 por otra más conservadora y dejar enriquecidos los aspectos más conservadores. Tiene las siguientes características: respeta la doble soberanía (potenciando el poder de La Corona) e incluía una declaración de derechos que podían ser limitados, se declara la exclusividad de la religión católica, se suprime la Milicia Nacional, se endurece el voto censitario, las cortes pasan a ser bicamerales y La Corona se reserva para la posibilidad de poder disolver esta cámara a voluntad. Durante este periodo se promulgaron numerosas leyes que desarrollaron la Constitución de 1845, reafirmándose el carácter oligárquico del régimen. Las primeras reformas moderadas eran estructurar el estado liberal bajo los principios del centralismo y unificación. Se emprendió una reforma fiscal con el objetivo de racionalizar el sistema impositivo y recaudatorio. Se procedió con la unificación y codificación del sistema legal, aprobándose el código civil en 1851. Se establecieron las relaciones con la iglesia. El gobierno firmó con Roma el concordato de 1851, mediante el cual el papa reconocía a Isabel como reina legítima de España, al tiempo que reconocía y aceptaba la pérdida de los bienes ya vendidos. El matrimonio de la reina era una cuestión de estado. Un pacto político de alianza con otra nación.

La Segunda Guerra Carlista

Debido al rechazo del matrimonio entre Isabel II y el pretendiente carlista. A partir de 1849 el clima político español se fue deteriorando, como consecuencia del autoritarismo de los gobiernos. Bravo Murillo, presidente del gobierno trató iniciar una reforma constitucional de tipo autoritario, para transformar el estado en una dictadura tecnocrática. Fracasó pero aumentó el descontento social y creó el ambiente propicio para el estallido revolucionario. Bravo Murillo dimitió en 1852. A partir de este momento se suceden gobiernos ineficaces, la ausencia de control parlamentario y de libertad de prensa se habían utilizado durante tanto tiempo, para robar desde los cargos públicos o para obtener beneficios millonarios.

El Bienio Progresista (1854-1856)

En 1854 se pronunció en Vicálvaro, el general O’Donnell careció de apoyos suficientes entre los moderados más abiertos. Se le suman progresistas pero exigen una serie de reivindicaciones que concretan en el Manifiesto de Manzanares un texto muy breve y claro, que pedía una regeneración liberal en unas cortes constituyentes: régimen representativo, trono sin camarillas, mejora de la ley de imprenta y ley electoral, rebaja de los impuestos…. En 1854 se convocaron las cortes constituyentes, ampliando el censo de votantes. La constitución no fue aprobada. La Corona y los moderados se oponen a reformar la constitución del 45. Espartero dimitió en 1856.

El bienio transcurrió en un clima constante de conflictividad social, acentuado por la epidemia de cólera de 1854, las malas cosechas, el alza de los previos “motín de pan” y los enfrentamientos entre patronos y trabajadores.

La Desamortización General de Madoz (1855)

Las consecuencias negativas las sufrieron los aldeanos de bajas rentas, que utilizaban las tierras comunales para subsistir y al quedar esas en propiedad privada no se podían utilizar. Esto provocó una aceleración del empobrecimiento de campesinos. Tienen que emigrar a las pocas ciudades industriales donde aumenta con las mano de obra barata. Esto tensó las relaciones internacionales ya que produjo de nuevo la ruptura con la santa sede.

Ley de Ferrocarriles (1855)

El objetivo era crear trabajo, y buscaba acelerar la industrialización en el país y por lo tanto aumentar puestos de trabajo. Grandes beneficios y privilegios a quienes invirtieran en la construcción del ferrocarril. Los inversores extranjeros, (Francia y Reino Unido) emplearon capitales en la construcción de vías férreas relanzando además la actividad de los Bandos.

Obras Públicas

Atraen inversión extranjera y dinamiza al proceso de industrialización. Con la ley de Minas (1858) se desvincularon estas de La Corona y se procedió a su privatización, será fundamental para el despegue industrial de España. Los primeros años impuso correcciones políticas de tipo conservador. Los primeros años se restauró la vigencia de La Constitución del 45, que frenaba la legislación más progresista del bienio anterior y se interrumpía el proceso desamortizados de Madoz.

Bajo su mandato se aprueba la Ley Moyano que centraliza la instrucción pública de toda la nación, del progresismo defiende los principios liberales, como elementos moderados destaca que asume el concordato especial con la iglesia, se establece que exista un instituto de enseñanza media en todas las capitales de provincia de España. La enseñanza superior que queda en manos exclusiva del estado.

El Quinquenio 2 Gobierno O’Donnell

Las huelgas, más las epidemias de cólera alimentaron las revueltas campesinas, demostraban que los problemas de orden público no se habían solucionado. Esta inestabilidad podrían poner en fuga a los capitales recién llegados del extranjero. Periodo liderado por el general O’Donnell que preside un gobierno de Unión Liberal que entre 1858 y 1863 será de nuevo el protagonista de la vida política española. Hubo años de orden y prosperidad económica en el que crecen las zonas industriales, hay un éxodo de campesinos y crece la urbanización y aumento del bienestar de las clases medias. Hay una política exterior errónea, O’Donnell diseñará una intensa actividad en política exterior acompañando a Francia en las misiones bélico-coloniales en Indochina con excusa de defender a los misioneros de las misiones extranjeras en Marruecos. Se trató de una política de prestigio, que para nada influyó en las relaciones de equilibrio internacionales. El gobierno de la unión liberal ejerció una política pragmática, centrada sobre todo en contentar a Francia que era quien invertía mayoritariamente. Las consecuencias de la unión liberal fue la dimisión de O’Donnell.

Crisis del Moderantismo

En 1864 se inició una fuerte Crisis económica en España; comenzó con la quiebra de las compañías ferroviarias, debido a la escasa rentabilidad; continuó con el hundimiento del sector textil, como consecuencia de la falta de algodón que provocó la guerra de secesión estadounidense finalmente las malas cosechas, la subida de los previos de los productos agrarios y la expansión del hambre contribuyeron a crear el ambiente idóneo para el estallido de una nueva revolución. Al caer O’Donnnell, la U liberal no se sostiene, y la reina no se atreve a dar paso al progresismo. Por ello, Isabel II disuelve las cortes y nombra un nuevo gobierno autoritario al mando de Narváez, con el que comienza una etapa de Crisis. El rasgo crítica el uso de bienes de La Corona para cubrir apariencias, es bien acogido por la mayoría del estado. Pero el profesor Emilio Castelar que critica a la reina en un violento articulado titulado el rasgo por el uso de los bienes de La Corona para cubrir apariencias. La medida desencadena la 1 manifestación de Estudiantes y obreros con una fuerte carga de la guardia civil contra ellos y corre la sangre. La sublevación se extiende por todo el país. Narváez dimite ante el desorden y la oposición desencadenada. El régimen de Isabel II está en un callejón sin salida. Encomienda ahora a O’Donnell que convoque elecciones para reponer de nuevo la constitución del 45 y sus Cortes. El fracaso de O’Donnell obligan a la reina a reponer a Narváez que en un intento desesperado por salvar la monarquía. Este desencadena una intensa labor policial. La oposición se organiza con el objetivo de destronar a la reina y convocar Cortes Constituyentes mediante sufragio universal, unionistas y progresistas con los demócratas, firmaron en agosto de 1886 en Bélgica, un acuerdo conocido como los Pactos de Bruselas y Ostende. Los pactos de Ostende y Bruselas deponen a Isabel II, constituyen un gobierno provisional que convoca elecciones libres, forman cortes Constituyentes, aprueban una constitución ampliamente democrática, el tipo de Estado compite a soberanía nacional y será respetado tanto por monárquicos como por republicanos.

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