En el último tercio del siglo XIX, y coincidiendo con el comienzo de la Segunda Revolución Industrial, los principales Estados europeos extendieron su dominio por todo el mundo. De este modo, muchos territorios pasaron a depender de las potencias europeas. Simultáneamente, los Estados europeos iniciaron una etapa de expansión territorial, en la que se combinaron dos procesos:
Colonialismo:
la dominación política, económica, social, militar o cultural que los Estados europeos ejercieron sobre los nuevos territorios.Imperialismo:
la política aplicada por estas potencias, que les permitió extender su dominio sobre la mayor parte del mundo.
En la expansión del colonialismo fue clave el desarrollo industrial. Este potenció el interés por territorios desconocidos, pues ofrecían cuantiosos recursos naturales, humanos y mercantiles a la metrópoli. En esta época, las grandes potencias europeas extendieron sus áreas de influencia en África y en algunas zonas de Asia, a partir de los enclaves comerciales costeros.
Reparto del mundo (1885-1914)
En esta etapa se aceleró y se sistematizó el expansionismo de las potencias europeas, en una especie de carrera entre ellas. Las principales causas de la expansión colonial fueron:
Causas económicas:
Europa vivía una crisis de superproducción y la industria necesitaba nuevos mercados y materias primas.Causas políticas:
los Estados mostraron diferentes intereses en la colonización, predominando las exigencias estratégicas.Causas demográficas y sociales:
el aumento de la población generó problemas como la falta de trabajo, impulsando la emigración a las colonias.Causas ideológicas y culturales:
los europeos creían en la superioridad del «hombre blanco» y su deber civilizador sobre los pueblos «salvajes».
La dominación colonial se llevó a cabo considerando únicamente las conveniencias de las potencias europeas y sin tener en cuenta los intereses y las necesidades de la población autóctona. Se distinguían diferentes tipos de colonias, como las de explotación, de posición, de poblamiento, concesiones, protectorados y dominios.
Sistemas Bismarckianos
De 1870 a 1890, el canciller Bismarck diseñó complejos sistemas de alianzas para mantener aislada a Francia. Destacaron el Primer Sistema Bismarckiano y el Segundo Sistema, que incluía la Triple Alianza. Posteriormente, se estableció el Tercer Sistema, manteniendo la paz en Europa.
La paz armada (1890-1914)
Tras la caída de Bismarck, en Europa se formaron dos bloques diplomáticos opuestos: la Triple Alianza y la Triple Entente. La negativa a renovar el Tratado de Reaseguro llevó a Rusia a aliarse con Francia, generando tensiones que desembocarían en la Primera Guerra Mundial.