Historia de España: De la Reconquista a la Ilustración

Modelos de repoblación. Organización estamental en los reinos cristianos medievales

1ª Etapa: la cuenca del Duero (primera mitad del IX). Fue estimulada por los reyes astures siguiendo las siguientes modalidades: Encomendada a nobles, quienes colonizaban territorios en nombre del rey; permitiendo la fundación de iglesias y monasterios; libre ocupación por campesinos a los que se les entregaba la “carta puebla”; los repobladores se tomaban posesión de las tierras sin dueño, “presura” en Castilla y León, “aprisio” en los condados catalanes. Formaban comunidades de pequeños propietarios libres, y se reunían en el “concilium”. 2ªEtapa: Siglos XI-XII, repoblación concejil, los reyes otorgaban fueros; en el Valle de Ebro, repartimientos y capitulaciones; en la Meseta Meridional y norte de Valencia, a las Órdenes militares (Santiago) se les entregaban tierras para defender y administrar, Diócesis y obispados (Toledo). 3ª Etapa: El repartimiento de tierras y bienes conquistados, se distribuían entre los participantes mediante donadío, que dependía del rango social del quienes lo recibían; Extremadura (sedes episcopales), Andalucía y Murcia (a la nobleza), órdenes militares; Concejos reales; y Valencia (Repartimiento). La sociedad es estamental con una estructura política piramidal en la que el rey dependía de la alta nobleza y el vasallaje. La organización social está marcada por el régimen señorial, territoriales hasta el siglo XII, a partir de ahí fueron jurisdiccionales.

9.- Los Reyes Católicos: unión dinástica e instituciones de gobierno. La guerra de Granada. 


En 1468, Enrique IV y su hermanastra, Dª Isabel, acordaron el Pacto de los Toros de Guisando, que reconocía a Isabel como heredera de Castilla a cambio de su matrimonio con Alfonso V de Portugal, desplazando a Juana, la hija de Enrique. Sin embargo, el compromiso entre Isabel y Fernando de Aragón en 1469, y las Capitulaciones de Cervera (Colón), nombró a Juana la Beltraneja como heredera de Castilla. Tras la muerte de Enrique IV desencadenaron una guerra civil por la corona de Castilla entre Juana la Beltraneja y su tía Isabel, que se resolvió con la renuncia de Juana en el Tratado de Alcaçovas.

Isabel y Fernando gobernaron conjuntamente desde 1475, manteniendo las instituciones, leyes y fronteras de cada reino, sin establecer un Estado unificado. Establecieron las bases de un Estado moderno centralizando el poder en Castilla y limitando la nobleza, controlando las Órdenes Militares, y fortaleciendo la administración local con corregidores. Convocaron pocas Cortes y reformaron el Consejo Real. Se impuso el derecho de patronato (control iglesia) y se estableció la Santa Hermandad en Castilla (un grupo de gente armada cuyo fin era perseguir criminales). La Inquisición persiguió falsos conversos, obligando a judíos y mudéjares a convertirse o abandonar España.

Tras la muerte de Isabel, su hija Juana”la loca” heredará el trono hasta la muerte de su marido, Felipe “el hermoso”. A Juana se la declara incapaz de gobernar y su padre, Fernando, la sustituye, y la encierra en un palacio. Carlos I, hijo de Juana y nierto de Fernando heredará Aragón y Castilla.

En 1492, los Reyes Católicos culminaron la Reconquista con la conquista del reino nazarí de Granada. La conquista se dividió en tres fases: la Conquista de Alhama (1481-1484), la Toma de Málaga (1485-1487) y la Rendición de Granada (1488-1492), con la firma de las capitulaciones con Boabdil el 2 de enero de 1492, incorporando Granada a Castilla.


10.- Exploración, Conquista y colonización de América

En 1492, Cristóbal Colón llegó a San Salvador, marcando el inicio de la colonización europea en América. Los europeos se expandieron rápidamente por las Antillas, la Florida y la costa norte de Sudamérica, afectando a los nativos con enfermedades y trabajos forzados. Hernán Cortés conquistó el Imperio Azteca, formando el virreinato de Nueva España. Francisco Pizarro hizo lo mismo con el Imperio Inca, creando el virreinato de Perú.

Núñez de Balboa cruzó el istmo de Panamá y la expedición de Magallanes y Elcano encontró una vía entre el Atlántico y el Pacífico. La colonización permitió un intercambio de productos, incluyendo maíz, patatas y cacao de América, mientras que los europeos llevaron cereales, vid, olivos y animales. España anhelaba el oro y la plata de América, pero esto provocó una subida de precios e impuestos.

La colonización convirtió a América en un territorio dependiente de la metrópoli, con leyes como las de Burgos (1512) para evitar abusos. Se estableció el sistema de encomienda y otras formas de trabajo forzado como la mita y los obrajes. Este proceso transformó la concepción del mundo y valores culturales, ampliando el conocimiento de la flora y fauna, generando críticas al»derecho de conquist» sentando las bases del derecho de gentes, es decir, el derecho internacional, gracias a figuras como Bartolomé de las Casas y Francisco de Vitoria.

11.- Los Austrias del siglo XVI. Política interior y exterior.

Carlos I asumió el poder en 1517, heredando territorios de sus abuelos maternos. Enfrentó conflictos internos debido a impuestos y la presencia de cortesanos flamencos, como Adriano de Utrecht, durante su viaje a Alemania para reclamar el trono de su abuelo.


En política interior, hubo levantamientos en ciudades castellanas en 1520 que se convirtieron en la rebelión de las comunidades, liderada por Padilla, Bravo y Maldonado, pero fue sofocada en la batalla de Villalar en 1521. Además, Valencia y Mallorca experimentaron la revuelta de las Germanías, reprimida por el ejército imperial.

Felipe II, hijo de Carlos I, reinó de 1556 a 1598 con una política de centralización, absolutismo e intolerancia religiosa. Esto provocó la rebelión de los moriscos en las Alpujarras. También enfrentó problemas en Aragón, con la ejecución de Juan de Lanuza y la reducción de fueros.

En política exterior, Carlos I se enfrentó a Francia en varias ocasiones para proteger su imperio y participó en la Liga Santa contra los turcos. Felipe II centró su política en defender el catolicismo y luchar por la hegemonía española en Europa. Derrotó a los turcos en Lepanto, pero enfrentó problemas en los Países Bajos, donde las provincias del norte lograron independizarse en 1581. La derrota de la Armada Invencible en 1588 marcó la decadencia española. Felipe II también anexó Portugal en 1581. Su reinado representó la máxima expansión de la monarquía hispánica.


12.- Los Austrias del siglo XVII. Política interior y exterior.

En política interior, a partir del siglo XVII, los monarcas españoles delegaron el gobierno en validos, como el Duque de Lerma durante el reinado de Felipe III, lo que aceleró la decadencia del país. El Duque de Uceda, hijo de Lerma, impulsó la intervención de España en la Guerra de los Treinta Años. El Conde Duque de Olivares, valido de Felipe IV, trató de unificar el territorio español y crear la Unión de Armas para ganar la guerra, lo que provocó rebeliones en Cataluña y Portugal.

En Cataluña, se desató el «Corpus de Sangre» debido al rechazo a la política centralista de Olivares, lo que llevó a una guerra civil y a la sublevación contra el rey. En Portugal, el Duque de Braganza se proclamó rey, provocando una rebelión contra la soberanía española con apoyo de Francia e Inglaterra, logrando la independencia en 1668.

En cuanto a la política exterior, durante el reinado de Felipe III se mantuvo una política pacifista llamada «Pax Hispánica» debido a la crisis económica. Se firmó la paz con Inglaterra y se acordó una tregua de 12 años con las Provincias Unidas. Sin embargo, la defensa de la hegemonía de los Habsburgo llevó a intervenir en la Guerra de los Treinta Años y enfrentarse a los Países Bajos al finalizar la tregua. La Paz de Westfalia en 1648 reconoció la independencia de los Países Bajos y la hegemonía de Francia.

La guerra franco-española culminó en la Paz de los Pirineos en 1659, consolidando la hegemonía francesa. Durante la regencia de Mariana de Austria, Francia reivindicó los Países Bajos españoles, lo que desencadenó la «Guerra de las Devoluciones». La victoria francesa resultó en la firma de la Paz de Aquisgrán en 1668 y la Paz de Nimega en 1678, mediante las cuales Francia continuó expandiendo sus dominios. El reinado enfermizo de Carlos II puso fin a la dinastía de los Habsburgo en España.


14.- 3.5. Sociedad, economía y cultura de los siglos XVI y XVII. 

En el siglo XVI, España vivió una era de esplendor y transformación. La sociedad estaba dividida en estratos bien definidos: la nobleza y el clero ocupaban los puestos más altos, mientras que una población campesina y trabajadora conformaba la base. La economía se vio marcada por la llegada de metales preciosos de América, lo que generó una inflación considerable pero también un auge económico momentáneo. Sin embargo, esto no evitó la crisis a largo plazo, con la pérdida de numerosas riquezas y el agotamiento de recursos. En cuanto a la cultura, el Siglo de Oro español destacó con figuras literarias como Cervantes y Garcilaso de la Vega, así como una inmensa producción artística que abarcó desde la arquitectura hasta la pintura, siendo la influencia de la Iglesia y el apoyo financiero de la monarquía fueron relevantes.

El siglo XVII en España fue marcado por una fuerte caída demográfica debido a epidemias, expulsiones y guerras, perdiendo cerca de un millón de habitantes. Esto causó una crisis económica con declive en la producción agrícola, crisis comercial por menos metales preciosos de América, y la falta de competitividad en manufacturas como el textil. Las medidas económicas fracasadas de Olivares llevaron a devaluar monedas, nuevos impuestos y corrupción política.

Por otro lado, presenta una sociedad estamental que intensificó la crisis: la nobleza y el clero crecieron, la burguesía buscó alcanzar la nobleza y abandonó negocios, mientras los campesinos sufrieron más pobreza por impuestos. Esto generó más pobres, mendigos, marginados (pícaros), bandolerismo y rebeliones. A pesar de la decadencia como potencia, hubo un esplendor artístico y cultural llamado La Edad de Oro, con destacados artistas como Góngora, Lope de Vega, Quevedo, Murillo, Velázquez y Zurbarán.


15.- 3.6. La Guerra de Sucesión. La Paz de Utrecht. Los pactos de familia.

Carlos II, que había muerto sin descendencia, nombró sucesor a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, que llega a reinar a España en 1701 como Felipe V. Con él se pone fin a la dinastía de los Habsburgo y comienza en España la casa de los Borbones. Sin embargo, pronto se formó un bando, dentro y fuera de España, que apoyaba al Archiduque Carlos de Habsburgo, situación que desencadenó una guerra civil. Las victorias militares de Felipe V; como en Villaviciosa, fue clave para que Carlos de Habsburgo heredara el Imperio alemán y perdiera el interés en el trono español.

En 1713, el Tratado de Utrecht puso fin a la guerra, confirmando a Felipe V como rey de España. Por causa de dicho tratado, los Paises Bajos, el reino de Saboya, Inglaterra recibieron una serie de territorios, quien además obtuvo el “navío de permiso” y el “asiento de negros”. En el Tratado de Rastadt (1714) Felipe V renuncia a Flandes, Nápoles, Cerdeña y Milán a favor del Imperio austriaco.

La situación en que quedó España marcará la política exterior del siglo XVIII. Felipe V firma el Primer Pacto de Familia (1734), apoyando los intereses franceses en la Guerra de Sucesión de Polonia contra Austria, a favor de los polacos. A cambio de esto, España consiguió que se reconociera al infante Carlos rey de Nápoles y Sicilia. En el Segundo Pacto de Familia (1743), España intervino en la Guerra de Sucesión de Austria, a favor de Francia, logrando que el infante Felipe fuera nombrado Duque de Parma. Carlos III firmó el Tercer Pacto de Familia (1761) interviniendo en la Guerra de los Siete Años a favor de Francia, enfrentada a Inglaterra.


16.- 3.7. La nueva Monarquía borbónica. Los decretos de Nueva Planta. Modelo de Estado y alcance de las reformas.

El inicio de la dinastía de los Borbones introdujo cambios importantes, adaptando costumbres francesas, entre las que destaca el centralismo, con la unificación que ya intentó llevar a cabo el Conde Duque de Olivares sin éxito.

Felipe V inició medidas centralizadoras desarrollando los Decretos de Nueva Planta, que suprime los fueros e instituciones propias, excepto en el País Vasco y Navarra que apoyaron a Felipe V en la guerra, con la supresión de todos los Consejos, excepto el Consejo de Castilla que actuará como órgano consultivo, y la creación de las Secretarías de Despacho, encabezadas por un secretario especializado en el área, se unificaron los impuestos en todo el país y se estableció la ley sálica, que impide reinar a las mujeres.

La depresión de Felipe V, tras la muerte de su primera esposa María Luisa de Saboya, le llevaron a abdicar en su primogénito Luis I (1724) pero la temprana muerte de éste, devolvió la Corona a Felipe V hasta su muerte. Le sucede Fernando VI, (1746-59), en cuyo reinado se modernizó la marina, se firma el Concordato con la Santa Sede (1753) que somete el poder de la Iglesia a la Corona y por último se redacta el primer Catastro.

En América, México se convierte en el virreinato de Nueva España, y el de Perú se divide en tres: Nueva Granada (Colombia), Río de la Plata (Argentina) y Perú. Todos los virreinatos se dividieron en intendencias, al frente los intendentes, con funciones fiscales, económicas y militares. Los franciscanos llevaron la fe cristiana a California y partes de México, mientras que los jesuitas fundaron comunidades y enseñaron sobre el cristianismo en Paraguay.


17.- 3.8. Las reformas borbónicas en los virreinatos americanos.

Estas reformas fueron iniciadas por Felipe V (1700-1746), continuadas por Fernando VI (1746-1759) y desarrolladas principalmente por Carlos III (1759-1788). Los objetivos fueron, básicamente, recuperar la hegemonía económica y militar de España, y explotar y defender mejor los recursos coloniales.

Hay que señalar el excesivo poder que habían adquirido la aristocracia criolla y el clero, quienes se atrevían a desafiar las disposiciones reales que llegaban al Virreinato del Perú. Felipe V y Carlos III, emprendieron la colosal tarea de renovar la vieja estructura colonial que habían dejado los Habsburgo.

La administración colonial se había quedado desfasada y estaba corrompida. Los Borbones intentan aplicar una política centralista y recuperar el control a través de:

– Creación de la Secretaría de Indias, sustituyendo así las funciones del Consejo de Indias. Carlos III en 1787 la dividió en dos secretarías y Carlos IV en 1790 las eliminó y  distribuyó sus funciones entre las 5 secretarías españolas ya existentes con anterioridad, con lo que se unifica la administración de todos sus reinos. – Creación del Virreinato de Nueva Granada (1739) y de río de Plata. – Se desarrollaron las visitas y los juicios de residencia (revisión a la que se sometía a cualquier cargo público). – Las intendencias se establecieron progresivamente en América, y con sus amplias funciones, contribuyeron a la uniformidad administrativa y a la mejora de la organización fiscal. – Traslado de la Casa de Contratación a Cádiz (1717), perdiendo parte de sus competencias. Cádiz mantuvo el monopolio comercial con las Indias hasta 1765. – Libertad de comercio entre los puertos españoles y las colonias de forma gradual entre 1765 y 1780.


18.- 3.9. Sociedad, economía y cultura del siglo XVIII.

En el siglo XVIII, la economía española enfrentó limitaciones debido a la falta de competencia, problemas en la propiedad de la tierra y resistencia al cambio. En la agricultura, se intentaron medidas como el reparto de tierras comunales en Extremadura y la reducción de los privilegios de la Mesta, pero no se implementó la Ley Agraria de Jovellanos. En cuanto a la industria, se fomentó con políticas proteccionistas, Reales Fábricas y se rompió el monopolio de los gremios. El comercio se liberalizó gradualmente con medidas como la abolición del monopolio de la Casa de Contratación y la implementación de nuevas políticas comerciales.

Este período marcó el auge económico de Cataluña, impulsado por la orientación de la agricultura al mercado, el crecimiento de su industria textil y el comercio exterior. Por otro lado, La Ilustración, influyó significativamente en las reformas de Carlos III, promovió el uso de la razón, la educación y la dirección hacia el progreso. Se difundió a través de academias, sociedades económicas y nuevas instituciones educativas, contando con figuras destacadas como Jovellanos y Feijoo.

El despotismo ilustrado, una corriente política predominante, buscaba reformar sin alterar el sistema del Antiguo Régimen, con Carlos III como su representante más notable. A pesar de sus esfuerzos por modernizar, enfrentó oposición, evidenciada en el motín de Esquilache en 1766, desencadenado por sus reformas urbanísticas impopulares y su mal gestión ante los cambios económicos.

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