Glosario de la Revolución Francesa y las Revoluciones Liberales

Conceptos Clave del Antiguo Régimen

Antiguo Régimen: concepto empleado para denominar el periodo histórico entre el siglo XV y XVIII, caracterizado por una sociedad estamental, una economía de base agraria y el predominio de la monarquía absoluta.

Domestic System: Sistema de trabajo a domicilio para escapar a la regulación gremial que se desarrolló en el siglo XVII.

Gremio: agrupaciones de artesanos de origen medieval que controlaban en régimen de monopolio la producción artesanal de cada oficio.

Estamento: grupos sociales en los que se dividía la sociedad del Antiguo Régimen en base al privilegio jurídico.

Despotismo Ilustrado: forma de gobierno absoluta que a partir del siglo XVIII en Europa aplicó una serie de reformas siguiendo el ideario ilustrado.

Tercer Estado: concepto con el que se alude al estamento no privilegiado que incluye a la burguesía, campesinados, servidumbre…

Burguesía: grupo amplio y heterogéneo dentro del tercer estado que incluía a comerciantes, artesanos…

Conceptos Clave de la Revolución Francesa y las Revoluciones Liberales

Liberalismo: ideología nacida a finales del siglo XVII en Inglaterra, base de las revoluciones liberales. Defiende la libertad del ser humano en todos sus aspectos y una sociedad con derechos frente a poderes arbitrarios.

Constitución: texto legal que rige la vida política de un Estado y que es elaborado por una asamblea representativa de la soberanía nacional.

Cuaderno de Quejas: recogía las peticiones de los estamentos antes de la reunión de los Estados Generales.

Nación: comunidad humana organizada o no políticamente que comparte una serie de lazos históricos y culturales con una lengua, religión…

Estado: país soberano, reconocido como tal en el orden internacional, asentado en un territorio determinado y dotado de órganos de gobierno propios.

  • Forma de organización política, dotada de poder soberano e independiente, que integra la población de un territorio.

Restauración: Concepto con el que se denomina al intento político en Europa (1814-1848) de recuperar al Antiguo Régimen, tratando de eliminar las conquistas territoriales e ideológicas surgidas a raíz de la Revolución francesa y el Imperio napoleónico.

Pronunciamiento: alzamiento militar en contra del Gobierno establecido, dirigido por un jefe militar u otro caudillo.

Romanticismo: movimiento cultural, intelectual y artístico vinculado con las revoluciones liberales y nacionales.

Comparaciones de Conceptos

Señorío Territorial / Señorío Jurisdiccional

En el territorial el señor es el propietario de la tierra mientras que en el jurisdiccional el señor ejercía la justicia y el poder de diferentes monopolios.

Openfield / Bocage

El openfield es cuando no podemos definir los límites de las parcelas y en el bocage sí podemos.

Monarquía Absoluta / Parlamentaria

La absoluta es la forma de gobierno en el que el monarca controla todos los poderes frente al parlamentarismo donde existe difusión de poderes.

Constitución / Carta Otorgada

La constitución es un documento legal elaborado por una asamblea representativa de la nación mientras que la Carta Otorgada es un documento que justifica los poderes absolutos del monarca.

Sufragio Universal / Censitario

El universal es el derecho a voto de toda la población a partir de una edad legal frente al censitario donde solo vota una parte de la ciudadanía teniendo en cuenta su renta, formación o posición social.

Soberanía Nacional / Popular

La soberanía nacional se enfoca en el control del Estado sobre su territorio, mientras que la soberanía popular se centra en el poder del pueblo como fuente de legitimidad política.

Nacionalismo Disgregador / Unificador

El nacionalismo disgregador tiende a promover divisiones y separaciones, mientras que el nacionalismo unificador busca crear una identidad común y fortalecer la unidad.

Ventajas del Domestic System

¿Qué ventajas ofrecía el Domestic System sobre la producción gremial?

  • Flexibilidad: Los trabajadores podían organizar su tiempo y espacio.
  • Costos reducidos: Evitaban gastos de alquiler y tarifas gremiales.
  • Mayor control: Tenían más control sobre el proceso y la calidad.
  • Diversificación: Podían producir diferentes productos.
  • Acceso al mercado: Facilita la venta directa de productos.
  • Incentivos individuales: Beneficios directos por su esfuerzo.

La Revolución Francesa

Los Problemas de la Hacienda Real

Francia enfrentaba una grave crisis económica en el siglo XVIII que afectaba a la Hacienda Real y limitaba las acciones del rey Luis XVI. Ministros como Turgot, Calonne y Loménie de Brienne propusieron reformas que exigían que la nobleza y el clero pagaran impuestos, desafiando la sociedad estamental. La participación de Francia en la guerra de Independencia americana exacerbó el endeudamiento del Estado, y se buscó aumentar la recaudación de impuestos.

En 1787, una Asamblea de Notables rechazó el principio de igualdad ante los impuestos, lo que llevó a la nobleza a exigir la convocatoria de los Estados Generales, que no se reunían desde 1614. En el verano de 1788, desórdenes sociales llevaron al nombramiento de Necker, un banquero reformista, como nuevo ministro de Hacienda.

La Convocatoria de los Estados Generales

El rey Luis XVI convocó los Estados Generales para el 5 de mayo de 1789, en un contexto de grave crisis de subsistencia en Francia. Inundaciones y sequías habían elevado el precio del trigo, triplicando el costo del pan y provocando paro, mendicidad y conflictos sociales.

Antes de la reunión, los estamentos presentaron más de 60,000 «cuadernos de quejas». Mientras la nobleza y el clero defendían sus privilegios, el tercer estado exigía libertad de expresión, supresión del régimen feudal y la igualdad civil. En febrero de 1789, el abate Sieyès publicó el folleto «¿Qué es el tercer estado?», que manifestaba la intención de este estamento de asumir el control de la nación. Parte de la nobleza y del clero apoyaron estas demandas, impulsados por las ideas ilustradas que cuestionaban el absolutismo y la sociedad estamental. Así, la Revolución Francesa fue el resultado de una combinación de factores económicos, políticos, sociales e ideológicos.

La Era Napoleónica y la Restauración

La Europa Napoleónica (1800-1815)

El Imperio Napoleónico

En mayo de 1804, el Consulado nombró a Napoleón emperador hereditario.

  • En 1812, Napoleón invadió Rusia.
  • En España, la ocupación francesa en 1808 provocó la guerra de la Independencia.
  • En 1815 se restauró el Imperio «de los cien días».
La Herencia de la Revolución Francesa y el Imperio

Esta etapa dejó huellas que pueden resumirse en 4 grandes grupos:

  • Económicas y Sociales: Se suprimieron los privilegios, se estableció la igualdad ante el impuesto y se garantizó el derecho de propiedad y la libertad económica, aunque se prohibieron las asociaciones obreras. Hubo un reparto de tierras desamortizadas y se creó el Banco de Francia.
  • Políticas: Se redactó una constitución que establecía la soberanía nacional, la separación de poderes y libertades individuales (opinión, reunión, religión y laborales). Se instituyó la igualdad ante la ley y se formaron asambleas representativas elegidas por sufragio censitario, consolidando el Estado-nación.
  • Administrativas: Se implementó una nueva estructura territorial centralista, se separó la Iglesia del Estado, se creó un nuevo sistema judicial con tribunales civiles y penales, y se estableció el Código Civil napoleónico de 1804, modelo para Europa.
  • Culturales e Ideológicas: El pensamiento revolucionario influyó en los liberales europeos, se condenó la esclavitud y se fundaron instituciones nacionales (bibliotecas, museos, universidades). Además, se unificaron pesos y medidas con el sistema métrico decimal.

Restauración y Liberación de Europa (1815-1848)

La Europa de la Restauración

Tras la derrota de Napoleón se restauraron las viejas monarquías y se intentó regresar a la situación internacional anterior a la Revolución francesa. Por eso este periodo se denomina Restauración. Esta etapa fue también un periodo de reacción para volver al Antiguo Régimen. Su fundamento ideológico era el legitimismo, que defendía la desigualdad social y la alianza Iglesia-Estado para garantizar los derechos legítimos de los monarcas absolutos del Antiguo Régimen.

El Congreso de Viena

El sistema de la Restauración se diseñó en el Congreso de Viena (1814-1815) con el objetivo de restablecer el equilibrio entre las potencias europeas. La figura clave fue el canciller austriaco Metternich.

Se diseñó un nuevo mapa político de Europa. Extinguido el Sacro Imperio, surgió la Confederación Germánica. Prusia y Rusia incrementaron sus territorios. Polonia, repartida desde 1795, continuó ocupada por Austria, Prusia y Rusia. Se creó el reino de los Países Bajos con la unión de las Provincias Unidas y Bélgica. Suecia se anexionó Noruega. Austria amplió sus posesiones en Italia. Francia volvió a sus fronteras de 1790 y sus plazas militares fueron ocupadas.

Se formó, además, la Cuádruple Alianza (1815) entre Austria, Rusia, Prusia y Reino Unido, una alianza militar para defender el orden creado por el Congreso de Viena. Francia se incorporó en 1818 (Quíntuple Alianza).

La Santa Alianza

La Santa Alianza fue una coalición entre Rusia, Austria y Prusia con un fin diferente a las alianzas estratégicas que surgieron del Congreso de Viena. La Santa Alianza perseguía el mantenimiento del absolutismo y su defensa frente a la amenaza liberal.

Esta organización defendía el derecho de intervención para sofocar cualquier movimiento revolucionario. Su principal actuación tuvo lugar en España en 1823, adonde envió a los Cien Mil Hijos de San Luis para devolver el poder absoluto al rey Fernando VII.

Liberalismo y Nacionalismo en el Siglo XIX

Liberalismo y Nacionalismo

Las políticas involucionistas no consiguieron la vuelta a la situación anterior como si nada hubiera cambiado, eso ya no era posible en muchos países. Los habitantes de estos territorios habían luchado por liberarse de la ocupación francesa y habían conocido las ideas revolucionarias sobre la soberanía nacional y los derechos civiles, por lo que ya no se consideraban súbditos, sino ciudadanos de pleno derecho. Creían que sus países no eran reinos en el sentido de posesiones heredadas por un rey, sino naciones, es decir, comunidades formadas por personas a las que unían lazos históricos y culturales. Estas personas exigían el derecho a participar en el gobierno de la comunidad y no admitían la situación de sumisión propia de la monarquía absoluta y del Antiguo Régimen.

La pugna entre el viejo y el nuevo orden político y social se saldó a favor de la causa liberal y nacionalista. Hasta 1848 hubo tres oleadas revolucionarias.

Las Oleadas Revolucionarias

La Oleada Revolucionaria de 1820-1825

El proceso revolucionario iniciado en 1820 tuvo características peculiares:

  • Las causas profundas fueron el antiabsolutismo y el nacionalismo, y respondían al intento de cambiar la situación política a favor de una monarquía constitucional, de inspiración liberal.
  • Las nuevas formas de lucha, mediante sociedades secretas de carácter liberal.
  • La participación del ejército, para apoyar o reprimir levantamientos.
  • Su fracaso por la reacción interna o por la intervención de la Santa Alianza.
Las Revoluciones de 1830 y la Independencia de Bélgica

La oleada revolucionaria de 1830 comenzó en Francia y se extendió a Bélgica, Polonia y otros territorios. Fue una revolución liberal, pero con un destacado componente nacionalista.

Las Revoluciones de 1848

Las revoluciones de 1848 se debieron a un conjunto de causas económicas (crisis agrícola y financiera de 1847), de política internacional (ruptura de la alianza Francia-Reino Unido) y sociales (avance del movimiento obrero, republicano y socialista).

Balance de las Revoluciones

El balance del proceso revolucionario fue el siguiente:

  • Aunque las revoluciones fueron movimientos fundamentalmente liberales y nacionalistas, también se unieron a ellas movimientos socialistas.
  • Las revoluciones de 1848 cerraron el ciclo revolucionario liberal iniciado en Francia en 1789 y en el resto de Europa en 1820.
  • La oleada revolucionaria de 1848-1851 partió de Francia, y se extendió a Italia, Alemania y Austria.
  • Se abolió la servidumbre en Europa central y oriental, excepto en Rusia.
  • Se instauró el liberalismo democrático (monarquía constitucional, sufragio universal masculino, libertad de prensa, ayuda a los pobres), pero con muchas limitaciones.
  • En conjunto, se considera que las revoluciones de 1820-1848 fracasaron. Sin embargo, fue un fracaso relativo, pues se alcanzaron algunos objetivos: sufragio universal masculino en Francia, abolición de la servidumbre en Austria y fortalecimiento del nacionalismo en los territorios italianos y alemanes.

Los Nacionalismos (1848-1871)

El Nacionalismo en la Europa del Siglo XIX

La nación, en sentido político, surgió durante las guerras que tuvieron lugar en Europa en tiempos de la Revolución francesa y el Imperio napoleónico, cuando los países ocupados por Francia desarrollaron un sentimiento nacional de rechazo contra la presencia extranjera en su territorio.

El nacionalismo maduró entre 1815 y 1848. Muchos grupos rechazaron los acuerdos del Congreso de Viena, que establecieron que algunas nacionalidades y sus culturas quedaran sometidas a Estados o imperios que no reconocían su personalidad.

El sentimiento nacional, influido por el espíritu romántico, se nutrió de la exaltación de la propia identidad: una lengua, una historia, una cultura y -en ocasiones- una religión comunes. Se buscaron las raíces nacionales en el pasado histórico de la Antigüedad o la Edad Media. En muchos casos la conciencia nacional se reforzó por la lucha contra Estados opresores, ocupantes o administradores.

Los Nacionalismos Disgregadores

Algunos movimientos nacionalistas tuvieron un carácter desintegrador, es decir, pretendían separarse de una unidad política más grande y formar su propio Estado. Los ejemplos más claros fueron los movimientos nacionalistas que surgieron en los Imperios austrohúngaro, ruso o turco, en los que se reunían diversas minorías nacionales.

En el siglo XIX, los nacionalismos disgregadores solo tuvieron éxito en Bélgica, que se separó de los Países Bajos, y en Grecia, que se independizó del Imperio otomano. También lograron la independencia o la autonomía varios territorios balcánicos.

Los Nacionalismos Unificadores

Otros movimientos nacionalistas tuvieron carácter integrador, es decir, pretendían unir en un solo Estado-nación diversos territorios que eran independientes o que estaban bajo dominio de otro Estado.

Los dos casos más destacados fueron las unificaciones de Italia y Alemania. Entre ambos hay muchas semejanzas:

  • La ocupación francesa durante la Revolución y el Imperio napoleónico difundió las ideas de igualdad, libertad y soberanía nacional, y despertó un sentimiento de nación y de odio a los monarcas extranjeros en muchos países.
  • La expansión económica y la unión comercial fueron el preludio de la unificación política.
  • La formación de movimientos de jóvenes patriotas románticos desempeñó un papel importante en la integración de estos territorios.

Comentario sobre la Ilustración

Comentario

En este comentario histórico se analizan tres documentos políticos y filosóficos. El primero es un fragmento de Tratados sobre el gobierno civil de John Locke, que sostiene que para crear una sociedad civil, se debe renunciar a las leyes naturales en favor de un gobierno. El segundo texto es El espíritu de las leyes de Montesquieu, que aborda la división de poderes del Estado: legislativo, ejecutivo y judicial. Finalmente, Rousseau describe cómo el hombre cambia al abandonar el estado de naturaleza por la vida civil.

Estos documentos, aunque de diferentes épocas, surgen en el contexto del final del Antiguo Régimen, caracterizado por privilegios jurídicos y una sociedad mayoritariamente feudal. Europa estaba dominada por regímenes absolutistas, a excepción de Inglaterra y las Provincias Unidas, que contaban con gobiernos parlamentarios.

Todos los autores representan el movimiento de la Ilustración, que promueve el uso de la razón y la libertad. Locke es un precursor del liberalismo político, criticando el absolutismo y defendiendo la división de poderes. Montesquieu también apoya esta división, mientras que Rousseau argumenta que el ser humano es bueno por naturaleza, y la sociedad lo corrompe, por lo que es necesario un gobierno que actúe en beneficio común.

La influencia del pensamiento ilustrado se refleja en la actual división de poderes, y su crítica al absolutismo fue clave en revoluciones como la francesa, que terminaron con el Antiguo Régimen y dieron paso a la Edad Contemporánea.

Comentario

En este comentario histórico se analizan tres documentos, todos ellos considerados fuentes primarias de carácter político y filosófico. El primero es un fragmento de Tratados sobre el gobierno civil de John Locke, donde se argumenta que para formar una sociedad civil, es necesario renunciar a las leyes naturales en favor de un gobierno establecido. El segundo texto es El espíritu de las leyes de Montesquieu, que examina la naturaleza y la división de los poderes del Estado: legislativo, ejecutivo y judicial. Por último, Rousseau describe las transformaciones que experimenta el ser humano al dejar el estado de naturaleza en busca de la vida civil.

Aunque los documentos provienen de diferentes épocas, todos surgen en un contexto común: el final del Antiguo Régimen. Este periodo histórico se caracteriza por una sociedad estructurada en torno a privilegios jurídicos, donde gran parte de la población se dedicaba a la agricultura de subsistencia y enfrentaba condiciones feudales, como el pago de impuestos. Políticamente, Europa estaba dominada por regímenes absolutistas, donde el monarca concentraba todos los poderes, aunque a veces necesitaba la aprobación de asambleas o cortes. Sin embargo, Inglaterra y las Provincias Unidas destacaban como excepciones, ya que tenían sistemas parlamentarios, uno monárquico y otro republicano.

Además de compartir un contexto histórico, los tres autores representan un mismo movimiento: la Ilustración. Este periodo, conocido como el Siglo de las Luces, comienza en Inglaterra a finales del siglo XVII y se caracteriza por la defensa del uso de la razón y la libertad. John Locke, autor del primer texto, es considerado un precursor de este movimiento, ejerciendo una gran influencia en el pensamiento político, social y religioso. Su obra estableció las bases del liberalismo político, criticando el absolutismo y defendiendo el derecho a la rebelión contra la tiranía, así como la necesidad de dividir el poder en legislativo y ejecutivo.

Así, se fue formando el pensamiento político de la Ilustración, que buscaba reformar las monarquías absolutas a través del fortalecimiento del poder real frente a la Iglesia, la transformación de la propiedad agraria feudal, la liberalización del comercio, entre otros. Si bien Locke fue el precursor, los protagonistas principales fueron franceses, como Montesquieu y Rousseau. Montesquieu, al igual que Locke, defiende la división de poderes, pero la clasifica en tres: el legislativo, que estaría en manos de los Parlamentos representando a la sociedad; el ejecutivo, bajo el control del rey; y el judicial, independiente.

Por su parte, Rousseau, en El contrato social, sostiene que el ser humano es bueno por naturaleza, siendo la sociedad la que lo corrompe. Por ello, argumenta que es necesario establecer un gobierno que legisle para el bien común, lo que implica que los individuos deben renunciar a sus libertades naturales en favor del Estado civil.

La influencia del pensamiento ilustrado se puede observar en la actualidad a través de la división de poderes del Estado. Sin embargo, su impacto inmediato fue notable, ya que su crítica al absolutismo contribuyó a revoluciones como la francesa a finales del siglo XVIII, que marcaron el fin del Antiguo Régimen y el inicio de la Edad Contemporánea.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *