España y la Crisis de 1898: Fin del Imperio Colonial

La Crisis de 1898 y el Fin del Imperio Colonial Español

Contexto Internacional

La Restauración se desarrolló en una nueva fase del capitalismo, el denominado capitalismo financiero o monopolista, vinculado a las transformaciones de la Segunda Revolución Industrial. La consecuencia fue el desarrollo de un proceso de imperialismo, es decir, de dominio político y económico de los territorios extraeuropeos, protagonizado por las potencias industriales europeas. Las rivalidades entre estas potencias dieron lugar a alianzas que concluyeron con dos bloques militares, los cuales finalmente se enfrentaron en la Primera Guerra Mundial. Ante esta situación internacional, España se mantuvo al margen de las alianzas, dentro de una política de neutralidad, defendiendo su derecho a la soberanía sobre el resto de su imperio colonial.

El Problema Cubano

La Paz de Zanjón, con la que había terminado la Guerra de los Diez Años, no había puesto fin al problema cubano. Cánovas había prometido a los cubanos mayor autonomía, la abolición de la esclavitud y una amnistía a los participantes de la guerra. Tales promesas no se cumplieron inmediatamente y llegaron cuando los cubanos autonomistas e independientes se habían organizado para enfrentarse a la metrópoli, declarando la guerra a España. El independentista Partido Revolucionario Cubano tenía el apoyo de un sector de la burguesía criolla y otros sectores sociales, entre los cuales estaba la mayoría de la población negra y mulata. Los intereses imperialistas norteamericanos también eran favorables a la independencia. La nueva guerra hispano-cubana (Grito de Baire), con el apoyo norteamericano a los cubanos, comenzó en 1895.

La Guerra y la Intervención Estadounidense

En España, la opinión pública fue favorable a la guerra, menos entre los socialistas, anarquistas y republicanos federalistas. La marcha de la guerra y el hecho de que el servicio militar, a través de la compra de sustitutos, cargase todo el esfuerzo bélico sobre las capas populares, fue cambiando la actitud de la población. Con el asesinato de Cánovas, Sagasta subió al poder y trató de poner fin a la guerra concediéndole la autonomía a la isla; pero no fue aceptado, ya que era tarde. La nueva actitud política de España, la presión del sector de propietarios, comerciantes y navieros norteamericanos con intereses en Cuba y la llegada al poder del presidente McKinley, determinaron la intervención militar de Estados Unidos en 1898. La explosión del crucero norteamericano Maine fue atribuida a los españoles por los norteamericanos, sirviendo de excusa para la declaración de guerra.

Derrota y Consecuencias

Las derrotas españolas en Filipinas y en Santiago de Cuba obligaron al gobierno de Sagasta a capitular. En la Paz de París, España cedió las colonias a Estados Unidos. Cuba logró la independencia formal, pero quedó sometida al control político y económico norteamericano. El Desastre del 98 tuvo consecuencias relevantes a medio plazo:

  • La pérdida del imperio ultramarino se trató de contrarrestar con la ocupación y explotación económica de Marruecos.
  • En la política interna, se generalizó la crítica al sistema político de la Restauración.
  • Se acentuó el giro al proteccionismo económico.

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