Historia de Europa: De la Guerra de Sucesión a las Revoluciones del Siglo XIX

La Guerra de Sucesión Española (1701-1714)

Felipe V solo pudo hacerse con la corona española después de un duro enfrentamiento. El conflicto europeo se debió a que algunas potencias, como Gran Bretaña, las Provincias Unidas y el Sacro Imperio Romano Germánico, temían que, al reinar la Casa de Borbón en Francia y en España, los dos reinos se uniesen. Para evitar esta alteración del equilibrio europeo proponían como rey al Archiduque Carlos de Austria, que también tenía derechos al trono español.

El conflicto derivó en una guerra civil que enfrentó a los territorios de Castilla, que reconocían a Felipe V, con los de la Corona de Aragón, que apoyaban a Carlos porque temían que los Borbones impusieran el modelo absolutista de Francia.

La guerra acabó con la Paz de Utrecht, un conjunto de tratados que llegaban a un acuerdo:

  • Felipe V era rey de España, pero tenía que renunciar a sus derechos sobre el trono francés y también a todas las posesiones europeas de la Corona Española.
  • Carlos, que ya era emperador de Austria, recibía como compensación los Países Bajos, Milán, Cerdeña y Nápoles.
  • Gran Bretaña obtenía las plazas de Gibraltar y Menorca, y ventajas comerciales en América.

La Crisis del Reinado de Carlos IV (1788-1808)

Carlos IV accedió al trono un año antes de que en Francia estallara la Revolución. Esto marcó todo su reinado, aunque sus muchos problemas fueron por causas internas.

Política Interior

La política interior estuvo condicionada por el nombramiento como primer ministro de Godoy. Las reformas impuestas por él, disgustaron a las clases dirigentes que se agruparon en torno a Fernando, hijo de Carlos, con quien hicieron causa contra el favorito del rey. En 1808 tuvo lugar el Motín de Aranjuez, las clases populares asaltaron el palacio real y obligaron a Carlos IV a destituir a Godoy y abdicar en su hijo Fernando VII.

Política Exterior

La política exterior se desarrolló de forma compleja. Tras la ejecución de Luis XVI por los revolucionarios franceses, España declaró la guerra a Francia. Esta guerra acabó en la Paz de Basilea. El Pacto de San Ildefonso renovó la tradicional alianza de España con Francia y contra Gran Bretaña, que se consolidó con la subida al poder de Napoleón, cuya voluntad general dirigió la política exterior de España. En esto, en la Guerra de las Naranjas el ejército español invadió Portugal, enemigo de Napoleón. Una consecuencia de gran importancia de estas alianzas fue la derrota naval hispanofrancesa en Trafalgar, dirigida por el almirante Nelson. Esta derrota fue decisiva para el declive marítimo español.

La Revolución Francesa (1789-1799)

Los acontecimientos que tenían lugar en Francia aterrorizaron a los monarcas europeos, que vieron peligrar sus tronos, por lo que organizaron una coalición contra los revolucionarios franceses. Luis XVI, a pesar de haber jurado la Constitución, intentó huir para reunirse con las tropas prusianas que invadían Francia, pero fue descubierto y acusado de traición. El pueblo atacó el palacio y la familia real fue apresada. Nacía así la Primera República Francesa.

El gobierno fue asumido por una Convención formada por diversos grupos políticos, entre estos destacaban:

  • Los Jacobinos: Apoyados por la burguesía media y baja, estaban muy identificados con las clases populares revolucionarias. Sus líderes eran Robespierre, Danton y Marat.
  • Los Girondinos: Representaban a la alta burguesía, y habían colaborado con la monarquía constitucional de Luis XVI.

En un principio, se impusieron los Girondinos. La Convención juzgó a Luis XVI y murió guillotinado en 1793. En este año, los Jacobinos pasaron a controlar la Convención con el apoyo de los sans-culottes.

La Convención Jacobina (1793-1794)

La Convención Jacobina creó un Comité de Salud Pública, dirigido por Robespierre, que se convirtió en un dictador. El periodo duró un año y se caracterizó por:

  • El protagonismo de las clases populares: El entendimiento entre Robespierre y los sans-culottes dio paso a una república democrática y social dirigida por el cuarto estado.
  • El Terror: Que dio nombre a este periodo por el alto número de ejecuciones en la guillotina de girondinos, monárquicos, y algunos jacobinos.
  • La radicalización: Se pretendía una ruptura con el pasado. Se cerraron iglesias, se sustituyó el calendario cristiano por uno revolucionario y se impuso el culto a la razón.

También, durante el periodo jacobino se redactó una constitución republicana que reconocía el sufragio universal, a la vez que se organizaba las defensas del país ante una invasión.

La Convención Termidoriana (1794-1795)

El Golpe de Termidor provocó la caída de Robespierre. Él fue ejecutado, y los moderados se hicieron de nuevo con el poder. El periodo durante el cual dirigieron la asamblea se llama Convención Termidoriana. Una nueva constitución repartió el poder legislativo entre dos cámaras, y el poder ejecutivo lo dirigió el Directorio, un órgano formado por 5 miembros.

El Directorio (1795-1799)

Durante este periodo se llevó a cabo una dura represión de los radicales conocida como Terror Blanco. Para mantener el orden público, el Directorio dependía cada vez más del ejército. Además la guerra defensiva había pasado a una fase ofensiva, en la que las tropas francesas obtenían grandes victorias sobre las coaliciones que seguían organizando los monarcas europeos.

Las Oleadas Revolucionarias

Las Revoluciones de los años 20

A principios de la década de 1820 se produjeron los primeros ataques al sistema de la Restauración, impulsados por el liberalismo y por el nacionalismo:

  • De carácter liberal fueron los levantamientos que estallaron en diferentes puntos de Europa, contra el absolutismo y en defensa de la constitución. La Santa Alianza actuó para reprimirlas y todas acabaron fracasando.
  • De carácter nacionalista fueron la insurrección de los griegos contra los turcos a principios del siglo XIX. Tras una sangrienta y larga guerra Grecia obtuvo su independencia.

Las Revoluciones de los años 30

En 1830 hubo otra revolución. El motivo fue la decisión del rey Carlos X de suspender la Carta Otorgada de su antecesor, Luis XVIII. Durante las Tres Gloriosas el pueblo reclamó el fin de los Borbones. Carlos X abdicó, ya que temía correr la misma suerte de Luis XVI. La Restauración había terminado. Luis Felipe de Orleans fue nombrado rey de los franceses. Aunque solo se limitó a restablecer la Carta Otorgada y a algunos gestos de carácter simbólico. Sin embargo, los obreros y la pequeña burguesía seguían sin ver reconocidos sus derechos.

También hubo movimientos liberales en otros países, como Italia o Polonia. Pero el único éxito duradero fue la independencia de Bélgica, que se separó de los Países Bajos.

Las Revoluciones de 1848 en Francia

Luis Felipe de Orleans favoreció los intereses económicos de la burguesía, pero no dio satisfacción a todas las demandas liberales. A esto se unió el malestar producido por los altos precios, consecuencia de las malas cosechas. El resultado fueron dos movimientos revolucionarios:

  • En la Revolución de Febrero: Lograron la abdicación de Luis Felipe y proclamaron la Segunda República, convocaron una Asamblea Constituyente y consiguieron el sufragio universal masculino.
  • En las barricadas de Junio: El pueblo exigió mejoras en las condiciones de vida y trabajo, pero fue reprimido.

En las elecciones convocadas para la presidencia de la Segunda República resultó elegido Luis Napoleón. Él se nombró presidente vitalicio y en 1852 se proclamó emperador. Francia pasó de la Segunda República al Segundo Imperio.

Las Revoluciones de 1848 en el resto de Europa

Los sucesos de Francia provocaron una oleada de revoluciones en Europa impulsada por dos factores:

  • Los partidos demócratas, que pedían el sufragio universal y las libertades de asociación, expresión y prensa.
  • Los movimientos nacionalistas. Tuvieron tanta fuerza que se les llamó la Primavera de los Pueblos.

Ninguna de ellas triunfó pero son consideradas el origen de los éxitos posteriores. Los más importantes fueron:

  • En Italia: Los territorios de Lombardía y Véneto, bajo mandato del emperador de Austria, se sublevaron. El Papa huyó de Roma, donde el revolucionario Mazzini proclamó una república. El nacionalismo italiano fue aplastado.
  • En Alemania: Nación dividida en 38 estados, los revolucionarios se reunieron en el Parlamento de Fráncfort, y proclamaron un estado alemán. La corona se ofreció al rey de Prusia, quien la rechazó. La revolución fue sofocada.
  • Tampoco consiguieron el triunfo rebeliones como las de Polonia o Hungría.

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