La Organización Política y las Instituciones en la Península Ibérica
Instituciones en el Reino de Castilla
- Monarquía: Desde el siglo XIII, la monarquía en Castilla se apoyó en el derecho romano para consolidar el poder político del rey. Alfonso X inició este proceso, que fue afianzado por Alfonso XI. La reorganización del sistema tributario en el siglo XIV, con la creación de impuestos como la Alcabala, fortaleció aún más el poder monárquico.
- Consejo Real: Establecido en 1385, era el núcleo de las decisiones políticas. Estaba compuesto por representantes del alto clero, la alta nobleza y juristas que aseguraban la autoridad real.
- La Audiencia: Fundada en 1371, actuaba como un Tribunal Supremo bajo el control directo del rey, superior a los tribunales locales y señoriales.
- Las Cortes: Incluían a la alta nobleza, el alto clero y representantes de las ciudades. Las primeras Cortes se celebraron en León en 1188. Inicialmente hubo Cortes separadas en Castilla y León, hasta su unificación. Su función principal era asesorar al rey.
Instituciones de la Corona de Aragón
- Monarquía: Se caracterizaba por ser una monarquía pactista, donde el poder del rey estaba limitado por el derecho y las costumbres de Aragón. El rey se comprometía a respetarlos al ser investido, en un pacto con sus vasallos.
- Las Cortes: Poseían el poder legislativo y tenían más influencia que en Castilla.
- La Diputación General (Generalitat): Organismo encargado de supervisar el cumplimiento de los acuerdos de las Cortes.
- Municipios: El poder municipal estaba en manos de consellers, elegidos en el Consejo de Ciento. Los Consellers eran nombrados anualmente.
Crisis Demográfica, Económica y Política en los Siglos XIV y XV
Entre 1310 y 1346, una serie de malas cosechas causadas por condiciones climáticas adversas (heladas, temporales) provocaron desnutrición y una mayor vulnerabilidad a las enfermedades. La Peste Negra de 1348 y las epidemias posteriores de 1363 y 1371 diezmaron la población, especialmente en la Corona de Aragón. Esto llevó al abandono de tierras, a la disminución de la productividad y del comercio. La escasez de excedentes causó una subida de precios, lo que a su vez generó un aumento de impuestos y cargas señoriales, provocando miseria, sobre todo en los sectores más desfavorecidos. Esta situación desencadenó revueltas sociales, tanto en el campo (contra los señores feudales) como en la ciudad (contra los judíos, a quienes se culpaba de todos los males).
La crisis exacerbó la inestabilidad política, con enfrentamientos entre la nobleza y los monarcas, resultando en guerras civiles en Castilla, Aragón y Navarra. En Castilla, se impuso la Casa Trastámara con Enrique II; en Aragón, se fortaleció la monarquía con Juan II; y en Navarra, el conflicto se resolvió con su anexión al Reino de Castilla.
La Expansión de la Corona de Aragón en el Mediterráneo
En la segunda mitad del siglo XIII, Pedro III “el Grande” inició una política de imperialismo mediterráneo en la Corona de Aragón. Conquistó Sicilia en 1282, un punto estratégico en las rutas comerciales y gran productora de trigo. Esta conquista enfrentó a Aragón con Francia (Casa de Anjou) y el Papa. La guerra fue un éxito para Pedro III gracias a su flota, dirigida por el almirante Roger de Lluria, y a un ejército de mercenarios aragoneses, los almogávares.
Desde 1323, Jaime II emprendió la conquista de Cerdeña. La Corona de Aragón también ocupó brevemente los ducados de Atenas y Neopatria.
Alfonso V “el Magnánimo” continuó la expansión aragonesa, anexionando el Reino de Nápoles en 1442 tras una guerra contra los franceses y las potencias italianas (Venecia, Florencia y el Papa).
Las Rutas Atlánticas y la Importancia de las Islas Canarias
La conquista de Algeciras en la batalla del Salado (1340) permitió a los comerciantes cristianos controlar la costa atlántica hasta Huelva y reanudar la navegación por el estrecho de Gibraltar. El puerto de Sevilla se convirtió en una escala crucial en la ruta entre el Mediterráneo y el Atlántico.
A principios del siglo XV, una expedición castellana tomó posesión de parte del archipiélago canario (Fuerteventura, Lanzarote, La Gomera y El Hierro). Esto generó la rivalidad con Portugal, que también se expandía en el Atlántico, habiendo conquistado las Azores y Madeira. El conflicto se resolvió con el tratado de Alcáçovas en 1479, que otorgó a Portugal el control exclusivo del litoral africano, exceptuando las Islas Canarias.