Historia del Movimiento Obrero: Del Ludismo a la Crisis del 29

1. Los Inicios del Movimiento Obrero

Los comienzos del movimiento obrero estuvieron protagonizados por el ludismo, una respuesta a la introducción de máquinas en el trabajo. En este contexto, se desarrolló el asociacionismo obrero y en Gran Bretaña surgieron los primeros sindicatos. Uno de los más destacados fue el cartismo, que planteó una serie de peticiones recogidas en las «Cartas del Pueblo». Algunos de los precursores del movimiento obrero fueron Babeuf, Saint-Simon, Charles Fourier, Robert Owen y Proudhon.

2. Karl Marx y la Primera Internacional

Karl Marx consideraba que las relaciones de producción determinaban la organización social y que los propietarios de los medios de producción eran la clase dominante. Identificó diferentes modos de producción a lo largo de la historia: esclavista, feudal y capitalista. Para Marx, la solución a la explotación del hombre pasaba por la socialización de los medios de producción. En 1848, publicó el Manifiesto Comunista y participó en la fundación de la Primera Internacional.

Dentro de la Primera Internacional, convivían diferentes corrientes de pensamiento. Mijaíl Bakunin, con su filosofía anarquista, abogaba por la supresión del Estado. Tras fuertes discrepancias con Marx, fue expulsado de la organización. La Primera Internacional tenía como objetivos la unidad del proletariado, la abolición de la sociedad de clases, el derecho a la huelga, la acción política de la clase obrera, la abolición de la propiedad privada y la presión sobre los ejércitos.

3. El Surgimiento del Comunismo y la Revolución Rusa

El comunismo, basado en la doctrina marxista, se dividió en dos corrientes principales: una moderada, representada por Bernstein, y otra radical, liderada por Lenin. La Revolución Rusa de 1917 agudizó estas diferencias entre mencheviques (moderados) y bolcheviques (radicales), provocando la expulsión de los partidos socialistas moderados de la Internacional. Con la formación de la Tercera Internacional en 1919, Lenin consolidó la ruptura y se crearon partidos comunistas que defendían la ortodoxia leninista.

4. La Rusia Prerrevolucionaria

La Rusia de principios del siglo XX era una sociedad mayoritariamente agraria. Los cereales constituían la base de la alimentación y los campesinos trabajaban en latifundios controlados por la nobleza y los kulaks (campesinos adinerados). La industrialización, aunque limitada, se desarrolló con la construcción del Transiberiano y la inversión extranjera, concentrándose en industrias pesadas. Esto favoreció la formación de cinturones industriales, como el de Moscú, donde surgieron los primeros grupos obreros.

El Imperio Ruso era multiétnico, pero el zar Nicolás II impuso una política de rusificación forzosa que generó un gran malestar en zonas como el Cáucaso o Polonia. La oposición al régimen zarista se articuló en torno a diferentes partidos: el Partido Constitucional Demócrata (burguesía liberal), el Partido Socialista Revolucionario (campesinos), y el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (obreros e intelectuales), dividido a su vez en mencheviques (moderados, liderados por Kérensky) y bolcheviques (radicales, liderados por Lenin).

5. La Revolución de 1905

Diversos factores condujeron a la crisis de 1905: la derrota en la guerra ruso-japonesa, la presión de los sectores privilegiados, el descontento social, los movimientos independentistas y una grave crisis económica. En este contexto, el sacerdote Gapón encabezó una marcha pacífica de campesinos hacia el Palacio de Invierno para pedir reformas al zar. La respuesta fue una brutal represión conocida como el Domingo Sangriento.

Este evento desencadenó una oleada de protestas y revueltas. La sublevación del acorazado Potemkin se extendió a otros sectores del ejército y a los centros industriales, donde se organizaron los primeros soviets (consejos de trabajadores). El Soviet de San Petersburgo, liderado por Trotsky, jugó un papel destacado. Para calmar la situación, el zar promulgó el Manifiesto de Octubre, que introducía algunas libertades civiles, la creación de la Duma (parlamento) y el sufragio universal.

6. La Revolución de Febrero de 1917

Las derrotas en la Primera Guerra Mundial, la falta de abastecimiento, la propaganda bolchevique y el descontento popular provocaron la Revolución de Febrero de 1917. Una huelga general en San Petersburgo, apoyada por los soldados, obligó al zar a abdicar. Se formó un gobierno provisional liderado por el príncipe Lvov, que sería rápidamente reemplazado por Kérensky.

Sin embargo, la situación no mejoró. La guerra continuaba, las deserciones aumentaban, el hambre se extendía y las ocupaciones de tierra se generalizaban. Los soviets se fortalecían y Lenin, desde su exilio, lanzó las Tesis de Abril, donde defendía la toma del poder por parte de los soviets. El intento de golpe de Estado del general Kornílov fue frustrado gracias a la acción de Trotsky y Lenin, que organizaron la resistencia a través del Comité Militar Revolucionario del Soviet de Petrogrado.

7. La Revolución de Octubre y la Guerra Civil

Convencidos de que la guerra era un instrumento del capitalismo, los bolcheviques, liderados por Lenin, abogaban por la paz. Trotsky negoció el Tratado de Brest-Litovsk en 1918, que supuso la salida de Rusia de la guerra a cambio de importantes concesiones territoriales. Tras la Revolución de Octubre, Rusia se convirtió en un Estado socialista. Se proclamó el derecho de autodeterminación de los pueblos y se creó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1922.

La victoria bolchevique no estuvo exenta de oposición. En diferentes partes del país, los partidarios del zar, junto con otros grupos antibolcheviques, iniciaron una guerra civil. Los bandos enfrentados fueron el Ejército Rojo (bolcheviques) y el Ejército Blanco (contrarrevolucionarios). Las potencias extranjeras, temerosas de la expansión del comunismo, apoyaron al bando blanco.

8. El Impacto Internacional de la Revolución Rusa

La Revolución Rusa tuvo un profundo impacto a nivel mundial. El triunfo del comunismo generó una ola de entusiasmo entre los trabajadores y un gran temor entre las élites. En Europa, se produjeron importantes movilizaciones obreras. En Alemania, la derrota en la guerra y la influencia de la revolución rusa llevaron al poder a los espartaquistas, liderados por Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, aunque su gobierno fue efímero. La Revolución Rusa también impulsó la formación de partidos comunistas en todo el mundo.

9. La Crisis de Posguerra y la NEP

Tras el fin de la Primera Guerra Mundial, Rusia enfrentó una profunda crisis económica. La guerra civil, la colectivización forzosa de la tierra y el aislamiento internacional agravaron la situación. Para hacer frente a la crisis, Lenin implementó la Nueva Política Económica (NEP) en 1921. Esta política combinaba elementos de economía de mercado con un fuerte control estatal sobre los sectores estratégicos. Se permitió el comercio privado, se detuvo la colectivización forzosa y se sustituyeron las requisas de grano por un impuesto en especie. La NEP logró reactivar la economía soviética, pero fue abandonada por Stalin tras la muerte de Lenin.

10. La Primera Guerra Mundial

La Primera Guerra Mundial (1914-1918) fue un conflicto global con raíces profundas:

Causas de la Primera Guerra Mundial

Socioeconómicas:
  • Competencia económica entre las potencias industriales.
Políticas:
  • Rivalidades territoriales, como el enfrentamiento entre Alemania y Francia por Alsacia y Lorena.
  • Nacionalismo en los Balcanes, especialmente en Serbia.
  • Tensión por el irredentismo italiano en territorios del Imperio Austro-Húngaro.
Diplomáticas:
  • Formación de dos bloques de alianzas: la Triple Alianza (Alemania, Austria-Hungría e Italia) y la Triple Entente (Francia, Rusia y Gran Bretaña).
  • Fracaso de la diplomacia para resolver las tensiones internacionales.
Ideológicas:
  • Avances tecnológicos que generaron una falsa sensación de seguridad en la capacidad militar.
  • Exacerbación del nacionalismo.

Participantes:

  • Triple Entente: Francia, Rusia, Gran Bretaña, Serbia, Bélgica, Japón, Estados Unidos (a partir de 1917).
  • Potencias Centrales: Alemania, Austria-Hungría, Imperio Otomano, Bulgaria.

Desarrollo de la Guerra:

El detonante de la guerra fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero al trono austro-húngaro, a manos de un nacionalista serbio en Sarajevo. Tras el atentado, Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia, desencadenando una serie de declaraciones de guerra en cadena entre los países aliados.

La guerra se caracterizó por el uso de nuevas tecnologías militares, como ametralladoras, tanques, aviones y submarinos. La guerra de trincheras, especialmente en el frente occidental, provocó un estancamiento del conflicto y un número de bajas sin precedentes.

Consecuencias:

  • Millones de muertos y heridos.
  • Devastación económica en Europa.
  • Desaparición de los imperios ruso, austro-húngaro, otomano y alemán.
  • Surgimiento de nuevos países.
  • Triunfo de la Revolución Rusa.
  • Firma del Tratado de Versalles, que impuso duras condiciones a Alemania.

11. El Desorden de la Posguerra

La Primera Guerra Mundial provocó un profundo desorden económico a nivel mundial. Las reservas de oro se agotaron y los países recurrieron a la impresión masiva de billetes, lo que provocó una hiperinflación. La destrucción de infraestructuras y la reducción de la producción generaron una grave crisis económica y social.

12. La Hiperinflación Alemana

Alemania, derrotada en la guerra, sufrió una grave crisis económica agravada por las reparaciones de guerra impuestas por el Tratado de Versalles. La ocupación franco-belga de la cuenca del Ruhr en 1923, ante la imposibilidad de Alemania de pagar las reparaciones, agudizó la crisis. La impresión masiva de marcos para pagar las deudas y los salarios provocó una hiperinflación que arruinó a la clase media y sumió al país en el caos económico.

13. La Recuperación Económica

A mediados de la década de 1920, se tomaron medidas para estabilizar la economía mundial. En Alemania, se creó una nueva moneda, el Rentenmark, y se renegociaron las condiciones de pago de las reparaciones de guerra. La concesión de créditos por parte de Estados Unidos a Alemania, a través del Plan Dawes, permitió la reactivación de la economía alemana.

14. La Sociedad de Consumo

La década de 1920 presenció el surgimiento de la sociedad de consumo de masas, especialmente en Estados Unidos. Las innovaciones tecnológicas, la producción en masa, el abaratamiento de costes, el aumento de los salarios y las nuevas técnicas de marketing y publicidad impulsaron un crecimiento del consumo sin precedentes. La sociedad de consumo se caracterizó por la adquisición de bienes duraderos, como automóviles y electrodomésticos, y por el desarrollo del ocio y el entretenimiento.

15. El Crack del 29

La prosperidad económica de la década de 1920 se vio truncada por el Crack del 29, una crisis financiera que se inició en la Bolsa de Nueva York y se extendió rápidamente al resto del mundo. La especulación financiera, la sobreproducción industrial, la desigualdad de ingresos y la debilidad del sistema bancario fueron algunas de las causas de la crisis.

El Crack del 29 provocó una caída en picado de la producción industrial, el comercio internacional y el empleo. Millones de personas perdieron sus ahorros, sus trabajos y sus hogares. La crisis económica tuvo un profundo impacto social y político, allanando el camino al ascenso de los totalitarismos en Europa.

16. El New Deal

Para hacer frente a la Gran Depresión, el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt implementó el New Deal a partir de 1933. El New Deal fue un conjunto de medidas económicas y sociales que buscaban reactivar la economía, crear empleo, proteger a los más vulnerables y reformar el sistema financiero. Entre las medidas más importantes del New Deal destacan:

  • Devaluación del dólar.
  • Intervención en la agricultura para regular la producción y los precios.
  • Creación de agencias gubernamentales para fomentar la inversión y la creación de empleo.
  • Reforma del sistema bancario.
  • Impulso de grandes obras públicas.
  • Establecimiento de un sistema de seguridad social.

El New Deal no logró acabar con la Gran Depresión, pero sentó las bases para la recuperación económica y el establecimiento de un Estado de bienestar en Estados Unidos.

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