Evolución Social y Movimiento Obrero en la España del Siglo XIX

Transformaciones Sociales en la España del Siglo XIX

El Crecimiento Demográfico

El crecimiento demográfico fue lento debido a las altas tasas de mortalidad. Las causas fueron la persistencia de epidemias como el cólera, la gripe (1890), la tuberculosis y las crisis de subsistencia. Hasta el siglo XIX, las tasas de mortalidad no disminuyeron y las tasas de natalidad comenzaron a hacerlo. También tuvo una notable influencia la emigración, especialmente la transoceánica. Durante las dos últimas décadas del siglo XIX surge el éxodo rural gracias a la atracción de las zonas industriales de Cataluña y el País Vasco, y al crecimiento de la capital, Madrid. Para ese periodo se habían producido ya las grandes transformaciones urbanísticas de las grandes ciudades: derribo de murallas y ensanches. El aumento del peso demográfico de la periferia con relación a las regiones interiores. Todavía a finales de siglo, la mayoría de la población trabajaba en la agricultura.

De la Sociedad Estamental a la Sociedad de Clases

Tanto en Europa como en España, la vieja nobleza y la nueva burguesía se integraron, constituyendo ambas la élite del poder y del dinero durante el siglo XIX. Por este motivo, el paso de la sociedad estamental a la sociedad de clases fue lento y desigual.

  • Las Élites:
    • La vieja nobleza mantuvo la propiedad pese a la abolición del régimen señorial y la desvinculación de los mayorazgos. Siguió viviendo de sus rentas, no contribuyendo al desarrollo industrial y financiero. Presentes en el Senado, en la Iglesia y en el Ejército. Surgió una nueva nobleza procedente de la alta burguesía y de los altos cargos de la administración y el ejército.
    • La alta burguesía integrada por grandes propietarios rurales y urbanos, hombres de negocio, especuladores y comerciantes. Vive de las rentas de la tierra, de los préstamos al Estado, de la especulación en bolsa, en los ferrocarriles y, sobre todo, de la especulación inmobiliaria. Solo a finales de siglo surge en Asturias, Cataluña y País Vasco una burguesía empresarial.
  • Las clases medias las forman medianos y pequeños comerciantes, miembros de profesiones liberales, funcionarios y pequeños propietarios urbanos. Su máxima aspiración es ser propietarios, aburguesarse y ennoblecerse.
  • Las clases bajas:
    • Urbanas: integradas por artesanos y trabajadores asalariados. Movilizados social y políticamente. El proletariado, aún minoritario, en la segunda mitad del siglo se concentrará en Barcelona y en Vizcaya. Estaban sujetas a la permanente inestabilidad de empleo, la falta de prestaciones sociales, el hacinamiento y la mendicidad.
    • El campesinado: pequeños propietarios, arrendatarios y jornaleros. Las desamortizaciones no beneficiaron a los campesinos, y empeoraron sus condiciones de vida, privándoles del disfrute de los bienes comunales. En zonas de España, la reforma agraria liberal significó para el campesino la pérdida de los derechos sobre la tierra. Jornaleros y criados rurales formaban el grupo más numeroso de la sociedad española del siglo XIX. Esto explica que se produjeran sublevaciones armadas cuyo objetivo era la ocupación de tierras, impulsadas por demócratas y republicanos, partidarios de la reforma social.
  • El clero disminuyó de número por las desamortizaciones, la supresión del diezmo y de casi todas las órdenes religiosas. Mantuvo parte de su influencia social a través del púlpito y las confesiones. Retuvo el control de la educación y siguió administrando los centros de beneficencia. Rechazaba la democracia, el liberalismo, el socialismo, el positivismo, el evolucionismo, el racionalismo e incluso las ciencias experimentales.

El Movimiento Obrero

Se inicia por el insuficiente incremento de los salarios, el fin de las limitaciones impuestas al derecho de asociación y a la pésima calidad de vida. En Cataluña y Levante se habían producido, durante la primera mitad del siglo XIX, protestas por la introducción de las máquinas y las injusticias laborales.

El anarquismo se organiza en 1881 a partir de la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE). En 1883 se vio perjudicada por el asunto de la Mano Negra y la represión posterior. Sus líderes destacados fueron Anselmo Lorenzo, Fermín Salvochea e Ignacio Clarí. Hubo dos tendencias, la anarcosindicalista, dentro de la legalidad, y la anarcocomunista, de contenido terrorista. Entre sus propuestas estaban el rechazo radical de cualquier poder superior del Estado y sus instituciones, el igualitarismo, el fin del dinero, la renuncia a la participación política, el rechazo a la religión y a la Iglesia y la educación popular.

El socialismo marxista se inicia en torno a un grupo de impresores madrileños que crearon en 1879 el PSOE y en 1885 la UGT en Barcelona, siendo su líder Pablo Iglesias. Entre sus propuestas destacan la completa liberación del proletariado, la destrucción del capitalismo, la defensa de la revolución, la socialización de la propiedad privada, el anticlericalismo, el antimilitarismo y la oposición al terrorismo como medio para alcanzar el poder.

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