La Prehistoria
La prehistoria comprende un largísimo periodo de tiempo que abarca desde la aparición del ser humano hasta la invención de la escritura.
La Edad de Piedra
La Edad de Piedra se divide en dos periodos: Paleolítico y Neolítico.
Paleolítico
Durante este periodo el ser humano era nómada y depredador, se alimentaba de los frutos que recolectaba, de la pesca y de la caza. Vivía al aire libre en chozas realizadas con pieles de animales o en cuevas. Se organizaba en pequeños grupos (tribus) y aprendió a dominar el fuego.
Neolítico
Durante el Neolítico se pasó de una economía depredadora a otra productora. Este proceso tuvo lugar en la zona del Creciente Fértil.
Los cambios e innovaciones más destacados fueron:
- La aparición de la agricultura y la ganadería
- El uso de nuevas técnicas
- El ser humano se hizo sedentario
La Edad Antigua
La Edad Antigua se inicia con la aparición de la escritura y finaliza con la caída del Imperio Romano de Occidente.
Las Civilizaciones Urbanas
Son aquellas en las que se desarrolló por primera vez la ciudad. Este acontecimiento tuvo lugar a lo largo del cuarto milenio en Egipto y Mesopotamia. El paso de aldea a la ciudad se denomina revolución urbana y
se caracteriza por estos rasgos:
- Una producción agrícola abundante
- Una sociedad muy jerarquizada
- Una organización política y administrativa
- Una cultura muy avanzada
- Un arte de carácter oficial
Las Civilizaciones Clásicas
Se consideran civilizaciones clásicas a la griega y a la romana.
Las principales características son las siguientes:
- Grecia se organizaba en polis o ciudades-estado independientes.
- En el ámbito político, Atenas destacó por la creación de la democracia.
- La sociedad se dividía en grupos con diferentes derechos y obligaciones.
- En el ámbito económico destacaron la artesanía y el comercio, impulsado por la moneda.
- Tanto la civilización griega como la romana realizaron importantes aportaciones culturales.
La Edad Media
Abarca un periodo de tiempo que se extiende desde el siglo V hasta el siglo XV, y se vio fragmentado entre la aparición de tres grandes civilizaciones: el Imperio Bizantino, el Islam y la Europa Occidental cristiana.
El Imperio Bizantino
Surgió como consecuencia de la división del Imperio Romano en dos unidades políticas: el Imperio de Oriente y el de Occidente. El Imperio de Oriente, que rechazó las invasiones de los bárbaros, se constituyó como Imperio Bizantino, con capital en Constantinopla.
El Islam
Palabra que significa “sumisión a Dios”, es una religión monoteísta fundada por Mahoma, que se extendió rápidamente desde la península arábiga hasta la península ibérica por occidente.
Los principales rasgos son:
- Una próspera economía
- Una sociedad estructurada por diferencias religiosas y económicas
- El poder político estaba centralizado en la persona del califa
- En el ámbito cultural, los musulmanes fueron transmisores de avances técnicos
- El arte se caracterizaba en arquitectura por el uso de diversos tipos de arcos y bóvedas.
Europa Occidental
Tras la caída del Imperio Romano, los pueblos germánicos ocuparon gran parte de Europa Occidental y crearon diferentes reinos: franco, visigodo, etc. A partir del siglo X y hasta el siglo XIII se desarrolló en gran parte de Europa el feudalismo.
Los pilares del feudalismo fueron:
- Las relaciones de vasallaje: una persona libre se vinculaba a otra de mayor categoría mediante un juramento de fidelidad.
- Una economía rural que giraba en torno al feudo, un territorio que el señor otorgaba a su vasallo a cambio de servicios.
- La sociedad feudal estaba organizada en grupos sociales cerrados o estamentos: nobleza, clero y campesinado.
A partir del siglo XI surgieron las ciudades o burgos, que se especializaron en el comercio y la artesanía.
La Baja Edad Media
Es una etapa de transición hacia el mundo moderno,
caracterizada por estos rasgos:
- Se produjo un importante descenso demográfico, causado por una serie de malas cosechas y la peste negra.
- En la economía tuvo lugar una crisis que hizo bajar los precios de los productos agrícolas.
- En el terreno político, estos siglos supusieron la crisis del régimen feudal y el fortalecimiento de las monarquías.
La Edad Moderna
En la segunda mitad del siglo XV comenzó un nuevo periodo histórico denominado Edad Moderna.
Los acontecimientos que marcaron su inicio fueron:
- La caída de Constantinopla en manos de los turcos otomanos (1453)
- La difusión de la imprenta en Europa (a partir de 1450)
- El descubrimiento del Nuevo Mundo (el continente americano) por Cristóbal Colón en 1492.
Los Descubrimientos Geográficos
A comienzos de la Edad Moderna, una serie de descubrimientos geográficos ampliaron el mundo conocido.
Algunas de las causas fueron:
- La necesidad de los europeos de encontrar una nueva ruta para llegar a Asia y comerciar con especias.
- La búsqueda de oro y metales preciosos.
- Los avances técnicos: el uso generalizado de la brújula, el astrolabio y la cartografía.
- El espíritu aventurero y el afán de enriquecimiento.
- La existencia de dos monarquías con gran tradición marinera: Portugal y Castilla.
Una Época de Cambios
Durante la Edad Moderna se
produjeron en Europa importantes cambios:
- En la economía nació el capitalismo, un sistema basado en la propiedad privada de los medios de producción y la búsqueda del beneficio.
- La sociedad seguía siendo estamental, pero la burguesía, enriquecida con los negocios, adquirió mayor importancia. La nobleza mantuvo sus privilegios, mientras que el campesinado empezó a liberarse de la servidumbre.
- En política, las monarquías de Europa Occidental evolucionaron hacia la monarquía autoritaria, basada en la unificación territorial, el aumento del poder político del rey, la creación de un ejército mercenario, el control de la administración y la utilización de la diplomacia para resolver conflictos.
- En el ámbito del pensamiento, el teocentrismo medieval (Dios como centro del universo) dio paso al antropocentrismo (el ser humano como centro del universo).
- En el terreno religioso surgió la Reforma protestante, iniciada por Martín Lutero en 1517, que dividió a la cristiandad occidental.
El Imperio Hispánico
Carlos I
Reunió un gran imperio formado por la herencia de las Coronas de Castilla y Aragón, los territorios americanos, el Franco Condado, los Países Bajos y el Sacro Imperio Romano Germánico. En su reinado surgieron importantes conflictos. Entre los problemas internos se encuentran las revueltas de las Comunidades de Castilla (1520-1522) y de las Germanías de Valencia (1519-1523), sofocadas por el ejército real. En política exterior, Carlos I se enfrentó a Francia por el dominio de la península italiana (Francia, derrotada por Carlos I en la batalla de Pavía en 1525, cedió a España el ducado de Milán), contra los príncipes protestantes alemanes en la guerra de Esmalcalda (1546-1547) y contra el Imperio Turco por el dominio del Mediterráneo.
Felipe II
Hijo y sucesor de Carlos I, Felipe II era señor de importantes territorios en Europa: España, los Países Bajos, el Franco Condado, el Milanesado y los territorios americanos. En 1580 se convirtió en rey de Portugal. Los problemas internos más graves fueron la rebelión de los moriscos de las Alpujarras (1568-1571) y la revuelta de Aragón (1591-1592). En el exterior se enfrentó a los turcos, a los que venció en la batalla de Lepanto (1571), a Inglaterra en la guerra anglo-española (1585-1604) y a los rebeldes protestantes de los Países Bajos en la guerra de Flandes (1568-1648).
El Siglo XVII
Durante el siglo XVII se
produjeron diversas transformaciones:
- Europa atravesó una crisis demográfica y económica debido a las guerras, las epidemias y las malas cosechas.
- La sociedad permanecía dividida en estamentos, pero la burguesía continuó ascendiendo social y económicamente.
- En la economía destaca la creación de manufacturas reales, protegidas por el Estado, y el desarrollo del mercantilismo.
- En política, el monarca autoritario dio paso al monarca absoluto, que concentraba todos los poderes del Estado en su persona.
El siglo XVII en España fue un periodo de decadencia política, económica y social bajo el reinado de los últimos Austrias (Felipe III, Felipe IV y Carlos II), que con frecuencia cedieron el poder a sus validos.
La política exterior estuvo marcada por la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), originada por las luchas entre católicos y protestantes en el Sacro Imperio Romano Germánico, que finalizó en 1648 con la Paz de Westfalia.