II República 1931-1936

El bienio derechista, la revolución de Asturias y la formación del frente popular


Los partidos que aprobaron la Constitución de 1931 dejaban el poder. El Parlamento
experimento un gran cambio, muy fragmentada (20 partidos políticos) y polarizado. El presidente de la República, NICETO ALCALÁ ZAMORA encargó la formación de un nuevo gobierno a Alejandro Lerroux (partido
Radical), aunque la CEDA tenía mayor número de escaños. Los anarquistas, que habían hecho campaña por la abstención, llamaron a la insurrección armada,
que se extendíó principalmente por Aragón, La Rioja y numerosos pueblos del sur. El movimiento fracasó, pero dejo cerca de un centenar de muertos. Los dirigentes fueron a prisión.
De inmediato, el gobierno radical comenzó una “política rectificadora”, consistente en la paralización de las reformas emprendidas durante el bienio anterior, por presión de la CEDA.
Este giro conservador provocó fuertes tensiones entre ellos y frecuentes crisis ministeriales. En materia religiosa y educativa, se permitíó que siguieran abiertos los centros educativos
vinculados a la Iglesia y se aprobó una ley para pagar un sueldo a los sacerdotes; se paralizó el proceso de secularización de la enseñanza, los programas constructivos escolares y la
enseñanza mixta. En Asturias, se produjo una insurrección armada que desembocó en una revolución socialista:
Gobierno popular, control de la producción por parte de los trabajadores, organización militar,
arresto y juicio sumarísimo a los enemigos políticos, etc. El hecho de que se produjera en el mismo mes que la Revolución Bolchevique de 1917 le cónfería, además, un alto contenido
simbólico. Entre el 5 y 18 de Octubre los mineros controlaron Gijón, Avilés y toda la cuenca minera. En Oviedo se dio una auténtica Guerra Civil. Pero el Gobierno de la República reacciónó
rápidamente y envió a la Legión al mando del general Francisco Franco. La represión fue brutal y produjo más de 1300 muertos. El Gobierno ordenó también la detención de los
principales dirigentes izquierdistas. En el conjunto de España unas 30000 personas pasaron por prisión, entre ellos Companys, Azaña (que no había participado en la revolución) y los principales
dirigentes socialistas. Las penas de muerte que se impusieron fueron conmutadas, pero el odio entre derecha e izquierda era ya irreconciliable. Las elecciones tuvieron lugar el 16 de Febrero de 1936. Como ocurríó en 1933, la diferencia en número de votos no fue abrumadora, pero para los escaños sí. El Frente Popular obtuvo 263, frente a 133 de los partidos de derechas y 77 del centro e independientes. La coalición de derechas la formaron el Bloque Nacional monárquico y la CEDA, pero que en muchas circunscripciones se presentaron divididos, Falange se mantuvo fuera de la coalición. AZAÑA formó un nuevo gobierno con republicanos de izquierda, ya que los socialistas y comunistas prefirieron limitarse a dar apoyo parlamentario.

La proclamación de la II República. Gobierno provisional y primeras reformas

En la noche del 14 de Abril de 1931 Niceto Alcalá Zamora proclamaba en Madrid la República mientras se constituía un gobierno provisional.
En él se daban cita los integrantes
del “Comité ejecutivo” creado por el Pacto de San Sebastián, por tanto, había en él republicanos de distintas opciones: Alcalá Zamora y Miguel Maura, de la Derecha Liberal República; Alejandro Lerroux y Diego Martínez Barrio, del centrista Partido Radical; de partidos republicanos de izquierda figuraban Manuel Azaña (de Acción Republicana) y Marcelino Domingo (del Partido Republicano Radical-Socialista); por el Partido Socialista (PSOE) figuraban Indalecio Prieto, Fernando de los Ríos y Francisco Largo Caballero; representando a partidos nacionalistas, figuraban un representante del republicanismo catalán
(Luis Nicolau de D’Olwer) y otro del gallego (Santiago Casares Quiroga). El gobierno provisional tenía que convocar elecciones a Cortes constituyentes, pero
también se había propuesto un amplio programa de reformas, cuyo inicio no quería demorar; sin embargo, al nuevo gobierno también le llovieron los problemas de modo inmediato. El mismo 14 de Abril, Francesc Maciá, líder de Esquerra Republicana de Catalunya, decidía proclamar en Barcelona el Estado Catalán. Quedaba planteado uno de los problemas
del nuevo régimen: la organización territorial del Estado. Por de pronto, se acordó restaurar la Generalitat, como gobierno autónomo de Cataluña bajo de presidencia de Maciá; se inició a su
vez la redacción del Estatuto de Autonomía, que fue sometido a referéndum en Cataluña (así se hizo el 2 de Agosto de 1931), aunque para su entrada en vigor debía aprobarse por las Cortes de la República. En el País Vasco la movilización nacionalista, liderada por el PNV, por entonces con una imagen muy conservadora y clerical, buscó sacar adelante otro proyecto de autonomía. Pero el procesó se alargó contribuyendo a ello el mismo PNV. En efecto, tras redactarse un primer Estatuto (de Estella) (14 de Junio de 1931), fue tachado de anticonstitucional con lo que hubo de elaborarse un nuevo proyecto.

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