Iberoamérica: Migraciones, Poder y Transformaciones Políticas

Iberoamérica se convirtió en un lugar muy importante para las grandes empresas industriales de EEUU y Europa. Ofrecían un caudal de materias primas, alimenticias, petrolíferas y minerales, con una mano de obra muy barata y competitiva. La inversión extranjera en estos países se efectuó para el traslado rápido y barato de esos productos de exportación. Los entornos con puertos naturales crecieron de forma exponencial y gran parte de la población tendió a concentrarse en esas grandes ciudades. Un país eminentemente exportador genera grandes cantidades de dinero que se tiende a diluir entre grupos de poder y corrupción.

Migraciones y la Influencia Española

Las buenas expectativas de trabajo implicaron directamente la emigración desde países menos desarrollados, en crisis o por cuestiones religiosas. En el caso español, la pérdida de las colonias no fue seguida por una pérdida de la cultura común, lo que supuso que durante la crisis del 98 la vía americana fuese seductora. Su condición de españoles se convirtió en un símbolo de experiencia y primer mundo. Las migraciones de principios del siglo XX, hacia México, Argentina y Cuba, y la emigración de minorías étnicas o religiosas, generaron grandes bolsas en esos países. Finalmente, tras la Guerra Civil Española y las Guerras Mundiales, salvar la vida era lo prioritario y no el hecho de mejorar la economía. Mención especial al México de Lázaro Cárdenas, que dictó puertas abiertas a todos los españoles que quisiesen llegar a México. La emigración argentina estuvo filtrada para intelectuales, para mejorar la calidad del país. El último extremo fue el de la República Dominicana que solicitó el pago de una cantidad estipulada por español que llegase a la isla.

Gobiernos Oligárquicos y la Búsqueda de la Democracia

Los gobiernos surgidos de los distintos procesos de independencia en Iberoamérica trajeron consigo gobiernos oligárquicos, donde pocos eran los que gestionaban la reciente libertad, provocando desigualdades y bolsas de pobreza. Comenzaron a formarse partidos radicales, con la finalidad de cambiar la estructura política y social de cada país en busca de democracias más sólidas y libres. Frente a esos nuevos gobiernos democráticos se situó EEUU, especialmente interesada en lograr beneficios económicos. EEUU lanzó 25 golpes de estado e intervenciones militares sobre países de Centroamérica. Uno de los más importantes fue la creación del país de Panamá. En América del Sur, Argentina vivió un momento de gran prosperidad durante los gobiernos de la Unión Cívica Radical, sufragio universal y reformas administrativas. El caso uruguayo fue semejante y el caso ecuatoriano sufrió menos golpes de estado y problemas con las fronteras. Esas fronteras resultaban inútiles y desconocidas para los españoles, pues tocaban zonas selváticas e inaccesibles. En cambio, para los nuevos países, los límites se convirtieron en cuestiones esenciales. Venezuela se enriqueció de manera rápida gracias a los yacimientos petrolíferos. Finalmente, Brasil salvó el imperio de los Braganza y se convirtió en República en 1989, seguido por gobiernos oligarcas y no pocos golpes de estado.

Industrialización, Populismo y Dictaduras

Buena parte de los procesos democratizadores fracasaron en forma de golpes de estado, lo que fue marcando claramente el futuro inmediato de cada uno de estos países. La escasa participación de Iberoamérica en la 2ª Guerra Mundial supuso que se beneficiase nuevamente de las necesidades de exportación en los países de guerra. A esto se unió el proceso de industrialización. En la década de los 50, América creció a un nivel importante gracias a ese proceso de industrialización. Ese crecimiento se distribuyó de forma muy desigual. Las comunidades indígenas quedaron apartadas de la riqueza general. El repunte de las economías supuso un importante aumento de los políticos populistas. Grandes oradores de ideologías les aupaban al poder. Nacionalismo, culto al líder y reformas para buscar el apoyo de los más pobres lograban gobiernos que en ocasiones viraban hacia posturas dictatoriales. El modelo perfecto fue el de Perón, que dominó Argentina desde el 46 al 55 y cuya ideología fue el progresismo y autoritarismo. El régimen de Perón nadó en todas las aguas, tanto con los líderes Nazis como con el régimen de Franco. La imagen amable de sus gobiernos la dio su esposa Eva Perón, actriz. El lado oscuro del populismo fue la corrupción política.

Democratización y Nuevos Movimientos Sociales

Los procesos de caída de esas dictaduras democráticas provocaron entre los 50 y 60 una fuerte oleada de democratización. Los nuevos partidos más democráticos contaron con la oposición de EEUU. A fines de los noventa comenzaron a moverse nuevamente los movimientos indigenistas y socialistas. El movimiento Zapatista de Liberación Nacional luchó contra el PRI a favor del indigenismo y la recuperación de una política de reforma agraria. Hugo Chávez, Lula da Silva, Evo Morales, han generado el concepto indigenista y socialista en América del Sur. El planteamiento económico ha incidido en generarse grandes deudas exteriores cuyos intereses han sumido a estos países en una permanente crisis.

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