3. LA REVOLUCIÓN de 1868 y la constitucion de 1869
LaGLORIOSA
Supuso un nuevo levantamiento militar y popular fundamentalmente los liberales progresistas contra Isabel II y el gobierno moderado de Nárvaez.
1. Causas 1)
Crisis financiera(1866):derivada de la escasa rentabilidad de las inversiones en el ferrocarril tanto públicas como privadas. Ello bloqueó posibles ayudas a otros sectores económicos.
2) Crisis industrial: consecuencia de la dificultad textiles por conseguir materia prima del algodón, fundamentalmente de EE.UU., que se hallaba en la guerra de Secesión(separación de los estados Norte y Sur). Ellos provocó el cierre de las empresas y despidos, determinante de la conflictividad social.
3) Crisis agraria: ante las malas cosechas de estos años. La carencia de cereales provoca la subida de precios y con ello el malestar social y protestas al gobierno
.
Todo ello fue aprovechado por los progresistas, a los que se les unen los unionistas de Serrano y los republicanos en el exilio para celebrar una reunión en Ostende1866 que: conseguir derribo del Gº y de la reina, aprobar 1 constitución que incluyera el sufr.univ.masculino y que las futuras cortes discutieran la forma de gobierno en España: Monarquía parlamentaria o República.
2. Los hechos revolucionarios: 3. Se inician en sept. 68 en la bahía de Cádiz con la sublevación de la escuadra mandada por el brigadier Topete, que rápidamente se extendió a otros destacamentos militares andaluces (liderados por el general Prim) e incluso Barcelona y Ferrol. Además apoyaron la Milicia Nacional y las Juntas revolucionarias sublevando a la población en pueblos y ciudades. El ejército fiel al gobierno quedó en minoría, y acabó perdiendo la batalla de Alcolea 1868 (Córdoba).
3. Las consecuencias:Dimite Narváez y renuncia Isabel II que se marcha con su familia a Francia
Su lugar lo ocupan: como regente el general Serrano y como pte. de gº el general Prim (1869-70).
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La Constitución de 1869
Se constituyó un gobierno provisional formado por los principales líderes de la revolución: Prim, Serrano y Topete entre los militares, y Sagasta y Ruiz Zorrilla entre los civiles. Sus primeras medidas fueron encaminadas hacia la instauración de libertades básicas como la libertad de asociación, libertad de enseñanza y libertad de expresión. Se promulgaron leyes económicas de corte librecambista y se decantaron por un régimen monárquico. No obstante, la medida más importante fue la convocatoria de elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino. Estas Cortes estarían encargadas de elaborar una nueva Constitución más acorde con la realidad del momento.
La Constitución de 1869 fue la primera democrática de la historia de España, que afirma el principio de la soberanía nacional y establece la monarquía como forma de gobierno.
La Constitución recogía y garantizaba con amplitud los derechos y libertades fundamentales, algunos tan ansiados como la libertad de asociación, expresión y reunión; y otros poco usuales para la época, como la inviolabilidad de la correspondencia.
Establecía una neta división de poderes
. Las Cortes, bicamerales, estaban integradas por dos cámaras colegisladoras – Congreso y Senado – ambas elegidas por sufragio universal masculino. El Senado, por su composición, se entendía como un órgano dirigido a poner freno al radicalismo de los diputados (Los senadores debían ser mayores de 40 años y haber ocupado altos cargos en la administración, la Iglesia o el ejército). El ejecutivo, que actúa según la fórmula británica de “el rey reina, pero no gobierna”, era desempeñado por el ministerio, responsable ante las Cortes. Se garantizaba la independencia y democratización de la justicia al regular la carrera judicial por el sistema de oposiciones e introducir la figura del Jurado. Los debates más encendidos se produjeron en torno a tres cuestiones:
1 La forma de gobierno, caballo de batalla del importante grupo republicano representado en el Congreso y que defendía la forma republicana como única posible. Frente a ellos la mayoría de la coalición formada por unionistas, progresistas y demócratas que defendían la monarquía democrática.
2 La propiedad,
También objeto de discusión de los republicanos que no compartían el concepto de propiedad como un derecho natural e ilegislable y propugnaban su supeditación al derecho al trabajo.
3 La libertad de cultos desató la oposición de quienes defendían la unidad católica de España – Carlistas – que encontraron el apoyo del clero y de la jerarquía del partido neocatólico (facción carlista que aceptaba el juego parlamentario); pero también disgustó a los republicanos que defendían a ultranza la separación entre la Iglesia y el Estado porque la Constitución se comprometía a sostener los gastos de culto y del clero católico.
El gobierno de Prim y la búsqueda de un rey
Había una nueva Constitución que declaraba que España era una monarquía, pero la realidad era que no había un rey. Se intentó solucionar provisionalmente la situación con la instauración de una regencia presidida por el general Serrano, mientras que Juan Prim se erigió en jefe de gobierno.
2.a-Las reformas del gobierno de Juan Prim
Este gobierno abordó otras reformas en la administración local y en el sistema judicial y fiscal:
1 La ley municipal de 1870 restablecía la democracia en los ayuntamientos, al disponer el carácter electivo de todos los cargos municipales (alcaldes y concejales)
2 Unificación de fueros y supresión o limitación de las jurisdicciones especiales (eclesiástica y militar). Se elaboró un nuevo Código Penal (1870) y la Ley de enjuiciamiento criminal que desarrollaba el Jurado.
3 Reformas económicas.
Los progresistas y demócratas pusieron en marcha una serie de medidas que buscaban ante todo el crecimiento económico. La figura principal, ya en el primer gobierno de Serrano en 1868 había sido Laureano Figuerola, quien propuso reformas de importancia:
Reforma fiscal, que suprimía los odiados “consumos” y reducía los monopolios del estado sobre la sal, el tabaco y las loterías. Pero esto aumentó la Deuda del estado y obligó, por tanto a sustituirlos por otros como la Capitación, a la que estaban obligados todos los ciudadanos mayores de 14 años (Repartición de contribuciones y tributos por cabezas. Impuesto que se paga por persona, sin atención a sus capitales o ingresos). La burguesía se resistió a esta reforma.
Creación de la nueva unidad monetaria, se creó la peseta en 1868, una nueva moneda que sustituía al real, tras el fracaso en el intento de creación del escudo en 1856.
Ley Arancelaria, aprobada en 1869 y que preveía una progresiva desprotección, rebajando los impuestos aduaneros para facilitar la importación de bienes de equipo y la exportación de alimentos y materias primas. Se pretendía que la industria española se pusiese en unos años en condiciones de competir con el exterior. (Esta ley fue conocida también como el Arancel Figuerola)
Ley de minas, de 1871 fue un paso decisivo para obtener inversiones exteriores y la entrada de capitales que pudiesen financiar el crecimiento económico. Fue una auténtica “desamortización del subsuelo” que posibilitó la exportación masiva de minerales en las décadas siguientes
La elección de un nuevo rey
Las Cortes de 1869 habían aprobado la forma de gobierno monárquica, pero se descartaba la vuelta de Isabel II de su exilio en Francia. Había tres grupos que se oponían a esto. Por un lado los republicanos que no aceptaban la monarquía como forma de gobierno, los carlistas y los alfonsinos que tenían sus propios candidatos (Carlos VII y Alfonso XII respectivamente).
Había que elegir un nuevo monarca ya que la revolución se había hecho contra la dinastía borbónica y en todos los manifiestos revolucionarios figuraba la exigencia de Abajo los Borbones, o la dinastía. Sin embargo no era fácil encontrar un monarca que se adecuase al contenido de la Constitución y que, al mismo tiempo, fuese aceptado por las potencias europeas.
Se barajaron diversas alternativas, una de ellas coronar al general Espartero. La mayor parte de ellas se fueron progresivamente rechazando. El príncipe Leopoldo de Hohenzollern suscitaba los recelos de Francia que se lanzó a la guerra contra Prusia donde será derrotado Napoleón III (1870, desastre de Sedán). El duque de Montpensier, cuñado de Isabel II(marido de la hermana de Isabel II, Luisa Fernanda), también será considerado pero contaba con la oposición de Prim. Las dos candidaturas más sólidas fueron las del monarca portugués Fernando de Coburgo y la del Duque de Aosta, hijo del rey Victor Manuel II de Italia
(Casa de Saboya).
La candidatura portuguesa era la preferida inicialmente por Prim y los progresistas, pero fracasó por el recelo que provocaba tanto en Portugal como en Inglaterra una posible unión Ibérica. Sólo quedaba, por tanto, la candidatura de la casa de Saboya que fue la aceptada por las Cortes en Noviembre de 1870. El duque de Aosta recibió también el beneplácito de las potencias europeas y reinaría en España con el nombre de Amadeo I. La votación en las cortes no fue muy holgada: 191 votos a favor, 100 votos a otras opciones (República Federal, Duque de Montpensier, etc) y 19 abstenciones.