Historia del Estatuto de Autonomía del País Vasco durante la Segunda República

El País Vasco durante la Segunda República

La Segunda República, que se proclamó primero en Eibar, fue la primera democracia española y la primera en la que se planteó la autonomía vasca. Sin embargo, el contexto de crisis de la democracia y auge del fascismo dificultó su desarrollo. El pluralismo político-social vasco se extendía por todos los territorios, manifestándose en la formación de tres bloques políticos que competían en las elecciones: la derecha (carlistas, monárquicos y católicos), la izquierda (PSOE, partidos republicanos y PCE) y el PNV, un partido de centro con origen en la derecha, que se convirtió en la mayor fuerza política del País Vasco bajo el liderazgo de José Antonio Agirre.

Historia del Primer Estatuto Vasco de Autonomía

Las dos cuestiones claves en la vida política vasca durante la República eran la autonomía y la religión.

El nacimiento del régimen republicano y el federalismo

El nacimiento del régimen republicano cambió la política española, convirtiendo el estado en federal. Los nacionalistas vascos reivindicaban su derecho a una autonomía y a una entidad institucional propia. Para ello, había que romper con la causa foral, ya que la autonomía implicaba un poder que dependía del estado, pero con libertad sobre determinadas áreas delimitadas por un Estatuto, que hacía todo el territorio uniforme por igual.

El Estatuto de la SEV y el Movimiento de Alcaldes

Se creó el Movimiento de Alcaldes pro Estatuto Vasco, que apoyaba el proyecto de estatuto que llevaba a cabo la Sociedad General de Estatutos Vascos (SEV). Este proyecto requería la transformación de España en un Estado Federal. Se reunieron, convocados por algunos alcaldes del PNV de Bizkaia, representantes de Gipuzkoa, Álava y Navarra para ponerse de acuerdo con una propuesta soberanista y para proclamar una República Vasca federada. Sin embargo, esa reunión fue prohibida porque el PSOE creía que esa República Federal no era legítima en ese momento, por lo que los nacionalistas decidieron adoptar una postura gradualista siguiendo el ejemplo de los catalanes. El estatuto de la SEV permitió al Movimiento de Alcaldes hacer una consulta a vascos y navarros, que apoyaron el estatuto.

La Asamblea de Ayuntamientos de 1931 y el Proyecto de Estatuto

La asamblea de ayuntamientos se celebró el 14 de junio de 1931 en Navarra. En ese momento, el PNV tenía más concejales que el PSOE, de manera que el movimiento se quedó entre nacionalistas y carlistas. El proyecto de estatuto se aprobó, pero era muy poco democrático.

Se tomaba a España como una federación de estados autónomos dentro de la cual estaría el Estado Vasco (Bizkaia, Gipuzkoa, Álava y Navarra, pudiendo añadirse más territorios). Este estado se dividiría en zonas según el lenguaje, castellano o euskera. El sufragio para las asambleas era censitario, no pudiendo votar aquellos «inmigrantes» españoles que tuvieran menos de 10 años de residencia en Euskadi. De la misma forma, las relaciones entre Euskadi y la República Española tendrían poca relación, queriendo incluso desvincular la iglesia vasca de la española.

Aprobación de la Constitución de 1931 y el Estatuto de Estella

El proyecto de estatuto se aprobó gracias al apoyo de nacionalistas, carlistas y católicos independientes. En octubre de 1931 se aprobó la Constitución y esto hizo posible tramitar el Estatuto de Estella. España entonces pasaba a ser un estado integral abierto a las autonomías, pero lejos de lo que los nacionalistas querían.

Las Comisiones Gestoras y la Exclusión de Navarra

A la vez que entraba en vigor esta constitución, el gobierno de Azaña aprobó un decreto que regulaba el trámite del Estatuto Vasco y mandó crear un nuevo estatuto a las Comisiones Gestoras, para asegurar que el Estatuto fuera laico y republicano. La izquierda republicana y los socialistas aprobaron este proyecto y los nacionalistas lo aceptaron. Por el contrario, los carlistas y los católicos lo rechazaron por ser antirreligioso. Se separó a Navarra del proyecto, ya que en 1931 la asamblea de alcaldes aceptó el estatuto, pero Navarra lo rechazó.

El Nuevo Estatuto y el Acercamiento del PNV a la Izquierda

En 1933 se aprobó por mayoría en Bizkaia y Gipuzkoa, pero en Álava solo hubo un 47% de votos a favor. El nuevo estatuto recortaba las facultades autonómicas y era más democrático. Cuando llegó a las Cortes el Estatuto, el gobierno en España era de centro-derecha y Álava se apartó de esta autonomía. Como consecuencia, el PNV se acercó a las izquierdas.

El Estatuto de 1936 y la Guerra Civil

Hasta que no llegó al poder el Frente Popular, no se consiguió el objetivo del PNV, aliado con el gobierno, de aprobar el Estatuto, objetivo que se consiguió en 1936. Hubo un golpe militar de gran éxito en Navarra y casi toda Álava. Los carlistas se sumaron al ejército de Mola y Franco, pero el golpe de estado fracasó en Bizkaia y Gipuzkoa, quedándose con el poder los socialistas, las izquierdas republicanas y los anarquistas. El PNV entonces decidió apoyar a la República para ver si así conseguía el estatuto de autonomía, cosa imposible si triunfaba la derecha. Con el inicio de la Guerra Civil, no se paró el proyecto del Estatuto, aprobándose por fin el 1 de octubre de 1936, pero solo fue efectivo en Bizkaia y duró en vigor 9 meses.

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