GUERRA COLONIAL Y CRISIS DE 1898
Tras la independencia de la mayor parte del territorio de la América española a inicios del siglo XIX, España solo conservó las islas de Cuba y Puerto Rico y el archipiélago de las Filipinas, en Asia; más un número de posesiones menores en África. En 1895 se reactivó el independentismo en Cuba, y al año siguiente en Filipinas. El régimen de la Restauración se vio sacudido por las guerras coloniales, que concluyeron con la pérdida del imperio ultramarino español en 1898.
La Guerra de Cuba (1895-1898)
El problema colonial de Cuba había constituido una de las mayores preocupaciones desde el inicio de la Restauración.
Antecedentes.
Hasta 1895 incidieron diversos factores en la cuestión cubana:
1 -La Guerra de los Diez Años (1868 – 1878). En 1868, apenas iniciada su andadura, y como consecuencia de la ineficaz política colonial del reinado de Isabel II, el Gobierno provisional tiene que hacer frente al levantamiento independentista cubano, que origina un conflicto armado de diez años de duración. Carlos Manuel de Céspedes es el líder revolucionario cubano que, el 10 de octubre de 1868, se levanta en Vara contra el dominio colonial español al grito de ¡Viva Cuba libre! Los objetivos de los revolucionamos cubanos, que cuentan con el apoyo de Estados Unidos, se expresan en la proclamación que la Junta revolucionaria de Cuba realiza a favor del libre comercio, de un sistema político liberal y de la liberación de los esclavos. En la guerra, que se desarrolla con gran dureza, perecen más de cien mil españoles. La cubana entra en vías de solución con el fin de la tercera guerra carlista, que permite la incorporación de numerosos contingentes de tropas al tiempo que se aplican unas hábiles medidas pacificadoras, protagonizadas por Arsenio Martínez Campos que es nombrado general en jefe en 1876. Los éxitos militares logrados frente a los líderes independentistas Máximo Gómez y Antonio Maceo provocan que éstos, agotados y faltos de recursos a causa de la neutralidad de Estados Unidos, abandonen la lucha Martínez Campos y el general insurrecto Vicente García acordaron el cese de las hostilidades por la paz de Zanjón,)(febrero de 1878), que ofrece las mismas condiciones administrativas que a Puerto Rico y una amplia amnistía. El posterior incumplimiento de estos acuerdos por el Gobierno de España. provoco el estallido de la guerra definitiva de 1895.
2-La Guerra Chiquita El 24 de agosto de 1879, transcurrido poco más de un año desde los acuerdos de Zanjón, se reiniciaron las hostilidades cuando Calixto García, Guillermo Moncada y Antonio Maceo, de acuerdo con los grupos revolucionarios del sur de Estados Unidos se pusieron al frente de las tropas sublevadas en el oriente de la isla, tras desembarcar en Baracoa en 1879. Falto de apoyo entre la población cubana, .el movimiento fue fácilmente reprimido por el general Camilo Polavieja.
3-Las dos guerras tuvieron dos consecuencias fundamentales: impulsaron el nacionalismo, cubano y favorecieron la penetración económica de los capitalistas de Estados Unidos en la isla que, además desde 1892, se vieron favorecidos por un arancel muy favorable para sus productos en la colonia española.
4 -De la Paz de Zanjón a la segunda guerra de la independencia cubana. Entre la Paz de Zanjón (1868) Y la segunda guerra de la independencia (1895 -1898), Cuba atraviesa una fecunda etapa de desarrollo colonial, en la que La Habana llega a ser en importancia la tercera ciudad española tras Madrid y Barcelona Pero, aunque desde 1878 de adoptaron medidas para alcanzar la normalización de las relaciones entre España y su colonia, el Gobierno no introdujo reformas políticas de envergadura alguna de estas medidas fueron la asimilación de Cuba a la metrópoli, la abolición de la esclavitud en 1886, el fomento de la inmigración española, y un ambiente que favoreció la aparición de dos partidos políticos. La vida política isleña se establece conforme a los patrones peninsulares, con el Partido Conservador o Unión Constitucional, ligado a los sectores más refractarios a cualquier cambio, y el Partido Autonomista o Liberal, que da cauce a las aspiraciones de autogobierno de la isla. Tampoco se concedió ningún tipo de autonomía por .la oposición de muchos burócratas, comerciantes o azucareros españoles residentes en la isla. Las únicas medidas en esta dirección habían sido las de Maura (1893) y Arbazuza, muy tardías. ,El período se caracteriza también por la presencia cada vez mayor de Estados Unidos en la industria azucarera y en el transporte.
La Guerra de Cuba y el enfrentamiento con los Estados Unidos.
Esta situación favoreció el estallido de una nueva sublevación independentista en Cuba en febrero de 18951-Grito de Baire. La insurrección había sido planificada por el Partido Revolucionario Cubano, fundado por José Martí, que proclamó la libertad de Cuba en el Manifiesto de Montecristi, documento oficial firmado por José Marti y Máximo Gómez el 25 de marzo de 189? en la localidad de Montecristi (República Dominicana). Tras su temprana muerte en 1895, en un enfrentamiento con tropas españolas, el mando de la insurrección fue asumido por Antonio Maceo (el titán de bronce) y Máximo Gómez, Los rebeldes se extendieron por toda la isla ya comienzos de 1896 llegaron a las proximidades dé La Habana y a la provincia de Pinar del Río, en el extremo occidental. La respuesta española fue tratar de ahogar la sublevación lo antes posible. Tanto. Cánovas como manifestaron rotundamente su voluntad de defender la colonia. Se envió a la isla el general Martínez Campos que, tras aplicar una política negociadora y diplomática, recurrió, desde 1896, a «!la táctica de aplastamiento de la insurrección. Ante el fracaso de Martínez Campos, asumió el mando el general Valeriano Weyler, que llevó a cabo una feroz guerra de desgaste basada en la. superioridad militar española frente al dominio del terreno cubano que recibían armamento y suministros de Estados Unidos. Con el propósito de acabar con los mambises (guerrilleros), procedió a concentrar a la población rural en zonas controladas por las tropas españolas y dividió la isla en compartimentos mediante largas líneas fortificadas trochas) Estas disposiciones lograron sofocar en buena medida la insurrección pero tuvieron un altísimo coste humano para la población reconcentrada, que empezó a ser víctima de las enfermedades. A pesar de los éxitos de las tropas españolas, las bajas aumentaron más por las enfermedades que en el frente.
Mientras tanto, la guerra estalló en Filipinas, y en España se rompía el ,consenso liberal-conservador. Tras la muerte de Cánovas, Sagasta formó un gobierno que intentó un nuevo proyecto de autonomía mas amplio, con gobierno propio, parlamento y los mismos derechos que los peninsulares. Weyler fue sustituido por el general Ramón Blanco, al tiempo que se perdía en pocas semanas el territorio reconquistado en el ultimo año, y en enero de 1898 tomaba posesión el nuevo Gobierno cubano. La política española había intentado evitar por todos los medios un .enfrentamiento Con los estados Unidos, En este país la opinión pública, jaleada por la prensa amarilla y los ideólogos del imperialismo norteamericano eran favorables a la intervención militar en Cuba. Entre ellos destacó Theodor Roosevelt, que tres años más tarde, en 1901, sería elegido presidente de Estados Unidos tras el asesinato de William McKinley a manos de un anarquista.
El incidente que propició el estallido de la guerra fue la explosión del acorazado estadounidense Maine el 15 de febrero de 1898 en la bahía de La Habana provocando 254 muertos. El acorazado había sido enviado a Cuba en señal de amistad para proteger los intereses estadounidenses en la isla. Pese a la propuesta española de estudiar el suceso en una comisión de investigación internacional, los Estados Unidos atribuyeron toda responsabilidad a España. El Gobierno de Washington propuso primero una oferta de compra de la isla por 300 millones de dólares y, ante la negativa de Madrid, lanzó un ultimátum exigiendo la renuncia de la soberanía sobre la isla La segunda negativa provocó que el Congreso de los Estados Unidos aprobase la declaración de guerra el día 19 de abril. La guerra fue muy breve y se decidió en el mar. Comenzó en Filipinas, con la destrucción de la flota española en Cavite el I de mayo, y siguió en Cuba. En junio, los estadounidenses desembarcaron en Guantánamo y, aunque las tropas españolas retuvieron su avance hacia Santiago en El Caney y la Loma de San Juan, la batalla de Santiago de Cuba sentenció el desarrollo de la contienda Santiago capituló y las fuerzas de Estados Unidos ocuparon, sin oposición, Puerto Rico, donde no había ninguna insurrección. El día 3 de julio de 1898, la Armada Española sufrió ante la bahía de Santiago de Cuba una derrota frente a la flota de los Estados Unidos. La escuadra española, al mando del almirante Pascual Cervera y Topete, se encontraba cercada en el interior de la bahía de Santiago, que es un largo y angosto canal, desde el 29 de mayo por la escuadra norteamericana. El general Ramón Blanco ordenó al. almirante ‘Cervera que sacase la escuadra a combatir al mar. El resultado fue la destrucción total de la flota española formada por los cruceros acorazados: Infanta María Teresa (buque insignia), Vizcaya, Almirante Oquendo y Cristóbal Colón y los destructores: Furor y Plutón. Cervera, convencido de su inferioridad, decidió salir a primeras horas del día navegando hacia el oeste y pegado a la costa para salvar el mayor número de vidas posibles. La decisión del almirante de partir para el combate con luz diurna era, militarmente hablando, la peor de todas las posibles, pues probablemente una salida nocturna o en un día de mal tiempo hubiese sido más adecuada. Además, la estrechez del canal de salida del puerto obligó a los barcos a navegar uno tras otro a intervalos demasiado largos y siguiendo todos la misma ruta. Al final de la batalla, sólo el Plutón había sido hundido directamente por los disparos enemigos, los demás buques españoles estaban embarrancados y seriamente dañados. Los cañones españoles solo causaron pequeños daños en los buques estadounidenses.
PUERTO RICO
En Puerto Rico, desde los años ochenta se había desarrollado un movimiento criollo autonomista a causa del descontento generado por la miseria, el analfabetismo y la estructura agraria de los cultivadores de café y azúcar. Tras estallar la guerra entre Estados Unidos y España en abril de 1898, tropas estadounidenses desembarcaron en Guánica y en muy poco tiempo controlaron toda la isla.
LA GUERRA DE FILIPINAS (1896-1898)
Las islas Filipinas no tuvieron para España la misma importancia que Cuba. El descontento contra la administración española comenzó a gestarse en los años sesenta, desde cuando se aprecian los primeros indicios de conciencia nacional, que se expresan en las demandas por igualdad de derechos de los filipinos con los peninsulares. Un ejemplo fue el motín de Cavite, en 1872, sofocado rápidamente por las autoridades españolas. Desde 1880 la protesta continuó con el movimiento de la Propaganda. La insurrección estalló en agosto de 1896 promovida por el Katipunan, organización fundada por Andrés Bonifacio que pretendía la expulsión de los españoles y la confiscación de las tierras de las órdenes religiosas. La rebelión se extendió por las provincias tagalas. La política del capitán general Ramón Blanco fue sustituida por otra más enérgica del general Polavieja. El nuevo mando condenó a muerte a Rizal a pesar de no haber colaborado con la insurrección, y desplegó una contundente estrategia militar contra los rebeldes, logrando casi sofocar el levantamiento. Polavieja regresó triunfalmente a España y fue sustituido por Fernando Primo de Rivera. Este tuvo que hacer frente a un nuevo estallido insurreccional, más disperso y acaudillado por ). Primo de Rivera puso fin a la sublevación con la firma de la Paz de Biac-na-Bató, en 1897. Los principales caudillos rebeldes aceptaban exiliarse a cambio de dinero. Pero entonces estalló la guerra con los Estados Unidos, que tuvo su primer campo de operaciones en Filipinas. La flota española fue derrotada en Cavite, por lo que la insurrección filipina resurgió apoyada directamente por Estados Unidos. En pocos meses los españoles se vieron sitiados en Manila, que aislada por tierra y mar capituló el 13 de agosto de 1898.
EL TRATADO DE PAZ DE PARÍS
Tras la derrota española frente a los Estados Unidos, el 10 de diciembre de 1898 se firmó en París un tratado de Paz. España reconocía la independencia de Cuba, y cedía a Estados Unidos Puerto Rico, la isla de Guam, en las Marianas, y las Filipinas, esta con una contraprestación de 20 millones de dólares. Al año siguiente, el Tratado Hispano-alemán, el Gobierno español vendía al Imperio alemán sus últimas islas del Pacífico: las islas Carolinas, las Marianas, excepto Guam, y las Palaos.
Las consecuencias de desastre del 98:
1-desde el punto de vista demográfico, las guerras se saldaron con 120.000 muertos, sobre todo por enfermedades.
2 -Desde el punto de vista económico, la derrota supuso la pérdida del mercado colonial. Desde entonces se reafirmó el viraje hacia el proteccionismo iniciado con el arancel de 1891.
3 -Resentimiento de los militares hacia los políticos, crecimiento del antimilitarismo popular y crisis política. El Gobierno liberal de Sagasta fue sustituido por el conservador de que intentó afrontar la crisis del sistema canovista.
4 -Cambio del estatus internacional. España había dejado de ser un imperio. El colonialismo ultramarino y la política exterior fueron sustituidos por una mayor intervención en África.
5-Aparición del regeneracionismo, movimiento intelectual y crítico caracterizado por el rechazo al sistema de la Restauración censuraban la corrupción, el caciquismo.. El regeneracionismo postula la transformación del campo y del paisaje agrario mediante la realización de obras hidráulicas, la profundización en las políticas sociales, la ampliación de la autonomía municipal y la extensión de la cultura en una España ansiosa de «Escuela, despensa y siete llaves para el sepulcro del Cid». Entre sus representantes más destacados se puede mencionar a Joaquín Costa, Miguel de Unamuno. Costa anuncia la necesidad de una revolución «desde arriba», llevada a cabo por un «cirujano de hierro» que acometa las transformaciones necesarias. El pensamiento de Joaquín Costa tiene gran influencia en políticos del periodo posterior y sus ideas regeneracionistas aparecen en los escritos de la Generación del 98, que constituyó una auténtica edad de plata de las letras.