Historia de España: Conflictos y Transformaciones Sociales

La Guerra Carlista 1833-1839

La Guerra Carlista 1833-1839.

El 1 de octubre de 1833 Carlos exige ser reconocido rey mediante el Manifiesto de Abrantes tras la muerte de Fernando VII y la publicación años antes de la Pragmática Sanción (abolición de la Ley Sálica), el día 3 es proclamado rey en algunas ciudades. Estalla por lo tanto la primera guerra carlista (1833-1839). El carlismo tuvo un componente ideológico fuerte, compuesto por una parte de la nobleza y miembros ultraconservadores de la administración y del ejército, bajo clero y una parte del campesinado. Tuvo fuerza en los territorios tradicionalmente forales como País Vasco, Navarra y sur de Cataluña. El bando cristino tuvo el respaldo de sectores moderados y reformistas del absolutismo y de los liberales. La mayor parte del ejército y el alto clero también apoyan a la regente, a esto hay que sumar el apoyo de la cuádruple alianza en 1834 con Portugal, Inglaterra y Francia. Los inicios fueron favorables por la dirección de Zumalacárregui el cual muere en el sitio de Bilbao en 1835. En 1837 fracasan en el asalto a Madrid teniendo que cambiar hacia una táctica defensiva. En 1839 se produce el abrazo de Vergara y el fin de la guerra, respetando sueldo y puesto a los vencidos.


El Bienio Progresista 1854-1856

El Bienio progresista 1854-1856.

La Vicalvarada y el Manifiesto del Manzanares provocaron un apoyo masivo en julio de 1854 obligando a Isabel II a mandar formar gobierno al general Espartero, con O ́Donell como ministro de guerra. Apareció una nueva fuerza política, la Unión Liberal, formada por elementos centristas del partido moderado y progresista. La coalición entre progresistas y unionistas pasó a dominar las cámaras. Demócratas y republicanos se mantuvieron en la oposición. La ley de desamortización de 1855 de Pascual Madoz y la ley de Ferrocarriles de 1855 fueron la principal obra legislativa del bienio. La ley de Sociedades bancarias y crediticias de enero de 1856 contribuyó a relanzar la inversión en el ferrocarril. Hubo una gran conflictividad social debido al alza de precios, la epidemia de cólera de 1854 hicieron que las clases populares se vieran decepcionadas con el gobierno. En julio de 1856 tropas dirigidas por el general Serrano finalizaron el gobierno progresista.


El Gobierno de la Unión Liberal 1858-1863

El gobierno de la Unión Liberal 1858-1863.

Tras una breve regencia de Narváez la reina confió el gobierno a la Unión Liberal conformándose el denominado gobierno largo de O ́Donnell, periodo de estabilidad favorecido por una ola de prosperidad económica. Las clases populares se beneficiaron de esta prosperidad de forma indirecta, destacar la insurrección de jornaleros en Loja en 1861 duramente reprimida. Aprobación de la Ley de educación Moyano en 1857 y puesta en marcha de una política exterior marcada por intentar devolver el prestigio internacional al país. Las intervenciones en Indochina 1858-1863, Marruecos 1859-1860, Santo Domingo en 1861 y México 1861 no tuvieron ningún tipo de repercusión internacional.


Crisis Final de Reinado 1863-1868

Crisis final de reinado 1863-1868

En 1863 O´Donnell dimite comenzando una serie de gobiernos inestables y autoritarios. Comienza en 1864 una grave crisis económica en 1866 una crisis bursátil y en 1868 el paro y la exasperación popular era incontenible. En los sucesos de la noche de San Daniel en 1865, la policía reprimió con disparos una manifestación estudiantil. La sublevación del cuartel de San Gil en junio de 1866 acabó con sesenta muertos y 66 oficiales fusilados. Dada la situación en agosto de 1866 grupos opositores firman el Pacto de Ostende cuyo objetivo último es destronar a Isabel II. La Gloriosa de 1868 fue un golpe militar iniciado en Cádiz el 17 de septiembre. La revolución triunfó porque en ella confluían numerosos intereses que finalmente serían el germen del desastre del Sexenio democrático. Grupos políticos opositores, militares opuestos a la matanza de San Daniel, y sobre todo, las clases populares estaban a favor del fin de la reina. Una vez conseguido el exilio de la reina, los conspiradores procedieron a detener la revolución. El nuevo gobierno con Prim, Serrano y Sagasta a la cabeza ordenó la disolución de las juntas, nombró nuevos ayuntamientos y convocó elecciones a cortes constituyentes.


La Conquista Musulmana y Resistencia Cristiana

2.1 Debido a la debilidad visigoda y la poca resistencia que opuso el pueblo, los musulmanes aprovechan para conquistar la Península Ibérica en el año 711. Permiten conservar las propiedades y religión a los visigodos dispuestos a pagar impuestos. La conquista se divide en tres etapas: En la primera, el emirato dependiente de Damasco (s.VIII), la Península pasó a formar parte del imperio islámico. Se realizaron conquistas hasta el norte y el territorio se dividió en provincias para su administración. Por la rebelión de bereberes frente árabes por la desproporción de recompensas de la conquista, en el norte consiguen permanecer territorios cristianos. En la segunda fase, el emirato independiente (s. VIII-s. IX), Abd-al-Rahman se proclama emir tras el asesinato de la familia Omeya. Pasa a tener el poder político, pero el religioso lo conservó el califa situado en Bagdad. En la última fase, el Califato de Córdoba (s. X- s. XI) Abd al-Rahman III se proclama califa, teniendo tanto el poder político como religioso. Esta es la época de mayor esplendor de los musulmanes en la Península, hasta su final, producido por una crisis tras la muerte del dictador Almanzor.

2.4 .Los primeros núcleos de resistencia cristiana se situaron al norte (entre los siglos VIII y X) por el desinterés de los musulmanes en este territorio. Fueron: el reino Asturleonés, que avanzó hasta el valle del Duero tras la batalla de Covadonga (722), y cuya capital fue León (gracias al rey Alfonso III); el reino de Pamplona, que llega a su máximo esplendor gracias a la unificación realizada por Sancho III, aunque más tarde se dividió; el condado de Aragón, que terminó por ser un reino; y los condados catalanes, que constituyeron la Marca Hispánica y fueron vasallos de los francos hasta conseguir independizarse. El modelo de repoblación fue la presura o aprisio, que consistió en la ocupación de tierras despobladas. Surgen la pequeña propiedad y las tierras comunales.En la segunda etapa, entre el s. XI a la primera mitad del s. XII, los leoneses conquistan Toledoen 1085 (por Alfonso VI), y Aragón conquista Zaragoza. Ocurrió la repoblación concejil, en el que el territorio conquistado era dividido en concejos, regidos por una única ciudad según las leyes dictadas en una Carta Puebla. Surge la mediana propiedad y se mantienen las tierras comunales.Durante la tercera etapa, en la segunda mitad del siglo XII, se firman unos tratados con Aragóncon el objetico de repartir los territorios a conquistar de Al-Ándalus.


Transformaciones Sociales en la Edad Media Española

2.5 La organización política de la Edad Media es protagonizada por la figura del rey, quien tenía todos los poderes y era aconsejado por las Cortes o instituciones en las que la nobleza, clero y el pueblo tenían poder sobre ciertas decisiones. En la Corona de Castilla la monarquía poseyó un gran poder político, impartiéndose una monarquía autoritaria a la par que los nobles se empoderaron por grandes territorios. Alfonso X elabora el “Código de Partidas” (s.XIV) y concede el “Fuero general” a todas las ciudades. En la administración el concejo era gobernado por los regidores, surgiendo la figura del corregidor o representante del rey. La Corona de Aragón se haya dividida, teniendo un modelopactista en el que el poder del monarca está limitado por las cortes de sus territorios. Destaca la figura del Justicia Mayor que juzgaba conflictos entre el rey y los nobles.Los reinos constaban de una sociedad estamental dividida en privilegiados: la nobleza, cuya función era la militar, y el clero, cuya función era el ámbito religioso. Ambos estamentos no pagaban impuestos y ocupaban altos cargos. El tercer estamento, el pueblo llano, carece de privilegios y paga impuestos. Se produce el régimen señorial, un sistema de dependencia entre campesinos que rinden vasallaje a su señor o noble, que a la vez es dependiente del rey


2.6 En la Corona de Castilla, unificada legislativamente por las Partidas de Alfonso X en el s. XIV, se da una monarquía de carácter autoritario. Pero su poder fue limitado por representantes delos estamentos, que se reunían en las Cortes para la toma de decisiones (las primeras surgen en León en 1188). Además se crearon instituciones como: el Consejo Real, que asesoraba al rey; la Audiencia, que regulaba la función legislativa; y las Contadurías de Hacienda y Cuenta, que recaudaban impuestos. El territorio estaba dividido en concejos, dirigidos por corregidoreso representantes del rey.En la Corona de Aragón, el rey tuvo una menor importancia ya que el territorio fue una unión de los reinos de Cataluña, Valencia, Baleares y Aragón. Cada uno de ellos tenía con sus propias leyes, Cortes y un virrey. Surgen las Diputaciones, una institución que vela por el cumplimientode las leyes. La más destacable fue la Generalitat Catalana.El reino de Navarra contaba de un importante Fuero General, o normativa que redujo el poder del rey para intentar igualarlo al de los nobles. Este reino termina por unirse al de Castilla después de una guerra civil.


Desamortización en España y Transformaciones Sociales

6.2 Durante el reinado de Isabel II (1833-1868) se llevaron a cabo la desamortización de Mendizábal y la de Madoz. Consistían en dejar libres los bienes amortizados para entrar al mercado. Mendizábal accede al poder en un momento crítico, en medio de la primera Guerra carlista. Para él, era preciso liquidar las formas de propiedad feudal del Antiguo Régimen (señoríos, mayorazgos y bienes de la Iglesia) y también recaudar fondos para que el ejército isabelino acabe con la guerra civil. Por ello, Mendizábal adoptó tres medidas: la reforma y reorganización de la Hacienda, una mayor presión fiscal y la desamortización de los bienes de monasterios y conventos. Se llevó a cabo en tres pasos: en 1835 se suprimen los conventos de menos de doce individuos; en 1836, se establece la primera Ley Desamortizadora de los bienes de las órdenes regulares masculinas, con el fin de obtener recursos y para desmantelar el poder de la Iglesia e impulsar una nueva clase de propietarios; en 1837, con la segunda Ley Desamortizadora, se suprimen los bienes del clero secular y los diezmos eclesiásticos. Los bienes de la Iglesia, en su mayoría, fueron adquiridos por miembros de la burguesía. Pero los ingresos no fueron los esperados, dado que se admitió su pago en títulos de la deuda por su valor nominal, por lo que no se logró reducir la deuda pública. El proceso desamortizador generó un compromiso entre la nueva burguesía y la antigua aristocracia, de donde nacerá el bloque de poder del nuevo Estado Liberal.Tras la Desamortización de Mendizábal, transcurre el Bienio Progresista, en el que las necesidades económicas llevaron a un nuevo proceso desamortizador. Con la Ley de Desamortización General de Madoz del 1 de mayo de 1855 se ponen a la venta los bienes eclesiásticos que no habían sido afectados por la desamortización anterior  (saltándose el Concordato con la Santa Sede de 1851), los bienes municipales, los bienes de propios y los bienes comunales (o baldíos). El importe recaudado serviría para nivelar el presupuesto estatal y financiar obras públicas. Se aceptó solo el pago en metálico, por lo que la burguesía apenas participó. El campesinado lo hizo en mayor medida, aunque en el sur, el gran tamaño de las fincas se lo impidió y la venta de bienes municipales privó a los ayuntamientos de recursos.


El establecimiento de un régimen liberal dio lugar a una transición hacia una sociedad de clases. Esta sociedad estaba ordenada según la riqueza y el poder, seguían existiendo los grupos estamentales, aunque bastante transformados. La nobleza seguía siendo un grupo numeroso, incluso algunas familias incrementaron su patrimonio, la baja nobleza desapareció y perdieron su poder jurisdiccional, disminuyendo considerablemente su influencia social. El clero se redujo notablemente por la desamortización y la crisis vocacional. La clase dominante era la burguesía, formada por una nueva oligarquía tanto política como económica, formada por empresarios textiles catalanes, siderúrgicos vascos, cerealistas castellanos, profesiones liberales y funcionarios. Dominaban al resto mediante el sufragio censitario y la restricción del derecho de asociacionismo obrero. La realidad española configura una sociedad dual dividida en una sociedad moderna y otra del interior agrario, entre las que apenas había relación. El campesinado y el proletariado industrial eran las víctimas de esta desigualdad social. En el campo conviven la oligarquía agraria, las clases medias bajas y los campesinos sin tierras, caracterizados por el paro intermitente, los salarios bajos, una alimentación deficiente y carencias sanitarias y culturales, esto explica la alta tasa de analfabetismo, que

provocan violentos estallidos sociales que son reprimidos duramente. En las ciudades, las clases trabajadoras (artesanos y obreros) empiezan a organizarse política y sindicalmente, ya que vivían al margen de la política y con limitaciones en el derecho al voto. El asociacionismo obrero era ilegal y las primeras manifestaciones (de tipo ludita) llegaron en 1835 con asaltos a fábricas en Cataluña. Espartero creó la primera organización obrera, pero poco después se disolvió.

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