La Europa de la Restauración
Tras la era napoleónica, Europa buscó un retorno a los valores de la monarquía absoluta y del Antiguo Régimen, priorizando el orden y la estabilidad. Los movimientos liberales y nacionalistas, ante la represión, se organizaron en sociedades secretas.
Congreso de Viena y el Nuevo Orden Europeo
El Congreso de Viena (1814-1815) rediseñó el mapa político europeo tras la derrota de Napoleón. Liderado por el canciller austriaco Metternich, las potencias vencedoras (Austria, Prusia, Rusia y Gran Bretaña) reconfiguraron Europa:
- Austria: Dominio sobre la península italiana.
- Rusia: Anexión de Finlandia, Polonia y Besarabia.
- Prusia: Adquisición de territorios en Sajonia, Pomerania y Westfalia.
- Países Bajos: Creación del reino uniendo Holanda, Bélgica y Luxemburgo.
- Suecia: Incorporación de Noruega.
- Confederación Germánica: Formada por 41 estados bajo la influencia de Austria y Prusia.
- Gran Bretaña: Consolidación de su poderío naval, sin ambiciones territoriales en Europa.
La Santa Alianza
Establecida por Rusia, Austria y Prusia, la Santa Alianza buscaba defender los principios del absolutismo cristiano y sofocar cualquier intento revolucionario en Europa.
Situación en Francia y Gran Bretaña
- Francia: Restauración de los Borbones con Luis XVIII y una Carta Otorgada. Su sucesor, Carlos X, profundizó el absolutismo.
- Gran Bretaña: Consolidación de una monarquía parlamentaria, convirtiéndose en refugio para liberales europeos.
Los Movimientos Revolucionarios de 1820
La primera oleada revolucionaria se inició en España con el pronunciamiento de Riego en 1820, obligando a Fernando VII a jurar la Constitución de 1812. Este levantamiento inspiró movimientos similares en Nápoles, Portugal y Piamonte. La Santa Alianza intervino para restaurar el absolutismo, destacando la intervención de los Cien Mil Hijos de San Luis en España (1823). La Guerra de Independencia Griega (1821-1829) culminó con la independencia de Grecia del Imperio Otomano.
Las Revoluciones de 1830
Las revoluciones de 1830, impulsadas por el liberalismo y el nacionalismo, marcaron el fin de la Restauración. Iniciadas en Francia, se extendieron por Europa:
- Francia: La Revolución de Julio derrocó a Carlos X y estableció una monarquía constitucional con Luis Felipe de Orléans.
- Bélgica: Logró su independencia de los Países Bajos, con apoyo de Francia y Gran Bretaña.
- Estados Italianos y Alemanes: Levantamientos liberales y nacionalistas fueron reprimidos por Austria y Prusia, respectivamente.
- Polonia: El intento de independencia fue sofocado por Rusia.
Estas revoluciones consolidaron sistemas constitucionales burgueses en algunos países y dieron lugar a la creación de nuevos estados, como Bélgica y Grecia, evidenciando el avance del liberalismo y el nacionalismo en Europa.