La Evolución Humana en la Península Ibérica
1. Hominización
La hominización es el proceso evolutivo que, a partir de los primates anteriores, llega hasta el hombre actual. El resto de homínido más antiguo encontrado en la Península Ibérica, y también en Europa, es un fragmento de mandíbula perteneciente a la especie Homo antecessor, aparecido en Atapuerca (Burgos) con una antigüedad de 1.200.000 años. Los restos de Atapuerca parece que corresponden a individuos víctimas de prácticas de canibalismo.
El Homo antecessor tuvo una doble evolución:
- En Europa, evolucionó a Homo heidelbergensis, que también aparece en Atapuerca con una antigüedad de 300.000 años. Los restos encontrados fueron depositados en lo que parece ser la práctica funeraria más antigua conocida. A su vez, esta especie evoluciona hacia Homo neanderthalensis, con una antigüedad de 100.000 años. Los últimos hallazgos encontrados en la cueva de El Sidrón (Asturias) indican que dominaba el fuego.
- En África, el Homo antecessor evolucionó hacia una especie de mayor capacidad intelectual llamada Homo sapiens sapiens, que es la especie actual. Hace 40.000 años, esta especie coincide y compite con el Homo neanderthalensis. Pero la superioridad del Homo sapiens sapiens hace que en el 30.000 a.C. sea la única especie presente, mientras que el Homo neanderthalensis se extingue.
Los Pueblos Prerromanos en la Península Ibérica
Los romanos inician la conquista y se encuentran con dos áreas:
a) Pueblo del Área Celta
Se distribuyen por el centro y norte peninsular. Surgieron como resultado de la fusión de los pueblos indígenas con los indoeuropeos. Características:
- Economía atrasada, basada en el pastoreo y la agricultura rudimentaria.
- Estructura social tribal.
- Políticamente poco evolucionados. Destacan los jefes, cuyo prestigio les da cierta capacidad de liderazgo.
Ejemplo: Vascones.
b) Área Ibérica
Conjunto de pueblos que aparecen en el sur y el este peninsular. Son resultado de la influencia cultural de fenicios y griegos. Bastante evolucionados, con una economía desarrollada, importante artesanía, activo comercio y uso de moneda. Grandes diferencias sociales (aristocracia terrateniente, grupos de comerciantes, artesanos, campesinos y esclavos). Políticamente se organizan en ciudades-estado. El poder es ejercido por un monarca o un senado que actúa como una asamblea aristocrática.
Fenicios, Griegos y Cartagineses
Pueblos del Mediterráneo oriental muy avanzados culturalmente. Se limitaban a fundar colonias (no tenían grandes ambiciones territoriales), ciudades ubicadas estratégicamente en la costa del Mediterráneo y al otro lado del estrecho de Gibraltar, teniendo por objetivo establecer lazos comerciales con los pueblos indígenas peninsulares, experimentando un gran desarrollo cultural.
- Fenicios: Los primeros en llegar, fundaron colonias en el sur peninsular, como Cádiz.
- Griegos: Se extendieron por el noreste, fundando colonias importantes como Ampurias y Rosas.
Hacia el 600 a.C., las colonias fenicias entran en decadencia, pasando a ser pobladas por los cartagineses (ciudad de origen fenicio, situada en el norte de África). Los cartagineses tenían una política agresiva y conquistaron el sur, incluyendo Ibiza.
El Reino de Tartessos
En el suroeste peninsular se desarrolla una civilización conocida como Tartessos. Tenían una organización política avanzada, donde el poder recaía sobre el rey. Su economía era desarrollada, destacando la actividad artesanal y la práctica de un activo comercio.
La Hispania Romana
1. Orígenes de la Conquista
Durante el siglo III a.C., Roma ejerce una política de expansión por el Mediterráneo:
- Deseos de la aristocracia romana de incrementar sus tierras.
- Búsqueda de esclavos y materias primas que explotar.
- Posibilidad de prestigio que daban las guerras como forma de promoción política entre las élites romanas.
Guerras Púnicas: Enfrentamientos entre Roma y Cartago.
- Primera Guerra Púnica: Roma consigue expulsar a los cartagineses del sur de Italia, Cerdeña y Sicilia. Cartago intenta reforzar sus posiciones en la península, política cartaginesa llevada a cabo por tres militares de la Dinastía Barca (Amílcar, Asdrúbal y Aníbal). Los cartagineses fundaron Cartago Nova (Cartagena) como base de operaciones.
El ataque de los cartagineses a Sagunto, ciudad ibera aliada de Roma, será el motivo para que el ejército romano intervenga en la península y declare la guerra a los cartagineses.
- Segunda Guerra Púnica: Roma contra Cartago. Roma asegura el control de la zona sureste de la península, territorio ocupado por los pueblos del área ibera.
- Guerras Celtíbero-Lusitanas: Roma inicia la conquista del centro y oeste peninsular. Se enfrenta a los pueblos del área celta, los cuales oponen gran resistencia, como los lusitanos (liderados por Viriato) y los celtíberos.
- Guerras Cántabro-Astures: Augusto dirige la guerra contra los pueblos del norte (los únicos que no habían sido sometidos), llegando a arrinconarlos en las zonas montañosas (no se logró dominarlos totalmente).
2. Proceso de Romanización y Legado Cultural
La romanización es el proceso a través del cual las poblaciones sometidas por Roma van asimilando la cultura y las formas de vida romanas. Se llevó a cabo a través de tres vías:
- Ciudades: Ciudades indígenas refundadas por los romanos.
- Ejército: Campamentos militares que se convirtieron en ciudades. Los indígenas se incorporaban al ejército como forma de promoción social, obteniendo tierras o la ciudadanía romana.
- Zonas con mayor o menor grado de romanización.
La España Visigoda: Las Invasiones Bárbaras
Desde el siglo III, el Imperio Romano había entrado en contacto con pueblos ubicados al otro lado de las fronteras. A partir del siglo IV, coincidiendo con la crisis política, social y económica que sufría Roma, esta sufrió la presión de los pueblos bárbaros hasta que Odoacro, rey de los hérulos, derrotó al último emperador romano, Rómulo, en el año 476 (final de la Edad Antigua). Los visigodos establecieron la capital en Toledo, pero no llegaron a controlar toda Hispania, ya que tanto suevos (Galicia), como vascones y bizantinos (sureste) ocuparon parte del territorio. Leovigildo consiguió anexionarse territorios, reorganizó la administración y acuñó moneda. Recaredo fomentó la fusión de visigodos e hispano-romanos.
Las causas de las invasiones bárbaras son las siguientes:
- Gran número de germanos habían pasado las fronteras para instalarse pacíficamente como agricultores o mercenarios.
- Hasta el siglo IV, Roma controló esta inmigración, pero a finales de siglo la presión provocó que estos traspasasen masivamente las fronteras del Imperio.
- Se produjo un gran crecimiento demográfico, por lo que se necesitaban nuevas tierras.
- El servicio como mercenarios les había permitido conocer la organización y debilidades de los romanos.
- Muchos habitantes del Imperio apoyaron a los bárbaros buscando mayor justicia y menos corrupción.
Las Instituciones del Reino Visigodo
En el año 476, tras la caída del Imperio Romano de Occidente, los visigodos se asientan en el sur de la Galia y en Hispania. Se forma el llamado Reino de Toulouse (capital).
En 507, los visigodos son derrotados por los francos en la batalla de Vouillé y expulsados de la Galia. Se produce entonces el asentamiento masivo de los visigodos en Hispania y se forma el Reino Visigodo de Toledo (capital).
En cuanto a la estructura política, aparece una monarquía electiva. El rey es elegido por una asamblea de nobles y obispos, lo que será fuente continua de conflictos.
En su tarea de gobierno, el rey se encuentra asesorado por un consejo de nobles llamado Aula Regia. Los altos cargos de la administración son también reclutados entre la alta nobleza y constituyen el Officium Palatinum.
Los Concilios de Toledo
Son asambleas solemnes en las que el rey se reúne con obispos y nobles. Estas asambleas aprueban las leyes más importantes del reino.
Los visigodos se habían convertido al cristianismo bajo la forma del arrianismo. Era esta una doctrina condenada por los católicos, ya que no consideraba a Cristo como Dios, sino sólo como hijo de Dios. Sin embargo, los hispano-romanos eran católicos. Los visigodos mantenían el arrianismo como una seña de identidad, pero esto constituía una fuente de conflictos con la mayoría hispano-romana. Finalmente, en el III Concilio de Toledo, el rey Recaredo estableció la conversión de los visigodos al catolicismo, con lo que se logró la unificación religiosa.