La Organización Política y las Instituciones en la Baja Edad Media (Siglos XIV y XV)
Durante los siglos XIV y XV, en la Península Ibérica existieron cuatro coronas: Navarra, Portugal, Castilla y Aragón.
Castilla
Aparecieron núcleos políticos como León y Castilla, que se unían y separaban continuamente hasta que Fernando III de Castilla los unificó en 1230. Su organización territorial era muy compleja.
Instituciones Centrales
- Consejo Real: grupo de nobles que aconsejaban al Rey.
- Audiencia: administraba justicia.
- Real Hacienda: encargada de los impuestos.
También se construyó un Ejército Real y una burocracia formada por letrados. Las primeras Cortes fueron reunidas en León en 1188 por Alfonso IX. Sus funciones eran:
- Acuñación de la moneda.
- Concesión de impuestos extraordinarios solicitados por el rey (por los que los representantes de las ciudades, que solo los tenían las más grandes, exigían a cambio nuevas leyes).
- Proclamar al heredero del trono y nombrar al rey.
La administración local se basó en los concejos o ayuntamientos, que terminaron en manos de la nobleza.
Aragón
Fue una confederación de reinos: Aragón, Valencia, Mallorca y el Principado de Cataluña. Tenía una “monarquía pactista” (débil poder del monarca) y en cada reino había un lugarteniente del rey.
Instituciones
En el siglo XIII nacieron las Cortes, que tenían un fuerte peso político. Estaban muy reguladas y formadas por cuatro brazos (alta nobleza, baja nobleza, clero y ciudades) que se reunían por separado. Tenían una reglamentación más estricta: convocatoria, funcionamiento y atribuciones, y que obligaba tanto al rey como a la asamblea. Surgió una función nueva ejecutada por la Generalitat y la Diputación General de Aragón: controlar el intervalo entre dos sesiones de Cortes y los ingresos y gastos aprobados. Otras instituciones fueron el Consejo Real, la Audiencia y el Justicia de Aragón.
La administración territorial se organizó en veguerías. El órgano de poder fue el municipio, que estaba bajo el control de las oligarquías locales.
Alba N. Mohedas
Crisis Demográfica, Económica y Política en la Baja Edad Media (Siglos XIV y XV)
Crisis Demográfica
Las malas cosechas entre 1310 y 1346 provocaron la desnutrición de la población. En esas circunstancias, la población fue atacada por la Peste Negra. El impacto demográfico fue muy importante en la Corona de Aragón, donde la población disminuyó un 40%, mientras que en Castilla descendió un 25%.
Crisis Económica
La disminución del número de campesinos supuso el abandono de muchas explotaciones agrícolas y escasez de mano de obra campesina. Además, se redujo la producción agrícola y aumentaron los precios. Debido a la caída de las rentas señoriales, los nobles exigieron a los reyes concesiones territoriales y se endurecieron las sujeciones feudales de los campesinos.
Esto llevó a que en Castilla se impusiera la ganadería trashumante ovina como principal actividad económica. Los privilegios de la asociación de los grandes ganaderos castellanos (Mesta) aumentaron notablemente.
La artesanía entró en declive por el descenso de la demanda, ya que hubo un descenso demográfico y empobrecimiento.
Al gran comercio no le afectó casi la crisis. El comercio castellano siguió creciendo por la exportación de lana y productos de lujo dirigidos a Flandes, y el comercio catalán en el Mediterráneo se basó en la exportación de productos textiles e importación de sedas y especias.
Crisis Social
Se provocaron numerosas sublevaciones de campesinos contra la nobleza: guerras irmandiñas en Galicia y Payeses de remensa en Cataluña.
El malestar social dio lugar a más tipos de conflictos, como los conflictos sociales urbanos que enfrentaron a la Biga (alta burguesía) y a la Busca (clases populares) en Barcelona.
Hubo un rebrote del antisemitismo que llevó a múltiples pogromos contra las comunidades judías. Muchos judíos se convirtieron al cristianismo.
Crisis Política
El foco principal fue la pugna entre los monarcas y los grupos privilegiados por la hegemonía política.
En Castilla hubo varios conflictos:
- Guerra Civil entre Pedro I y Enrique de Trastámara, que trajo al trono a una nueva dinastía: los Trastámara.
- Los reinados de Juan II y Enrique IV se caracterizaron por múltiples conflictos. Enrique IV fue sucedido por Isabel de Castilla.
En Aragón hubo una guerra civil al enfrentarse el rey Juan II con la nobleza y el clero catalanes. Los conflictos de los remensa en el campo y el de la Busca y la Biga en Barcelona dejaron a Cataluña destrozada. A Juan II le sucedió Fernando de Aragón.
La Expansión de la Corona de Aragón en el Mediterráneo
La expansión de la Corona de Aragón comenzó en 1229 con Jaime I el Conquistador, y su imperialismo forzó a los reyes de dicha corona a pedir constantemente ayudas económicas a la nobleza y al clero, de ahí se explica la “monarquía pactista” aragonesa.
En la isla de Sicilia, la presencia francesa era cada vez más impopular, por lo que, tras años de lucha, los monarcas aragoneses, con la ayuda de los almogávares, consiguieron en 1302 incorporar Sicilia a la Corona de Aragón.
Los licenciados de la batalla de Sicilia marcharon para luchar contra los turcos al mando de Roger de Flor, al cual las autoridades turcas mataron en 1305 y, como represalia, los licenciados comenzaron la “venganza catalana”. Con ayuda siciliana lograron fundar los Ducados de Atenas y Neopatria.
Córcega y Cerdeña: La alianza entre Francia y Génova intervenía en los intereses de la corona aragonesa, pero en 1420 Alfonso V se hizo cargo de esto y en los siguientes 20 años renunció a Córcega y conquistó el reino de Nápoles, abandonó la política ibérica, se convirtió en árbitro de la situación italiana y en mecenas del Renacimiento.
Esta expansión por el Mediterráneo estimuló el comercio catalán, teniendo así acceso a la ruta de las especias.
Las Rutas Atlánticas: Castellanos y Portugueses. Las Islas Canarias
Los reinos de León y Castilla se interesaron por la fachada costera y la navegación marítima en el siglo XII. En el siglo XIII, se configuraron los dos polos mercantiles de la corona:
- En el norte, Burgos y los puertos cantábricos que miraban al Atlántico. Castilla desarrolló un importante comercio de ventas de lana a países del norte.
- En el sur, Sevilla, con una estratégica posición entre el Atlántico y el Mediterráneo.
El estrecho de Gibraltar se abrió a la navegación cristiana y fue objetivo de los mercaderes para las relaciones entre Italia y Flandes.
Otra línea expansiva por el Atlántico fue por las costas de occidente africano y las islas Canarias. En 1402, Enrique III aceptó el ofrecimiento de dos nobles franceses de ocupar las islas bajo el mandato del rey castellano. En 1415, los portugueses conquistaron Ceuta, que pasó a dominio español con Felipe II como rey portugués. Y en 1420 y 1440 se instalaron en Madeira y Azores. Esta expansión finalizó con la llegada a las Indias en el siglo XV.