Historia de la Transición Española: De la Dictadura a la Democracia

La Transición Española: De la Dictadura a la Democracia

La Transición es el proceso por el que España pasó de una dictadura a una democracia. Comenzó en 1975 con la muerte de Franco y la proclamación de Juan Carlos I como rey de España. Fue un cambio de régimen político gradual, pacífico y basado en el acuerdo de las principales fuerzas políticas franquistas y la oposición democrática. Los inmovilistas del régimen y la extrema izquierda estuvieron en contra, pero la transición no se hubiera realizado sin la movilización popular, convirtiéndose en un modelo de referencia para otros países que querían salir de una dictadura. España conoció tres presidentes de gobierno y un intento de golpe de estado.

El Reinado de Juan Carlos I y el Gobierno de Arias Navarro

El 20 de noviembre de 1975, Arias Navarro comunicó a la nación la muerte de Franco. Dos días después, Juan Carlos I fue proclamado rey. Éste pretendía alcanzar la democracia utilizando los cauces legales de la dictadura. Paralelamente, se configuraron tres líneas de actuación política: la reformista (la que triunfó gracias al apoyo del rey), la rupturista (que quería romper con el franquismo) y la inmovilista (los franquistas que querían que todo siguiera igual). En diciembre de 1975, Juan Carlos I nombró su primer gobierno presidido por Arias Navarro. Transmitían la imagen de que nada iba a cambiar; era un gobierno homogéneo, pero Arias fue incapaz de realizar la reforma política.

La Movilización Popular y la Coordinación Democrática

Entre tanto, las fuerzas antifranquistas promovieron movilizaciones populares. Hubo conflictos, especialmente los sucesos de la huelga general en Vitoria. Los inmovilistas solo aceptaban la continuidad del régimen. Hay que situar en este contexto el asesinato de varios estudiantes en manifestaciones o los sucesos de Montejurra. Con todo esto, la oposición se unió en la llamada Coordinación Democrática, conocida como Platajunta, que buscaba la ruptura con la dictadura y el establecimiento de la democracia.

El Gobierno de Adolfo Suárez y la Reforma Política

La inviabilidad del continuismo de Arias dio fuerza a la línea reformista impulsada por el rey. El monarca había colocado a Torcuato Fernández-Miranda como presidente de las Cortes franquistas. Tras la dimisión de Arias, se formó el segundo gobierno con Adolfo Suárez. En su primera etapa en el gobierno, realizó la Ley para la Reforma Política. Tenían que conseguir que las Cortes franquistas votaran para su propia disolución, lo que finalmente consiguieron. Suárez habló con la oposición democrática para conseguir que aceptaran las reformas, estableciendo una “ruptura pactada”, a cambio de establecer una democracia plena. Tras la aprobación de dicha Ley, se prepararon para la convocatoria de elecciones generales, que permitieron la libertad sindical, la legalización de los partidos políticos y una amplia amnistía. Las principales amenazas provenían de la extrema izquierda (FRAP, GRAPO, ETA) y de la extrema derecha.

Las Primeras Elecciones Democráticas y el Gobierno de Suárez

En 1977, los partidos de la izquierda se prepararon para la celebración de elecciones. Manuel Fraga creó Alianza Popular, y desde el gobierno se creó la Unión de Centro Democrático (UCD). El 15 de junio de 1977 se celebraron las primeras elecciones democráticas, en las que venció la UCD. Tras las elecciones, Suárez formó el primer gobierno democrático, comenzando la segunda etapa de su gobierno, con tres tareas principales: resolver la crisis económica, la definición del modelo de Estado y la elaboración de una Constitución. Los Pactos de la Moncloa permitieron poner en marcha un programa de ajuste económico para corregir los desequilibrios. Respecto al reconocimiento de las autonomías, obligó al gobierno a imponer la reforma administrativa y territorial del país. La primera preautonomía fue la catalana. En el País Vasco se reestableció el Consejo General Vasco y en Galicia se creó una Xunta provisional. Las fuerzas políticas crearon una Constitución que instaurara un nuevo tipo de Estado, y tras largos meses de debates y discusiones fue aprobada por las Cortes en 1978. Tras ello, fue sometida a la ratificación popular en referéndum. La Constitución determinó la aconfesionalidad del Estado. Aprobada ésta, se disolvieron las Cortes a fines de 1978. Las nuevas elecciones generales se celebraron en marzo de 1979 y con ello se abrió el periodo de la consolidación democrática.

El Gobierno de la UCD y el Golpe de Estado del 23F

Durante el periodo de 1979 a 1982 se desarrolló el gobierno de la UCD. La UCD volvió a ganar las elecciones legislativas en 1979, pero en las municipales de abril del año siguiente fracasaron. Por otra parte, Adolfo Suárez acabó encerrándose en La Moncloa y perdió parte de su popularidad. En enero de 1981, presentó la dimisión como presidente del gobierno. El gobierno se reunió para votar a su sucesor, Leopoldo Calvo-Sotelo, que no obtuvo la votación suficiente. El 23 de febrero, el Congreso se volvió a reunir para una segunda votación. En ese momento, la Guardia Civil, al mando del Teniente Coronel Tejero, interrumpió la sesión y mantuvo secuestrados a los diputados, iniciándose así el golpe de estado del 23F. La actuación del rey y la colaboración de una parte importante de los altos mandos del Ejército, la Guardia Civil y la Policía Nacional lograron parar el golpe. Parecía volver la normalidad; sin embargo, el nuevo presidente del gobierno, Calvo-Sotelo, no pudo mantener la unidad del partido. Calvo-Sotelo disolvió las Cortes y convocó elecciones generales para octubre del mismo año.

El Gobierno del PSOE y la Consolidación Democrática

La victoria del PSOE en octubre de 1982 fue espectacular, presidido por Felipe González. En estos mandatos distinguimos dos etapas: la primera abarca las dos primeras legislaturas en las que el PSOE gobernó con mayoría absoluta, aplicó una serie de reformas y el “Estado del Bienestar”. La segunda fase, en la que se observa un deterioro, una crispación social y política y pérdida progresiva del apoyo popular, hasta perder el gobierno. El cambio socialista se concretó en un amplio programa de reformas. Para reactivar la economía se tomaron medidas dirigidas a garantizar la estabilidad financiera mediante la reconversión bancaria, reducir la inflación y estimular la inversión privada. La reconversión industrial fue un proceso de adaptación de los sectores productivos a las exigencias del mercado internacional y del ingreso en la CEE. Las reformas económicas estuvieron acompañadas de reformas sociales, encaminadas a crear el Estado del Bienestar. Destacamos la reforma educativa, se universalizó la asistencia sanitaria gratuita, se ampliaron las prestaciones por desempleo y se estableció un sistema de pensiones. Todo esto hizo precisa una reforma fiscal. Dentro del programa de modernización destaca el avance de la secularización y del laicismo. El tema autonómico estaba prácticamente cerrado cuando el PSOE llegó al poder. Otro asunto importante era la reforma militar, pues no habían desaparecido los riesgos golpistas. En política exterior, la plena integración de España en la Comunidad Económica Europea era uno de los objetivos prioritarios del programa socialista. Con respecto a la permanencia de España en la OTAN, los socialistas habían sido contrarios a la entrada de España en ésta. Sin embargo, Felipe González sometió la cuestión a referéndum. La participación fue baja y el resultado a favor de que permaneciera. Sin embargo, a finales de los 80, todo empeoraba, las reformas habían supuesto un deterioro y los sindicatos convocaron una huelga general. Por otro lado, ETA propició el Pacto de Ajuria Enea. La segunda etapa se inicia con las elecciones generales de 1989, en las que el PSOE consiguió su mayoría absoluta otra vez. Comienza su tercera legislatura. En un clima de crisis económica, corruptelas y otros escándalos, González disuelve el parlamento y convoca elecciones generales para el 6 de junio de 1993. Lo más importante de esta etapa es la bajada del PSOE y la subida del PP. De nuevo, González inicia su cuarta legislatura optando por una alianza con CiU. De nuevo, escándalos, etc., obligan a González a convocar elecciones generales en 1996, que suponen un salto definitivo en la consolidación del sistema político democrático. Aznar fue elegido presidente, convirtiéndose en el cuarto presidente del gobierno de la democracia.

El Gobierno del PP y la Consolidación del Sistema Democrático

Esta primera legislatura del PP se caracterizó por: la privatización de empresas públicas, el intervencionismo en el sector de las comunicaciones, la convergencia económica con Europa y la política antiterrorista. El crecimiento económico, junto a otros factores, hicieron que el PP consiguiera mayoría absoluta en las elecciones del 2000.

Balance Final de la Transición

Como balance final, diremos que la Transición se desarrolló entre 1975 y 1982, que a partir de 1982 se inició un periodo de normalidad democrática en el que los partidos se han ido alternando en el gobierno. Durante el periodo de la nueva democracia constitucional, España ha dado un inmenso salto modernizador en su estructura política y económica y ha conseguido consolidar un Estado del Bienestar propio de los países industrializados avanzados. España es hoy una democracia plenamente homologable a los países de su entorno. Después de la aprobación de la Constitución de 1978, la sociedad ha conocido uno de los periodos más dilatados de estabilidad e institucionalización. La crisis desatada en 2008 frenó ese crecimiento. En definitiva, en su conjunto, si contemplamos la transición democrática y la dinámica de cambios sociales y económicos, no pueden negarse los logros. Los resultados de la transición económica pueden ser valorados positivamente, habiendo conducido a uno de los periodos más fructíferos y dinámicos de la historia.

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