La guerra civil
La Guerra Civil fue la consecuencia de la radicalización política durante la II República y del enfrentamiento que se planteaba en Europa por el ascenso de los Fascismos.
Esta guerra comenzó como un golpe de estado de un sector del ejército contra la República que fracasó pero que tampoco fue aplastado.
Franco la planteó como una guerra de desgaste y aniquilación del enemigo político y al terminar se negó a cualquier tipo de reconciliación. Duro 3 años (1936-39)
La sublevación militar
La sublevación militar del 18 de Julio de 1936 estuvo precedida por varios meses de violencia desde la victoria del Frente Popular en Febrero de 1936. Por un lado, los anarquistas ocupaban tierras y amenazaban con la revolución social, mientras un sector del ejército preparaba dicha sublevación contra la República. El enfrentamiento entre Fascismo y Comunismo contribuía a radicalizar la situación española.
La sublevación militar fue preparada por el General Mola desde Navarra, y contó con el importante apoyo de Franco. También contaban con el apoyo de partidos monárquicos, carlistas, falangistas, etc
La excusa de esta sublevación fue el asesinato de Calvo Sotelo por un grupo de guardias de asalto como venganza por el asesinato del Teniente Castillo por los falangistas. La sublevación se inició en Marruecos el 17 de Julio y al día siguiente en la Península. Los sublevados fracasaron en los principales centros industriales (Madrid, Barcelona, Bilbao, Asturias). Podemos decir así que el golpe de estado fracasó.
El desarrollo de la guerra
El fracaso de la sublevación llevó a una larga guerra de tres años. Esta guerra se endureció porque ciertas potencias extranjeras apoyaron y proporcionaron armas a ambos bandos ante el silencio cómplice de otras.
El ejército sublevado mantuvo la iniciativa y ofensiva militar durante toda la guerra. Sin embargo, tras el fracaso ante Madrid, Franco planteó el conflicto como una larga guerra de desgaste que aseguraría su propio poder personal y le permitiría acabar con todos sus enemigos políticos.
El ejército de la República se vio perjudicado por la desunión entre grupos políticos diferentes y fracasó en todos sus intentos ofensivos. La estrategia de la República era aguantar hasta que estallara la inevitable guerra europea. Eso le permitiría contar con el apoyo de Francia e Inglaterra.
Gracias a la ayuda alemana e italiana Franco consiguió cruzar el Estrecho de Gibraltar. El plan de Franco era dirigirse directamente a Madrid. Sin embargo, antes de esto se desvió para liberar el Alcázar de Toledo. El asalto frontal contra Madrid fracasó ante la resistencia de los madrileños y las Brigadas Internacionales. Ante este fracaso, los Nacionales intentaron rodear Madrid por el sur y por el nordeste. Todos estos intentos de tomar Madrid fracasaron y ello contribuyó alargar la guerra. Tras el fracaso ante Madrid el conflicto se convirtió en una guerra dur. En la primavera-verano de 1937 las tropas franquistas conquistaron la franja norte desde el País Vasco hasta Asturias. Para el bando de Franco era muy importante controlar las industrias del norte para fabricar armas y municiones.
En el invierno de 1937-38 se produjo la Batalla de Teruel tras la que las tropas franquistas llegaron al Mediterráneo. De este modo Cataluña quedó aislada del resto del territorio republicano. La República reaccionó, y en el verano de 1938 intentó volver a unir las dos zonas. La Batalla del Ebro se convirtió así en la más cruel de toda la guerra y acabó con la capacidad de resistencia de la República.
Desarrollo de la guerra
La consecuencia directa de la Batalla del Ebro fue la conquista de Cataluña por los franquistas. Miles de refugiados cruzaron la frontera con Francia. Finalmente, en Marzo de 1939, el Coronel Casado dio un golpe de estado contra el Gobierno de Negrín con la esperanza de llegar a una paz pactada con Franco. El Golpe de Casado precipitó el final de la guerra en Marzo de 1939 pero Franco exigió la rendición incondicional.
Dimensión internacional del conflicto
La actitud de las potencias del momento hacia la Guerra Civil Española contribuyó a alargarla, pues no hicieron gestiones para paralizar el conflicto.
Las potencias fascistas Italia y Alemania, apoyaron a los sublevados. Se trata de un apoyo financiero y sobre todo militar. Aunque Italia proporcionó muchas tropas a Franco la ayuda alemana fue menor. Portugal también apoyó a los sublevados.
La República recibió abundante ayuda militar de la URSS, aunque a cambio exigió las reservas de oro del estado y que el Partido Comunista tuviera un importante papel en el gobierno. Las Brigadas Internacionales fueron de una gran importancia en la guerra, y sobre todo en la Batalla de Madrid. En principio, Francia, gobernada por el Frente Popular, apoyó a la República, sin embargo, por presiones inglesas Francia se vio obligada a no intervenir. Inglaterra mostraba más simpatías ante el bando de Franco pero se negó a cualquier intervención para evitar que el conflicto español se convirtiera en el inicio de una guerra mundial.
Consecuencias de la guerra Civil
La guerra tuvo unos inmensos costes materiales, las destrucciones y la necesidad de devolver parte de la ayuda extranjera hicieron que la economía Española no se recuperara hasta los años 50.
Los costes humanos fueron aún peores. Se calcula que hubo 300.000 víctimas entre los muertos en los campos de batalla y los asesinados en represalias. Muchas veces estas represalias respondían a odios personales y ajustes de cuentas. Asimismo, el final de la guerra obligó a exiliarse a miles de personas, muchas de las cuales nunca volvieron. En estas circunstancias no podemos decir que llegara la paz en 1939.
La práctica totalidad del territorio de Castilla y León cayó muy pronto en manos de los sublevados del General Mola. Castilla y León cumplió un importante papel en el bando sublevado, pues fue la sede de la Junta de Defensa Nacional.