Autarquía 1939 a 1950: 1940 fue tiempo de restricciones eléctricas (corte de suministro de energía eléctrica a toda la población durante algunas horas del día, generalmente las de más claridad). Hambre y miseria. Esto se da por la política económica de la primera etapa de la dictadura franquista, además de las dificultades añadidas que comportaba la situación internacional, como la Segunda Guerra Mundial y el aislamiento político de España. El primer franquismo opta por una política económica basada en la autarquía (política económica propia de los fascismos encaminada a la autosuficiencia de un sistema económico, con la reducción de las importaciones, después de la aplicación de medidas fiscales, aduaneras y monetarias, y el aprovechamiento de recursos propios). España se caracterizó por:
- Voluntad de aislarse económicamente del exterior.
- La intervención del Estado en la producción y la distribución de bienes, así como en la fijación de precios y de valores de cambio de la moneda, sustituyendo al mecanismo habitual de la política de mercado.
En 1941 se creó el INI (Instituto Nacional de Industria), con el fin de que el Estado pudiera fabricar aquellos productos necesarios que la empresa privada no estaba en condiciones de producir. Esto fue una fuente de déficit público. El objetivo de aprovechar los recursos propios se demuestra imposible, ya que no producía los alimentos suficientes para toda la población, lo que encarecía los productos de primera necesidad que se racionaban por medio de cupos (cantidad de materias primas o energéticas que concedía el Estado a determinadas empresas para que funcionaran. A veces, los funcionarios que se encargaban de otorgarlos y algunos empresarios los vendían en el mercado negro), y hacía que se consiguieran licencias de importaciones de manera fraudulenta. La intervención del Estado en la producción de bienes llevó a la falta de alimentos y a la existencia de un mercado negro, en el que los productos se vendían a precios mucho más altos que los oficiales. Como causa de distorsión económica, la desindustrialización de Cataluña y el País Vasco, territorios que consideraban los vencedores socialmente peligrosos, obligó a algunas empresas catalanas a trasladarse a otros lugares de España. Además de las personas dedicadas al estraperlo y de la funcionariado corrupto, muchos empresarios se beneficiaban, mientras que las clases trabajadoras debían resignarse al deterioro de sus condiciones de vida, la bajada real de los salarios y el aumento constante de los precios. La bajada real de los salarios explica dos aspectos socioeconómicos característicos:
- El aumento del margen de beneficios de las empresas, pese a la caída de la productividad.
- La oferta de puestos de trabajo, ya que los empresarios prefirieron aumentar el número de trabajadores, lo que les resultaba más barato, que no pasar a renovar maquinaria.
Conclusión: La época de la autarquía supuso un incremento de las desigualdades sociales, un empobrecimiento general de la mayoría de la población, una administración pública progresivamente corrupta y una falta de estímulo para el progreso de la producción industrial.
Década de 1950: Entre 1951 y 1957 empezaron a recuperar la situación económica del 35. A pesar de que el régimen no abandonó la autarquía, suprimió algunas medidas intervencionistas, y el fin del aislamiento internacional y el inicio de la ayuda norteamericana, con los préstamos de 1948 y 1950 y el pacto de Madrid de 1953, permitió un crecimiento económico moderado. También la recuperación de las importaciones y de las exportaciones permitió mejoras salariales e un incremento ligero de la demanda interior. El crecimiento económico de los 50 no fue equilibrado y tuvo dos consecuencias: un aumento importante de la inflación a raíz de los incrementos salariales, que repercutían inmediatamente en el aumento de los precios; y, por otro lado, el pago de las importaciones, cada vez más numerosas y caras, que hacía disminuir las reservas de divisas del Estado hasta llegar prácticamente, alrededor de 1957, a la insolvencia, situación que plantea la necesidad urgente de un plan de estabilización. Expansión económica 1959-1973: En 1959, España se podría haber quedado sin petróleo por falta de dinero público para pagarlo. En 1957, Franco incorpora al gobierno un grupo de técnicos expertos en economía, tecnócratas, muchos de los cuales estaban vinculados a la institución religiosa, que van a preparar el plan de estabilización y liberalización de 1959. Este fue ideado por el economista catalán Joan Sardà Dexeus, y tenía dos grandes objetivos: detener la inflación, estabilizar los precios y los salarios, y liberalizar el sector exterior, permitiendo importar capitales y dar más libertad para las importaciones y las exportaciones. Esto consistió en la modificación de la autarquía y en el establecimiento de las bases para convertir progresivamente la economía española en un sistema capitalista clásico. El dictador desconfía, ya que esta política iba contra sus principios ideológicos. Los primeros meses del plan de estabilización fueron bastante negativos: la productividad de las empresas cayó, los sueldos de los trabajadores bajaron en términos reales, los costes de la vida aumentaron y el número de personas desempleadas incrementó. En estas condiciones, el sector industrial empezó a hacer un esfuerzo para exportar con el objetivo de colocar sus excedentes. La falta de demanda interior hacía que los productos que no se vendían se acumulasen en los almacenes de las fábricas. Los efectos positivos del plan de estabilización empezaron a notarse en 1961, año en que comenzó una etapa de expansión económica sostenida.
La larga posguerra 1939-1959: La guerra civil supuso destrucción y costes económicos, resultando en un descenso importante de la producción agrícola e industrial, y una caída de la renta nacional y de la renta per cápita. No fue tan lógico el estancamiento y la depresión económica que duraron 20 años, entre 1939 y 1954, ya que las condiciones laborales eran peores que antes de la guerra y el salario más bajo. En 1953 y 1954 se inicia un ligero crecimiento. Los países europeos que participaron en la Segunda Guerra Mundial entre 1948 y 1950 ya habían recuperado los índices económicos anteriores a los conflictos bélicos, poco después iniciaban una expansión económica.
Causas de la expansión económica: En 1960, el producto industrial creció cerca del 160% y la renta per cápita se multiplicó casi por 8. España pasó a ser un país industrializado. Para crear de nuevo una industria, había que tener suficiente dinero, es decir, una financiación suficiente para construir las instalaciones, comprar las máquinas y pagar la mano de obra hasta que la nueva empresa tuviera beneficios. Los recursos económicos disponibles en España y los productos que se podían exportar para obtener esta financiación, en la década de 1960, no eran suficientes, ya que la balanza de pagos presentaba déficit. Las alternativas que surgieron fueron el turismo, las inversiones de capital extranjero y la exportación de mano de obra. La expansión sostenida de la economía de los países occidentales desde 1958 propició que vinieran a España un número creciente de turistas extranjeros, relacionado con la fuerte devaluación de la peseta provocada por el plan de estabilización. El dinero aportado por el turismo fue una de las fuentes de financiación más importantes del desarrollo español. Además, el hecho de que en España hubiera una dictadura reprimía que no hubiera derecho a huelga, mano de obra barata, y que se pagasen menos impuestos, atrajo el capital de las empresas extranjeras; España era un país idóneo para invertir y obtener beneficios. También contribuyó al crecimiento económico español la exportación de mano de obra. La situación expansiva en Europa ofrecía puestos de trabajo que no eran cubiertos por sus habitantes; muchos españoles trabajaban en el extranjero, y la dictadura consiguió dos objetivos: los trabajadores españoles en el extranjero enviaban parte de su sueldo a los familiares que se habían quedado en España, y se reducía el paro del país. Otra causa fueron los planes de desarrollo impulsados por el gobierno franquista, que consistían en invertir dinero estatal para acondicionar una serie de espacios que se dotaban de infraestructuras para instalar industrias, llamados polígonos industriales, como el de la Zona Franca en Barcelona. Crisis 1973-1975: La expansión económica se interrumpió a partir de 1973, a causa de una crisis que tenía causas externas, pero la situación política peculiar que vivía España, con Franco en pleno declive físico, complicó la situación. El primer factor de crisis fue la inflación, que en 1973 llegó al 10,6% y en 1975 al 18,7%. El segundo factor, la caída de la relación de intercambios, provocó un déficit importante de la balanza comercial. En tercer lugar, el aumento del déficit presupuestario, originado porque el Estado tenía más gastos que ingresos.
Cambio de la estructura de clases sociales y de mentalidad: Los cambios que tuvieron lugar durante la segunda mitad de la dictadura franquista fueron la modificación de la estructura de clases en el campo, la especialización de la clase obrera y el crecimiento de la clase media. El mundo rural se caracterizó por un descenso drástico del número de jornaleros, el acceso a la propiedad de los arrendatarios y la pérdida de prestigio y de peso global en la economía de los terratenientes. Hubo un cambio de mentalidad de los jornaleros, que empezaron a utilizar máquinas con unos salarios más elevados; al final de la dictadura franquista ya no esperaban un cambio revolucionario que solucionara los problemas, porque en parte ya los tenían resueltos. Los arrendatarios adquirieron más influencia social y estaban más pendientes de la evolución de los precios de los productos que de una hipotética revolución social. La situación en el campo español fue una de las causas que hicieron que la transición política de la dictadura franquista a la democracia fuera pacífica. En los núcleos urbanos, se incrementó el número de trabajadores de la industria y del sector servicios; entre 1950 y 1970, la cualificación de estos trabajadores aumentó rápidamente. A finales de los 60, los nuevos obreros procedentes del campo pasaron de ser jornaleros rurales a trabajar de peones de la construcción o la industria, y en 1960 se dio un aumento de la especialización. En 1958, la clase trabajadora fue perdiendo el miedo al régimen y comenzó a participar en las reivindicaciones de mejoras salariales. Movimiento obrero: Antes de la guerra, se aglutinaba casi alrededor de la CNT y tenía un espíritu insurrecto; pasó a organizarse alrededor de las clandestinas Comisiones Obreras, un sindicato que se caracterizaba por la demanda de mejoras salariales y por la reivindicación de derechos sindicales y democráticos. Todo esto aumentó la conflictividad laboral en el periodo final de la dictadura franquista; el talante reformista del movimiento obrero hizo que la clase media dejara de ver al proletariado como un miedo que el régimen franquista fomentaba para justificar la dictadura. Clase media: Surgía de las actividades económicas de las grandes empresas, el mercado y los servicios, e integrada por cuadros superiores, vendedores y empleados de oficina. La nueva clase media tenía una mentalidad mucho más abierta y dinámica, incentivada por la realidad de la competencia y la aceptación del mercado capitalista; no experimentó la fragilidad económica característica de la vieja pequeña burguesía. La mujer: Valores tradicionalistas y pérdidas de todos los derechos; la mujer debía estar sometida al hombre y su función principal debía ser la maternidad y el cuidado de los hijos y del hogar. Se prohibieron los anticonceptivos y solo se castigaba el delito de adulterio si lo cometía la mujer. La educación enseñaba las tareas del hogar para acostumbrar a la mujer. La legislación laboral dificultaba el acceso de las mujeres al mundo laboral; podían ser despedidas si se casaban y recibían un sueldo inferior al de los hombres. La situación económica de España hacía necesario que la mujer trabajara, por tanto, sufría la explotación de la doble jornada. A partir de los años 60, las mujeres fueron accediendo poco a poco a la enseñanza universitaria.