Historia del Movimiento Obrero: Sindicatos, Socialismo y Sufragismo

El Sindicalismo Británico

Los primeros sindicatos modernos aparecieron en el Reino Unido durante los primeros años del siglo XIX e integraban a trabajadores manuales. Fueron un movimiento apolítico. La libertad de asociación permitió su crecimiento. En los años sesenta empezaron a celebrarse congresos nacionales: Trade Union Congress. El sindicalismo británico estaba sólidamente asentado y era el interlocutor indispensable para el empresario. El Estado desempeñó un papel muy secundario en la mejora de las condiciones de trabajo, que se fueron consiguiendo mediante la negociación entre sindicatos y patronos.

El Anarquismo

Fue la reacción más radical frente al liberalismo y a la propiedad privada. Su influencia dentro de los movimientos obreros europeos fue muy desigual. Solo existieron organizaciones anarquistas importantes en Rusia y España, donde coincidían una escasa industrialización y una débil penetración de las ideas marxistas. Los principales teóricos anarquistas fueron Bakunin y Kropotkin. Defendían una nueva sociedad sin clases y organizada en cooperativas, y rechazaban cualquier tipo de autoridad: política, ideológica o económica, como la del Estado, la religión o la propiedad individual. Nunca pretendió legalizarse como partido ni participar en las elecciones. Sí construyó sindicatos (Confederación Nacional de Trabajadores de España, CNT).

La Primera Internacional

Se celebró en julio de 1863 en Londres. Consistió en una reunión de trabajadores británicos y franceses y se mantuvo vigente hasta 1876.

Pretendía ser la culminación del asociacionismo obrero que hasta entonces estaba muy fraccionado. En 1866, se aprobaron los estatutos y el programa, en cuya redacción influyó Karl Marx. Los principios doctrinales se concentraban en tres ideas:

  • Ser instrumento de lucha de la clase trabajadora.
  • Su fin era la revolución social y política.
  • Impulsar acciones para alcanzar mejoras concretas.

La Segunda Internacional

Del encuentro marxista surgió la Segunda Internacional. En aquel momento, los movimientos obreros europeos estaban divididos: superada la crisis económica de 1873, la industrialización europea se había reforzado y extendido. Las décadas finales del siglo se caracterizaron por el desarrollo de la industria de bienes de equipo, el capitalismo financiero, el crecimiento del comercio internacional, el afianzamiento de las grandes concentraciones fabriles y la pérdida de capacidad adquisitiva de los obreros. La Segunda Internacional se caracterizó por la gran cohesión ideológica; integraba a partidos y sindicatos marxistas y se convirtió en una federación de partidos y sindicatos nacionales. Convocó reuniones anuales e instituyó desde 1900 una oficina permanente en la que se ponían en común experiencias tácticas y se asumían grandes principios teóricos.

La Incorporación de la Mujer a la Vida Política

Las sufragistas, conscientes del papel que habían desempeñado y desempeñaban en la sociedad, y de la situación de marginación a la que estaban sometidas, exigieron el reconocimiento de sus derechos: uno de los más trascendentes era el derecho al voto. El movimiento sufragista fue consecuencia de un conjunto de circunstancias:

  • Se permitió una educación de más alto nivel a las mujeres, que afectó primero a las clases sociales altas y medias. Las familias de clase media proporcionaron a sus hijas una educación que les permitiera ser independientes en el futuro.
  • El progresivo crecimiento de un nuevo sector de servicios amplió las posibilidades de trabajo para la mujer.
  • Cambiaron los valores y expectativas de las mujeres: acceso a la educación secundaria, independencia económica, mayor libertad de movimientos, etc.

Glosario de Términos

Movimiento obrero:
Conjunto de organizaciones reivindicativas formadas por las clases asalariadas y las actividades que desarrollan.
Partido político:
Grupo humano organizado con vistas a conseguir el poder, inspirado en una determinada ideología.
Cartismo:
Movimiento político del Reino Unido entre 1838 y 1848, que pretendía el sufragio universal y otras medidas contenidas en la Carta del Pueblo. Era el equivalente británico del liberalismo popular y democrático. El Parlamento rechazó sus peticiones, pero concedió mejoras como la reducción de la jornada laboral a 10 horas.
Socialismo utópico:
Esta denominación corresponde a las propuestas de diversos autores de la primera mitad del siglo XIX, que pretendían una sociedad ideal igualitaria donde no había explotación del trabajador. Las figuras más destacadas son: Robert Owen, Charles Fourier y Pierre Joseph Proudhon.
Anarquismo:
Ideología política y social que defiende una sociedad sin clases y organizada en cooperativas. Rechazan cualquier tipo de autoridad: política, ideológica o económica, como la del Estado, la religión o la propiedad individual. Se alcanzaba esta situación mediante una revolución radical que anulara el Estado, las iglesias y la propiedad. Nunca se organizó como partido, sí constituyó sindicatos (Confederación Nacional de Trabajadores, CNT). Los principales teóricos fueron Bakunin y Kropotkin.
Socialismo científico o marxismo:
Ideología política y social que defendía que la revolución, que debe protagonizar el proletariado, es de ámbito internacional, dirigida por una minoría concienciada. El triunfo de la revolución permitiría que la clase trabajadora asumiera el poder político y se impusiera una sociedad igualitaria en la que se abolirían las clases sociales, la religión y la propiedad privada. Los principales teóricos fueron Karl Marx y Friedrich Engels.
Sindicato:
Asociación de trabajadores en defensa y promoción de sus intereses sociales, económicos y profesionales relacionados con su actividad laboral. El primer país que reconoció el derecho a la unión sindical fue Inglaterra en 1824.
Huelga:
Suspensión colectiva de la actividad laboral por parte de los trabajadores con el fin de reivindicar mejoras en las condiciones de trabajo o en contra de los recortes en los derechos sociales.
Manifestación:
Es la exhibición pública de la opinión de un grupo de activistas, mediante una congregación en las calles. El propósito es mostrar que una parte de la población está a favor o en contra de una determinada política, persona, ley, etc.
Movimiento sufragista:
El movimiento internacional por el sufragio femenino, llevado a cabo por las llamadas sufragistas, fue un movimiento reformista social, económico y político que promovía la extensión del sufragio a las mujeres.
Feminismo:
Es un conjunto de ideologías y movimientos políticos, culturales y económicos que tienen como objetivo la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.

El Marxismo

El marxismo fue la ideología política y social que dominó los partidos y sindicatos obreros desde la segunda mitad del siglo XIX. Las dos ideas básicas del marxismo son: revolución y plusvalía. El manifiesto comunista definía el socialismo marxista como movimiento social y revolucionario. Defendía que la revolución que tiene que protagonizar el proletariado como clase social es de ámbito internacional porque la explotación de los obreros es universal y, por tanto, la lucha de clases también debe serlo. Como táctica, propugnaba la dirección de los movimientos revolucionarios por una minoría concienciada y preparada, capaz de transmitir esa conciencia a los obreros de todo el mundo. El triunfo de la revolución permitiría que la clase trabajadora asumiera el poder político y se impusiera una sociedad igualitaria en la que se abolirían las clases sociales, la religión y la propiedad privada. En El capital, obra fundamental de Marx, entre otras cuestiones se atiende a la plusvalía como explotación del proletariado por los empresarios. El valor de las cosas se establece por el trabajo añadido a cada una de ellas en el proceso de producción. Los empresarios les dejan lo necesario para que sobrevivan y sigan trabajando para ellos. El capital, por tanto, es básicamente trabajo obrero acumulado. Una sociedad solo podrá ser justa en la medida en que suprima la plusvalía. Realizar esta tarea es justamente la revolución. Primero será necesario conquistar el poder político y luego usarlo (dictadura del proletariado) para implantar esa nueva sociedad sin clases y, por lo tanto, justa.

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