Exploración y Colonización de América: Consecuencias en España, Europa y América (Siglo XVI)
En el siglo XVI se llevaron a cabo nuevas expediciones que ampliaron el conocimiento del mundo:
- Núñez de Balboa (1513) descubrió el océano Pacífico.
- Magallanes (1519) y Elcano (1522) completaron la primera vuelta al mundo.
Las Antillas se convirtieron en la base de nuevas conquistas:
- Conquista del Imperio azteca, liderada por Hernán Cortés, que se constituyó como el virreinato de Nueva España (1535).
- Conquista del Imperio inca, obra de Pizarro y Almagro, formando el virreinato del Perú (1542).
Desde estos imperios se continuó la exploración y colonización entre 1536 y 1586:
- Pedro de Valdivia llegó a Chile.
- Irala al Río de la Plata.
- Orellana y López Aguirre al Amazonas.
- Núñez Cabeza de Vaca a Norteamérica.
Consecuencias del Descubrimiento y Colonización
El descubrimiento y la colonización tuvieron importantes consecuencias en España, Europa y América en diversos ámbitos:
- Económicas: Se produjo un intenso intercambio comercial a través de la Casa de Contratación de Sevilla. Llegaron nuevos productos como la patata, el cacao y el tabaco, mientras que Castilla suministraba vid, aceite, ganado y trigo. La afluencia de oro y plata provocó un aumento de los precios en Castilla y una inflación en Europa, conocida como la revolución de los precios.
- Sociales: Se dio una explotación indígena a través de repartimientos, encomiendas y la mita, a pesar de la promulgación de la Ley de Burgos (1512) y las Leyes Nuevas (1542), y de la defensa de figuras como Fray Bartolomé de las Casas.
- Políticas: La monarquía hispana se convirtió en la primera potencia mundial, aunque se endeudó con los banqueros europeos.
- Culturales: Se expandió la cultura europea en detrimento de la autóctona, surgiendo una mentalidad colonial.
Los Austrias del Siglo XVII: El Gobierno de Validos y la Crisis de 1640
Los reyes del siglo XVII, conocidos como “Austrias menores” por su presunta ineficacia política, delegaron las decisiones de gobierno en sus validos. Estos no eran cargos institucionales y gobernaron al margen de los Consejos. Entre los validos más destacados se encuentran:
- El duque de Lerma con Felipe III.
- El conde duque de Olivares con Felipe IV.
- El jesuita Nithard durante la regencia de Mariana de Austria.
- Juan José de Austria con Carlos II.
Sus decisiones políticas generaron conflictos internos:
- El duque de Lerma decretó la expulsión de los moriscos (1609-1614), lo que tuvo graves consecuencias económicas.
- Olivares planteó una política reformista con proyectos como:
- Un banco estatal: red nacional de erarios.
- Unificación jurídica e institucional: Gran Memorial.
- Un ejército nacional permanente: Unión de Armas.
La oposición a la política de Olivares provocó revueltas en Andalucía, Vizcaya y Sicilia, así como rebeliones en Cataluña y Portugal en 1640.
La Crisis de 1640 en Cataluña
La crisis de 1640 se inició en 1639, cuando los tercios reales, enfrentados a Francia, entraron en Cataluña, provocando protestas campesinas. En 1640 estalló una rebelión de campesinos en Barcelona, a la que se unieron los segadores el día del Corpus (Corpus de Sangre), asesinando al virrey. Los catalanes ofrecieron el condado de Barcelona a Francia, que nombró un virrey. En 1652, las tropas de Felipe IV pusieron fin a la secesión.
La Rebelión de Portugal
En 1640 se inició la rebelión en Portugal. Los nobles, cansados de la política española, nombraron rey al duque de Braganza (Juan IV), apoyado por Francia e Inglaterra. España reconoció su independencia en 1668.
La Guerra de los Treinta Años y la Pérdida de la Hegemonía Española en Europa
El siglo XVII marcó el fin de la hegemonía española en Europa. La política exterior de Felipe III se caracterizó por la pacificación, firmando la paz con Inglaterra (1604), la Tregua de los Doce Años con los Países Bajos (1609) y la paz con Francia tras la muerte de Enrique IV. Sin embargo, en 1618 estalló la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) entre los príncipes protestantes alemanes y el emperador católico Fernando II. España participó del lado del Emperador. Este conflicto local se convirtió en un conflicto europeo, donde la cuestión religiosa fue un pretexto, ya que lo que estaba en juego era el orden internacional. Todos los conflictos se integraron en esta contienda.
Durante el reinado de Felipe IV expiró la Tregua de los Doce Años y se reanudó la guerra. Francia entró en la Guerra de los Treinta Años a favor de Suecia y los Países Bajos. La sublevación de Cataluña y Portugal en 1640 mermó las fuerzas españolas. La Guerra de los Treinta Años finalizó en 1648 con la firma de la Paz de Westfalia. España reconoció la independencia de Holanda, iniciándose la hegemonía francesa en Europa. España continuó la guerra en solitario con Francia hasta 1659, cuando se firmó la Paz de los Pirineos, cediendo el Rosellón y la Cerdaña.
El acoso francés continuó durante el reinado de Carlos II. Se formó la Liga de los Augsburgo, junto a los Habsburgo alemanes, Inglaterra y Holanda, para detener el expansionismo francés.
Factores Principales de la Crisis Demográfica y Económica del Siglo XVII y sus Consecuencias
El siglo XVII fue un siglo de crisis en Europa. Los factores fundamentales de la crisis en España fueron:
- Descenso demográfico: Causado por grandes epidemias (tres oleadas de peste), la expulsión de los moriscos (que perjudicó especialmente a Valencia y Aragón), las guerras constantes y las crisis de subsistencias.
- Depresión económica: Al descenso demográfico se unió el endeudamiento de la Corona, que agudizó la depresión económica. La producción agrícola disminuyó. La ganadería sedentaria creció frente a la trashumante, perjudicada por la disminución de exportaciones a Flandes. No se invertía en la industria ni en el comercio. La artesanía castellana entró en recesión. La metalurgia vasca y la industria naval estaban en crisis. Decayó el comercio con América, lo que agravó el endeudamiento que suponía el mantenimiento del Imperio.
Hacia 1680 se inició una mejoría: aumentó la natalidad y se recuperó lentamente la producción y el comercio.
Consecuencias Sociales de la Crisis
Las consecuencias de la crisis afectaron a todos los grupos de la sociedad estamental del siglo XVII. La nobleza y el clero aumentaron en número. La nobleza se endeudó al disminuir sus rentas y querer mantener su nivel de vida. La burguesía intentaba ennoblecerse. La situación de los campesinos empeoró, aumentando las revueltas y la emigración a Madrid o a la periferia. En torno a esta sociedad vivían mendigos, pobres y maleantes.
Crisis y Decadencia de la Monarquía Hispánica: El Reinado de Carlos II y el Problema Sucesorio
Tras la muerte de Felipe IV, y ante la minoría de edad de Carlos II, comenzó la Regencia de Mariana de Austria (1665-1675). La reina depositó su confianza en el jesuita Nithard, como valido. Ya con Carlos II al frente de la corona (1675-1700), la delegación del poder siguió en manos de validos como Juan José de Austria y el duque de Medinaceli. La inestabilidad política fue en aumento, privatizándose muchas funciones, situación aprovechada por la nobleza y la Iglesia.
A pesar de la decadencia política, la situación económica y demográfica mejoró en las últimas décadas del siglo. Sin embargo, hubo que hacer frente a conflictos como la revuelta de los Barretines en Cataluña (1688-1689), la Segunda Germanía en Valencia (1693) y el Motín de los Gatos en Madrid (1699).
El problema sucesorio fue el más importante. Hacia 1697, se intuía la muerte próxima del rey, y como este no tenía descendencia, se barajaron dos posibles sucesores: Felipe de Borbón, duque de Anjou, buscando el apoyo francés, y Carlos de Austria, de la rama austriaca de los Habsburgo. Carlos II se decantó por el primero, dejándolo como heredero al trono. El temor de algunas potencias a un bloque hispano-francés provocó, a la muerte del rey, la Guerra de Sucesión Española.