La Romanización de Hispania
La romanización fue un proceso complejo mediante el cual los pueblos autóctonos de la península Ibérica asimilaron los aspectos fundamentales de la cultura y las formas de vida romanas. Este proceso se desarrolló en paralelo a la conquista y urbanización del territorio, iniciándose en la zona oriental y meridional de la península y extendiéndose posteriormente al conjunto de los territorios conquistados. Entre los siglos I y II d.C., este proceso impulsó el crecimiento de grandes ciudades. Hispania aportó a la cultura del Imperio figuras significativas como el filósofo Séneca, o los emperadores Trajano y Adriano.
La Monarquía Visigoda
Los visigodos, un pueblo germano asentado en la Galia, tras ser derrotados por los francos a principios del siglo VI, se instalaron en la península Ibérica, donde crearon el reino visigodo de Toledo. Leovigildo, el primer rey en ceñir una corona, fundamentó el Estado en el derecho romano, favoreció los matrimonios mixtos entre visigodos e hispano-romanos, y buscó la unidad religiosa, aunque sin éxito. La unidad religiosa se logró bajo el reinado de su hijo Recaredo, quien se convirtió al catolicismo en el III Concilio de Toledo. Posteriormente, Chindasvinto y Recesvinto compendiaron la legislación en el Fuero Juzgo. La sociedad visigoda era esencialmente rural, donde la posesión de la tierra, concentrada en manos de la nobleza, determinaba la riqueza. Abundaban también los esclavos y siervos. El siglo VIII marcó una etapa de decadencia y descomposición, con frecuentes luchas dinásticas. La lucha entre Don Rodrigo y los herederos del rey Witiza facilitó la entrada de los musulmanes en la batalla de Guadalete en el año 711, lo que supuso el fin del reino visigodo.
Al-Ándalus: Principales Etapas de su Historia
Con la invasión musulmana del año 711, gran parte de la Hispania visigoda quedó bajo la influencia del Islam, dando origen al Emirato Dependiente de Damasco, que duró hasta el 754. En el año 722, la batalla de Covadonga, en Asturias, marcó el inicio de la expansión cristiana hacia el sur.
El Emirato Independiente
En el año 750, Abderramán I tomó el poder, logrando la independencia política de Bagdad. Mejoró la administración, los impuestos, creó un ejército de mercenarios y realizó incursiones contra los reinos cristianos del norte en busca de botín.
El Califato de Córdoba
En el año 929, Abderramán III se proclamó califa, consolidando la independencia de Al-Ándalus del califato abasí. Almanzor, visir de Hisham II, acumuló el poder político y militar. Tras su muerte, Al-Ándalus entró en crisis y se fragmentó en pequeños estados conocidos como taifas.
Los Reinos Taifas, Almorávides y Almohades
La desintegración del califato dio lugar a la aparición de una veintena de estados independientes llamados taifas. Ante la amenaza cristiana, los taifas pidieron ayuda a los almorávides. A pesar de la derrota cristiana en Sagrajas, no pudieron detener la expansión cristiana, y Al-Ándalus se fragmentó nuevamente en los segundos reinos de taifas, que caerían ante los almohades, dando lugar a los efímeros terceros reinos taifas, que desaparecieron en la primera mitad del siglo XIII. Solo resistió el sultanato nazarí de Granada.
Los Reyes Católicos
El matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón en 1469 y su posterior ascenso al trono supuso la creación de la Monarquía Hispánica, que englobó las coronas de Castilla y Aragón, aunque sin unificarlas políticamente. Tras la muerte de Enrique IV, se desató una guerra dinástica que culminó con la victoria de Isabel en la batalla de Toro (1474), consolidándola como reina y uniendo los dos reinos más importantes de la península. El nuevo Estado no tuvo instituciones comunes, y cada reino conservó sus leyes y particularidades. El reino nazarí de Granada, asediado entre 1489 y 1492, se rindió el 2 de enero de 1492. Navarra, tras la excomunión de su rey, fue ocupada por Fernando en 1512 e incorporada a Castilla en 1516.
La Guerra de la Independencia: Causas, Desarrollo y Consecuencias
El antecedente inmediato de la Guerra de la Independencia se sitúa en el reinado de Carlos IV (1788). Tras la Revolución Francesa, el miedo a su influencia llevó a una política represiva. Godoy, en el poder, unió a España a las monarquías absolutas contra Francia en la Guerra de Convención, y luego a alianzas desfavorables contra Inglaterra, como la derrota en Trafalgar. La crisis económica y el descontento social llevaron a la impopularidad de Godoy y Carlos IV, y a conspiraciones para que el rey abdicara en su hijo Fernando VII.
Causas
Napoleón presionó a Godoy para que permitiera el paso de tropas francesas a cambio de El Algarve, firmando el Tratado de Fontainebleau (1807). Este acuerdo facilitó la invasión de la Península, desencadenando la Guerra de la Independencia (1808-1814). En 1808, las tropas napoleónicas entraron en España. El Motín de Aranjuez forzó la abdicación de Carlos IV en Fernando VII. Napoleón los convocó a Bayona, donde se produjeron las Abdicaciones de Bayona, dejando el trono a su hermano José. Se formaron Juntas Provinciales para la resistencia, y el 2 de mayo de 1808, el pueblo de Madrid se levantó contra los franceses.
Desarrollo y Etapas de la Guerra
- Etapa de ocupación y levantamiento (1808): Despliegue francés, resistencia en Zaragoza y la victoria española en Bailén.
- Etapa de hegemonía francesa (1808-1812): Napoleón ocupa la mayor parte de la Península. Resistencia en Cádiz y uso de tácticas de guerrilla.
- Etapa ofensiva final hispano-luso-inglesa (1812-1814): Derrotas francesas, victorias del duque de Wellington y retirada francesa tras el Tratado de Valençay.
Consecuencias
- Internas: Demográficas (500.000 muertos), económicas (devastación agrícola e industrial), financieras (bancarrota), materiales (destrucción de ciudades y patrimonio) y políticas (exilio de afrancesados, restauración del absolutismo).
- Internacionales: Disminución del prestigio militar francés, impacto en el bloqueo francés e independencia americana.
Las Cortes de Cádiz
Las Abdicaciones de Bayona llevaron a la creación de Juntas Provinciales y la Junta Suprema Central, que se instaló en Cádiz. Esta transfirió su autoridad a una Regencia, que convocó Cortes unicamerales en 1810, iniciando un proceso revolucionario liberal. Surgieron tres corrientes: absolutistas, liberales y jovellanistas. Las Cortes aprobaron la Constitución de 1812, que rompió con el Antiguo Régimen.
La Constitución de 1812 estableció la soberanía nacional, la división de poderes y algunos derechos individuales. España seguía siendo un Estado confesional católico.
Principales Características
- Sufragio universal masculino indirecto.
- División de poderes: Legislativo (unicameral), Ejecutivo (rey con ministros responsables) y Judicial (tribunales).
- Monarquía constitucional hereditaria.
- Igualdad legal y fin de los privilegios estamentales.
- Derechos individuales: educación, propiedad, inviolabilidad del domicilio y libertad de imprenta.
- Milicia Nacional y escuelas primarias.
Balance
La Constitución fue un primer intento de eliminar el Antiguo Régimen. Fue derogada en 1814, vigente en el Trienio Liberal (1820-23) y brevemente en 1836-1837.
Reformas Liberales
- Abolición de los señoríos.
- Supresión de la Inquisición.
- Desamortización de tierras.
- Eliminación de gremios y libertad de trabajo, industria y comercio.
- Abolición de la Mesta.
El Reinado de Fernando VII
Sexenio Absolutista
Tras la derrota de Napoleón, Fernando VII restauró el absolutismo con el Decreto de 4 de mayo de 1814, anulando la Constitución de 1812. La crisis económica persistió debido a la devastación agrícola, el déficit de la Hacienda, la emancipación de América y la crisis de la industria textil. Hubo varios intentos de golpe de Estado liberal.
Trienio Liberal
El pronunciamiento de Riego en 1820 restauró la Constitución de 1812. El período fue breve debido a la oposición de Fernando VII, la resistencia absolutista, el descontento campesino y las divisiones entre liberales (moderados y exaltados). En 1823, la Santa Alianza intervino, restaurando el absolutismo.
Tras el Trienio Liberal, Fernando VII inició la Década Ominosa, con represión contra los liberales. El rey intentó reformas administrativas, pero fracasó, enfrentando oposición liberal y carlista. En 1830, nació Isabel, y Fernando VII aprobó la Pragmática Sanción para que ella heredara el trono, dividiendo a los absolutistas entre carlistas e isabelinos.
La Independencia de la América Española
Entre 1810 y 1824, España perdió casi todo su imperio colonial en América. Las causas fueron el descontento criollo, la política comercial restrictiva, la debilidad de España, y el apoyo de Reino Unido y Estados Unidos. El proceso tuvo dos etapas: 1810-1814 (formación de Juntas) y 1815-1824 (campañas militares de Bolívar y San Martín).