Evolución política de Al-Andalus y su organización económica y social

EVOLUCION POLITICA DE AL-ANDALUS

A) El Emirato y el Califato de Córdoba (711-1030)

– El Emirato Dependiente de Damasco. En un principio, Al-Andalus se organiza como un territorio gobernado por un emir que representa a la autoridad del califa de Damasco. Este periodo marca el fin de la expansión islámica ante dos importantes derrotas: la que se produce en Covadonga frente a los astures y cántabros del Norte, y la que se produce en Poitiers, donde los musulmanes son frenados por los francos.

– El Emirato Independiente. En 756 un príncipe de la familia Omeya, que había sido expulsada del califato por los abbasíes, se refugia en Al-Andalus. Éste consigue apoyos y se proclama emir con el nombre de Abderramán I, convirtiendo a Al-Andalus en un Estado independiente políticamente, aunque se reconoce la autoridad religiosa de los nuevos califas de Bagdad. Durante este periodo se consolidará el dominio musulmán en la Península y el poder de los Omeyas.

– El Califato de Córdoba. En 929, Abderramán III, descendiente de Abderramán I, se proclama califa. Esto significa la ruptura política y religiosa con los califas de Bagdad. Se inicia un periodo de apogeo manifestado en la superioridad militar de Al-Andalus, el fortalecimiento del poder del califa y el esplendor artístico y cultural. Al final del periodo destaca la figura de Almanzor, primer ministro del califa Hisham II, que impondrá un poder autoritario basado en el Ejército y someterá a los cristianos del norte.

B) LA CRISIS DE LOS SIGLOS XI y XII

En 1030 es depuesto el último califa de Córdoba y se abre un nuevo periodo de inestabilidad para Al-Andalus. Podemos diferenciar dos etapas:

a) La crisis del siglo XI: Los reinos de taifas

En los años finales del Califato éste se encuentra sumido en una profunda crisis motivada por las disputas internas entre los distintos clanes dirigentes y militares. El resultado final es la desaparición del Califato en 1030 y su división en una multitud de reinos independientes, llamados reinos de taifas, en los que cada uno de estos grupos antes enfrentados controla el poder. La división política del Califato marca el inicio de la decadencia de Al-Andalus. La fragmentación política de Al-Andalus supone el fin de la hegemonía militar de los musulmanes en la Península, manifestada en dos hechos:

1. El gran avance conquistador de los reinos cristianos.

2. La sumisión de los reyes taifas a dichos reinos cristianos, a quienes deben pagar unos impuestos llamados parias para evitar ser conquistados por ellos. La conquista de Toledo por el rey de León en 1085 pone en evidencia la debilidad de los taifas y éstos piden ayuda a los almorávides del norte de África.

b) La crisis del siglo XI: Los Imperios norteafricanos

Los reyes de taifas piden ayuda a los almorávides (grupo de bereberes, convertidos al Islam de un fuerte fanatismo religioso, que había construido un Imperio en el Norte de África). Los almorávides llegan a la Península y frenan a los cristianos pero someten a los diversos reinos de taifas y los incorporan a su Imperio norteafricano. El fanatismo y el rigorismo religioso provocarán que los almorávides no cuenten con amplio apoyo entre la población de Al-Andalus.

Hacia 1145, los almohades, se apoderan del Imperio almorávide, formando un nuevo imperio que abarca el Norte de África y Al-Andalus. Los almohades hacen de Sevilla la capital de su Imperio. Los reyes cristianos infligen una severa derrota al ejército almohade en la Batalla de las Navas de Tolosa. Esta derrota marcará el fin del poderío militar almohade.

c) El Reino Nazarita de Granada

Tras la derrota de las Navas de Tolosa, un destacado dirigente de la familia nazarí se hace fuerte en Granada y se proclama emir. Se constituye así un reino, convertido en el último reducto musulmán de la Península, y que abarca el área de la Cordillera Penibética. Este reino subsistió sometido al rey de Castilla. Finalmente, en 1492, los Reyes Católicos entrarán en Granada poniendo fin a la presencia política del Islam en la Península.

AL-ANDALUS: ORGANIZACION ECONOMICA Y SOCIAL

b) Economía andalusí. Al-Andalus significó una revitalización de las actividades productivas.

La agricultura experimentó un notable desarrollo, ya que se modernizaron los sistemas de riego y se introdujeron cultivos como el arroz y los cítricos. Lo más destacado fue la revitalización de las ciudades, sobre todo por el impulso de las actividades urbanas. La artesanía tuvo un gran desarrollo con la producción de artículos de lujo y de otros bienes introducidos por los musulmanes (papel, seda).

b) La sociedad andalusí

La sociedad se estructuraba en función de:

– La religión: la sociedad se dividía en musulmanes y no musulmanes. Los primeros estaban formados por los conquistadores pero, poco a poco, se fueron incrementando con los muladíes. Eran estos los hispano-romanos que, por varias razones (promoción social, exención de impuestos) se fueron convirtiendo al Islam. Entre los no musulmanes se encontraban dos grupos: los mozárabes, que eran los cristianos, y los judíos.

– Étnicamente se distinguían tres grupos: los árabes, que fueron una minoría y eran los descendientes de los conquistadores; los bereberes, que apenas tenían importancia numérica, y los hispano-romanos que constituían el grueso de la población.

– Según el nivel socioeconómico había varias categorías: la jassa era la aristocracia terrateniente, política y militar. Se oponían a la umma, integrada por el grueso de la población (campesinos, artesanos). En la base existía un grupo de esclavos. Estos esclavos podían ser negros de origen africano o eslavos.

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