La temprana muerte de Alfonso XII, 1885, dio paso a la Regencia de su esposa Mª Cristina de Habsburgo (1885-1902). Durante este periodo se consolidó el sistema canovista y se produjo una Importante liberalización del régimen gracias a una legislación avanzada, sin Embargo el caciquismo siguió presente en la vida política y la oposición se Hizo patente con la recuperación de los partidos republicanos, el nacimiento de Los partidos nacionalistas y del movimiento obrero, que aunque estuvieran fuera Del sistema, cada vez se hacían más importantes.
La Regencia tuvo que afrontar la primera gran
Crisis del sistema, la pérdida de las últimas colonias españolas, Cuba y
Filipinas, que supuso un grave revés para España en un momento en el que el
Prestigio de toda potencia y su crecimiento económico se basaba, en gran
Medida, en la posesión de colonias y fundamentalmente de sus mercados. Esta
Circunstancia sumíó al país en una gran crisis política y moral, conocida como
El “Desastre del 98”, que resquebrajó los fundamentos del sistema y
Planteó la necesidad de iniciar un proceso de reformas que modernizase la vida
Social y política del país (Regeneracionismo)
. El régimen de la Restauración se
Tambaleó y vio cómo los grupos de oposición aumentaban su influencia social,
Dado el enorme pesimismo que se extendíó entre la opinión pública.
1. La crisis del 98
Para entender la crisis Del 98, hay enmarcar el proceso de independencia no sólo dentro de las crisis Internas que sufre España (inestabilidad política hasta 1874 y carencia de una Política colonial clara) sino dentro del contexto internacional marcado por el Imperialismo protagonizado por los países más desarrollados, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Estados Unidos y Japón. Estos países ven en el dominio de Nuevos territorios la única posibilidad de consolidar el sistema capitalista y Su prestigio en el mundo. Gran Bretaña y Francia dominarán gran parte de África Y Asía y solucionarán diplomáticamente sus diferencias. En América, la Influencia económica de Estados Unidos se hace sentir en el sur del continente Y en el Caribe; en los años 60 del Siglo XIX deseará también el dominio Político. Las guerras de independencia de Cuba le brindan una oportunidad que No desaprovecharán.
En este contexto, España Potencia de segundo orden, queda fuera de cualquier reparto colonial importante. Su preocupación en esos momentos fue mantener sus últimas colonias en ultramar, Especialmente Cuba a la que la unían importantes lazos económicos y culturales E intervenir, mínimamente en el norte de África.
1.1 La Guerra De Cuba y Filipinas
Tras la pérdida de la América continental en el Primer tercio del s. XIX, los restos del Imperio español se reducían a las Islas de Cuba y Puerto Rico en el Caribe y a las Filipinas en el Pacífico.
En la segunda mitad del S. XIX se iniciará el proceso de independencia de estos territorios, proceso al Que los diferentes gobiernos no supieron darle solución. La gran preocupación De los distintos gobiernos (Sexenio Democrático y de la Restauración) fue Mantener la soberanía sobre las colonias en lugar de promover soluciones Políticas de carácter autonomista que satisficieran las demandas de la Burguésía criolla (que se sentía relegada en la toma de decisiones)
El problema colonial no Había quedado bien resuelto tras la Primera guerra de Cuba finalizada con la Paz de Zanjón en 1878. El Tratado de paz prometía unas nuevas condiciones políticas y administrativas Para la Isla, Sin embargo el cumplimiento de lo pactado se hizo lentamente, los gobiernos de Madrid, (liberales y conservadores), no supieron canalizar las demandas de las Colonias dentro de los márgenes del sistema, y ni la política de asimilación, Que pretendía tratar a las colonias como territorios metropolitanos, ni la Abolición de la esclavitud fueron suficientes, mientras que la demanda de Autonomía, reiteradamente desoída en los años ochenta, resultó inviable en la Década siguiente.
La incapacidad del Gobierno para zanjar el problema provocó que los exiliados cubanos con José Martí (político y escritor cubano, hijo de españoles) a la cabeza, apostaran Por la independencia. Esta tendencia se organiza, en Cuba, en torno a los Amnistiados de la guerra y en torno al Partido Revolucionario Cubano en EE.UU, Fundado por Martí en 1892. La independencia contará con muchos apoyos tanto en Ciertos sectores sociales cubanos como en los EE.UU. Que veía el fin del Imperio español como una posibilidad para extender su influencia política y Económica en la zona.
Entre las fuerzas Políticas españolas existían tres posiciones claramente diferenciadas: la unionista, defendida por los dos Partidos del régimen, que consideraba que era tierra española, la autonomista, inclinada a conceder Cierta autonomía, postulada por un sector del partido liberal y por los Nacionalistas catalanes y vascos y la independentista, Aceptada por los republicanos.
En Febrero de 1895 se
Produce un nuevo estallido independentista, el levantamiento fue organizado
Desde el exilio por José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo que regresaron a
La isla.
Martí muere en los inicios de la guerra y la dirección queda en manos
De Maceo que organiza el primer gobierno provisional. Las fuerzas rebeldes (los
Mambises), bien organizadas, cuentan con el apoyo popular, el ejército español,
Por el contrario tuvo que enfrentarse no sólo a la guerrilla sino a la selva, a
Las lluvias y a las enfermedades.
Con el estallido de la Guerra entró en juego otro factor, Estados Unidos. Los motivos que empujaron a Los estadounidenses a intervenir fueron fundamentalmente económicos, tanto Comerciales como industriales, por lo que las compañías azucareras y la opinión Pública americana respaldaban la ayuda a los cubanos. Primero fue un apoyo Diplomático, presionando al gobierno español para que abandonara la isla y Posteriormente, cuando la ley de aranceles prohibíó a los cubanos el comercio Libre (el 91% del azúcar se exportaba a EE.UU.) se convirtió en un apoyo Material a los insurgentes, enviando regularmente armas que la marina española Es incapaz de interceptar.
Contaba, además, el Interés geoestratégico norteamericano en afianzar el control militar sobre el Mar Caribe y Centroamérica. Hasta tal punto estaba interesado el gobierno Estadounidense en Cuba que hizo una propuesta de compra de la isla por 300 Millones de dólares, oferta que fue rechazada por España.
La situación cambió de Forma sustancial a inicios del 1898, tras la voladura del acorazado Estadounidense “Maine” fondeado en El puerto de La Habana. Sin Pruebas contrastadas, una comisión estadounidense atribuyó al gobierno español El hundimiento del buque y sirvió de justificación para que declarara la Guerra.
Por otro lado, un Intento de mediación patrocinado por las potencias europeas también concluyó en Fracaso.
El 18 de Abril, a Petición del presidente estadounidense McKinley, Las dos cámaras aprobaron una resolución que era un verdadero ultimátum y en la Que se decía que Cuba debía ser libre e independiente, España debía retirarse De la isla y se autorizaba al presidente de Estados Unidos para que movilizara Los recursos militares necesarios a fin de conseguir estos objetivos. La Noticia de esta decisión produjo en España manifestaciones patrióticas que Subestimaban a los estadounidenses a los que se les consideraba un pueblo casi Salvaje, pero la verdad era bien distinta y la superioridad militar Norteamericana era más que evidente. Sólo los socialistas a través de sus minoritarios órganos de prensa, y Los federalistas de Pi i Margall habían aconsejando la emancipación de la isla En prevención de fatales consecuencias y de un inútil sacrificio de vidas humanas.
Con anterioridad a los Hechos del Maine, Estados Unidos ya había ordenado a su flota del Pacífico que Se trasladara a Hong Kong hasta que recibiera la orden de dirigirse a Filipinas y a la Isla De Guam, a las que también ambicionaba debido a su excelente posición Estratégica pata penetrar en el mercado asíático.
Paralelamente, entre 1896 y 1897 se produjeron también rebeliones en Filipinas y Puerto Rico por no ser Atendidas sus peticiones autonomistas En Filipinas el movimiento separatista Estuvo liderado por José Rizal, líder de la Liga Filipina. Se Controla rápidamente la insurrección después de la detención y fusilamiento de Su líder; en 1897 llegan a unos acuerdos, rotos posteriormente por el sector Radical de independentistas. En Puerto Rico, la actividad del movimiento fue Muy escasa.
Los norteamericanos Desembarcaron sucesivamente en Filipinas, Cuba y Puerto Rico que les sirvieron De excelentes bases militares. Pocos meses después del inicio de la guerra, la Flota española del almirante Cervera fue destruida en Cuba casi sin disparar y En Cavite (Filipinas) sería hundida la flota al mando del general Méndez Núñez, Poniendo fin a la guerra.
2. Consecuencias de la crisis del 98 en España
El conflicto concluyó en Diciembre de 1898, y la consecuencia política inmediata fue el relevo del Partido en el poder, de tal modo que Sagasta fue sustituido por Cánovas en el Que resultaría ser el último periodo de gobierno del dirigente conservador.
Por otro lado, consumada La derrota militar con el Tratado de París, Cuba alcanzaba la independencia, Aunque quedaba bajo “protección” estadounidense hasta mediados del Siglo XX y España cedía a Estados Unidos la isla de Puerto Rico (actualmente, estado Asociado de Estados Unidos), Filipinas (que sólo consiguió su independencia en 1946) y la isla de Guam en el archipiélago de Las Mariana, en el Pacífico (todavía hoy estadounidense). Más que un tratado de paz, fue una capitulación Impuesta por el vencedor al vencido. La delegación española confiaba en salvar La independencia de sus antiguas posesiones, pero la americana exigíó la Anexión de todos los territorios perdidos por España. Así, se plasmó la Ley del más fuerte y supuso el principio de la expansión oceánica de Estados Unidos.
La pérdida del Imperio Español se completó con la venta a Alemania del resto de las Marianas, del archipiélago de las Carolinas y de las Palaos por 20 millones de Pesetas, hecho que confirmó el proceso de redistribución colonial que se estaba Llevando a cabo a favor de las grandes potencias. La pérdida de los últimos Restos del Imperio generó graves repercusiones que trascendieron el ámbito Militar y económico y se prolongaron hasta el Siglo XX.
Las consecuencias del Desastre fueron más allá de las pérdidas territoriales mencionadas. La guerra, aunque breve, tuvo Repercusiones intensas y duraderas, surgiendo, en gran parte de la sociedad, Un sentimiento de derrota, de desmoralización e impotencia. La Incertidumbre alcanzó incluso a la prensa que llegó a temer un ataque y Ocupación de las islas Canarias.
Las pérdidas Económicas alteraron las finanzas, la Hacienda pública y los precios, cuyo Encarecimiento afectó a los sectores más humildes de la sociedad. Éstos Soportaron también las pérdidas humanas del conflicto, ya que las Clases acomodadas se libraron del servicio militar mediante un pago en metálico El sistema de redención de quintas permitía a quien abonase una cantidad de Dinero, inalcanzable para la mayoría de la población, se librarse de la guerra. Esta injusta situación se mantendría en los años posteriores y está en el fondo Del profundo antimilitarismo que compartirán las organizaciones obreras. Esta Guerra supuso el fin de prósperos negocios españoles en la isla. Si bien no Generó una crisis política inmediata, el desastre colonial colaboró en la Desintegración del régimen de la Restauración, desatándose la polémica de la Responsabilidad de la derrota. Parecía por tanto inevitable revisar todo un Estilo de gobierno (alternancia de partidos, oligarquía caciquil…).
Por último, la pérdida Del Imperio provocó una crisis cultural de gran trascendencia, de la Que ha dejado testimonio la Generación Del 98 (Unamuno, Azorín, Baroja, Machado, Valle Inclán, Maeztu… y Perfectamente reflejada, entre otras, en la novela de Pío Baroja El árbol de la Ciencia) y el surgimiento de una conciencia crítica que desde una perspectiva Intelectual, exigía una profunda regeneración política, económica e Ideológica de la vida española. Se cuestionaban no sólo los cimientos de la Restauración, sino, incluso, la propia identidad De España. Muchos escritores e intelectuales se sintieron unidos en el intento De regenerar España o, en palabras de Unamuno, “sacudir la conciencia de un País dormido”.
El Aragónés Joaquín Costa fue la figura cumbre del Regeneracionismo político, quien denunció la Lacra del caciquismo con violencia extrema. En su obra Oligarquía y caciquismo Criticó toda la estructura política del país y condensó las dos preocupaciones Claves de todos los regeneracionistas. Su alternativa se basaba en despensa y Escuela, únicos medios para lograr la renovación. Los regeneracionistas políticos critican el Sistema de la Restauración por corrupto y fraudulento y proponen para Cambiar la situación programas basados en la reorganización política, la Dignificación de la vida parlamentaria, la reforma educativa, la acción Orientada a la ayuda social y en definitiva una política encaminada al bien Común y no en beneficio de los intereses de la oligarquía.
Por otro lado, el fin Del Imperio colonial lleva a muchos intelectuales a preguntarse por la esencia de España y a que, en las comunidades con una fuerte personalidad histórica y Cultural, sean cada vez más fuertes las voces que dudan de la capacidad del Estado de atender sus propias reivindicaciones. Se pasa así de un vago Sentimiento regionalista, y de la reafirmación cultural, al fortalecimiento de Los movimientos nacionalistas. Tendría incluso consecuencias inmediatas sobre La propia política del turnismo, ya que la burguésía catalana alentó de un modo Definitivo su separación de la política de turnos impulsando la formación de la Lliga Regionalista En 1901.