Ideas Económicas y Reformas Borbónicas: Un Nuevo Orden Colonial

En Inglaterra, John Locke resaltaba que el conocimiento no se trataba de algo innato, y que este dependía del ambiente informativo. En base a esto, desarrolló una teoría contractualista en la cual expresaba que los hombres tenían ciertos derechos (como la propiedad o la libertad) y que debían establecer cierto pacto o “contrato” con los gobernantes para poder protegerlos y conservarlos. Al establecerse este pacto se generaban obligaciones mutuas y, también, una estructura política que permitía garantizar el cumplimiento de estos. Rousseau parte de la idea de Locke respecto a los hombres y sus derechos, pero la lleva más lejos. Según este, el estado natural del hombre es perfecto, pero al integrarse en una sociedad y adquirir ideas de “propiedad” se vuelve egoísta, y entra en escena la desigualdad. Por esto, es necesario que se establezca un pacto entre los hombres libres e iguales, que debían delegar su poder a una autoridad, en tanto esta cumpla con su mandato. Sus ideas se acercaban a la idea de la democracia, por eso fue rechazada rápidamente.

Quesnay, con sus ideas fisiocráticas, fue quien fundó “la primera escuela económica”, y sostenía que la actividad económica era regulada por principios naturales, y que el principal era el interés individual que tenían las personas por producir y consumir para llegar a un bienestar mayor, pero que esto era posible si la competencia era respetada, y si la libertad lograba mantenerse equilibrada de manera natural. Para esto, establecía que era necesario que los gobiernos permitieran la libre circulación de los productos, eliminando las trabas. Además, Quesnay consideraba que la riqueza no se encontraba en la acumulación de metálico, sino en la producción agrícola, y esto incide en el territorio, ya que se le daba mayor importancia a las zonas periféricas en lugar de a las regionales. Aquí se da cuenta de cómo esto incidió en las políticas borbónicas respecto de las colonias americanas, donde el Río de la Plata (en un comienzo periférico) comenzó a tener un gran avance por su producción agrícola y ganadera.

Adam Smith era escocés, y fue quien estableció las bases para un liberalismo económico. Junto con los fisiócratas, pensaba que el interés personal por producir y consumir era lo que conllevaba a un mayor bienestar, y hablaba de una “mano invisible” que garantizaría el equilibrio económico, ya que no era necesaria la intervención del estado para controlar el mercado, sino que este se controlaba mediante la oferta y la demanda. Además, Smith consideraba al trabajo como la verdadera causa de la riqueza en las naciones.

Reformas Borbónicas y el Comercio

Una de las reformas realizadas por los borbones fue el establecimiento del Reglamento de Libre Comercio entre España y las Indias. Con esto, impedía a la colonia el comercio con el exterior, y reforzaba los lazos con la metrópoli, que eran amenazados constantemente por el contrabando. Por esto, se crearon más puertos americanos, intentando frenar el monopolio que se había creado alrededor del puerto de Cádiz. Más, sin embargo, Cádiz continuó teniendo un mayor poder. Los verdaderos cambios se dieron en el ámbito colonial, donde regiones marginadas lograron ascender, y se modificó la composición entre los grupos de comerciantes que se vinculaban con el tráfico de ultramar.

El Virreinato del Río de la Plata

Los Borbones estaban intentando recuperar la autoridad de España. Por eso, todas las reformas llevadas a cabo por esto se basaban en dos principios: el de mayor recaudación y el de mayor control. Como en la colonia había ciertas zonas alejadas de los virreinatos (por lo que no tenían control) se crea, en 1776, el Virreinato del Río de la Plata. De esta manera, se aseguraban una barrera contra los ataques anglo-portugueses, y se aseguran la percepción de los impuestos. Por otro lado, España había comenzado a virar la economía colonial hacia la producción agropecuaria para la exportación, y pudo observarse la diferencia entre la zona del Río de la Plata y otras, y España notó el incipiente crecimiento económico de esta zona. Por último, dentro de este Virreinato también se incluyeron las minas del Potosí, de gran importancia económica, que servirían para orientar una nueva economía hacia el Atlántico.

La Ordenanza de Intendentes

Los borbones debieron realizar modificaciones importantes para reintegrar la autoridad española, que se encontraba en decadencia. Por esto, en 1782, sancionó la Ordenanza de Intendentes. Este fue considerado el intento más seguro de la monarquía por lograr una reforma en la administración colonial. La Ordenanza de Intendentes estableció la creación de ocho unidades administrativas dentro del virreinato, y en cada una de ellas se encontraba al mando un intendente, que poseía facultades y atribuciones en materia de justicia, guerra, hacienda, etc. Estos intendentes se encontraban subordinados a la Audiencia y al rey. La ordenanza reglamentaba las competencias del intendente respecto a la Audiencia para que no existieran conflictos. De esta manera observamos como creció el control, ya que no solo había virreyes sino intendentes, y de esta manera también pudo crecer la recaudación.

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